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De Izquierda a derecha: senador Carlos Baena, candidatos al Congreso, Yimer Eduardo Botero y José Botello. | Foto: SEMANA.

POLÍTICA

El otro problema para el partido MIRA

Los candidatos del brazo político de la Iglesia de Dios Ministerial están bajo la lupa por sus actuaciones.

18 de febrero de 2014

En las últimas semanas el grupo MIRA, brazo político de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, cuestionada por sus presuntas prácticas discriminatorias, ha estado bajo la lupa de la opinión por aparentes irregularidades en sus actuaciones.

Primero, por un video donde aparece el senador de ese grupo Carlos Baena hablándoles a sus fieles, acerca de la manera en que ese grupo debía conseguir votos con las mismas prácticas de los partidos tradicionales.

Luego, la semana pasada, el escándalo corrió por cuenta del candidato por el partido MIRA a la Cámara por Santander, José Botello, quien fue supuestamente plagiado. Las dudas sobre ese episodio surgieron después de que funcionarios del Estado le dijeron a Semana.com que el mismo candidato, de manera extraña, le dijera a su escolta que no fuera a trabajar, coincidencialmente, el día en que habría sido secuestrado.

Como si todo ello fuera poco, este viernes 14 de febrero la Unidad para la atención de víctimas interpuso una denuncia contra el también candidato a la Cámara por Caquetá por el Partido MIRA, Yimer Eduardo Botero.

La querella está radicada con el número 1257 y en ella esta organización le dice a la Fiscalía que Botero está realizando proselitismo político bajo la presunta representación de la población en condición de desplazamiento forzado.

Según la denuncia, el candidato utiliza el trámite de entrega de ayudas humanitarias, indemnizaciones y otros beneficios a que tienen derecho las víctimas “para sus propósitos personales y electorales de cara a los comicios del próximo 9 de marzo”, dice la denuncia. Según la Ley de Víctimas dichos trámites son gratuitos y contemplan la necesidad de intermediarios.

En la misma denuncia la Unidad advierte que este candidato permanece en sus correrías con un hombre quien es el representante legal de una organización de víctimas de desplazamiento forzado (Asvidef).

Según la denuncia este personaje “anda con chaleco de MIRA” y ha interpuesto un promedio de 500 derechos de petición y cerca de 800 acciones de tutela mensuales, presuntamente en favor de los desplazados, cobrándoles a las víctimas por estas acciones un promedio de 5.000 a 10.000 pesos por su intermediación.

El movimiento MIRA, que irrumpió en la política nacional hace once años, y que hoy tiene tres curules en el Senado y una en la Cámara de Representantes, es uno de los partidos minoritarios que tienen amenazada su permanencia en el Congreso en las próximas elecciones.

Todo ello por cuenta de que el próximo 9 de marzo se aplicarán las disposiciones de la reforma política del 2011, que entre otras, estableció que los partidos políticos que no superen el 3 % del umbral electoral perderán su personería jurídica. El MIRA, que en las elecciones del 2010 alcanzó 300.000 votos, en los comicios de este año tendrá que superar los 450.000 votos para mantenerse vigente en la política nacional. Un reto que el movimiento está afrontando escándalo tras escándalo.