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Así quedó una de las viviendas de los desplazados. | Foto: SEMANA.

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Los desplazados que también fueron desalojados

Los integrantes de varias familias reclaman sus tierras en Turbo, Antioquia.

6 de agosto de 2013

Después de más de 15 años de haber sido desplazados, 90 campesinos retornaron hace un año por su cuenta y riesgo a siete fincas en las veredas Guacamayas y La Eugenia, de Turbo, Antioquia. El hambre y la pobreza les impidieron esperar la solución que la justicia debe darle a la tragedia que para ellos se inició desde el 96. Ese año llegaron comisionistas acompañados de paramilitares armados a comprarles las fincas a precios irrisorios. “Me vende o le compro a la viuda”, les decían, y la mayoría se fueron por miedo.

Quienes dicen ser ahora los dueños de aquellas fincas despojadas en aquella época pusieron una denuncia por invasión ante la Inspección de Policía de Turbo. Alegaron que esas 90 personas se instalaron en sus predios a la fuerza y pidieron que los desalojaran. El proceso terminó a finales del año pasado con la decisión de sacarlos de los siete predios a donde retornaron y que reclaman como víctimas de desplazamiento forzado.

“Inicialmente se hicieron tres desalojos. Cuando fuimos a hacer el cuarto, nos encontramos con que había una mujer de edad que estaba enferma. No quisimos perjudicarla y dejamos el caso pendiente. Los invasores se comprometieron a desocupar voluntariamente, pero no lo hicieron”, explicó a Semana.com Faustino Soto, inspector de Turbo.

El pasado viernes 2 de agosto se hizo la diligencia en el  predio que había quedado pendiente y que está reclamando Esteban Mora, uno de los 90 desplazados que retornaron, con su esposa y diez hijos. Según denunció la fundación Forjando Futuros, ese día llegaron a las 5:00 de la mañana policías, el inspector y el personero del pueblo. Llevaron un tractor y un camión y se llevaron todo lo que había en la casa. “Nos dejaron con lo que teníamos puesto”, dijo Esteban, quien no se encontraba en ese momento en la finca y su esposa tuvo que enfrentar sola la diligencia.

En video quedó grabado cómo incineraron un rancho. Y al regresar, Esteban encontró que la casa que él mismo había construido estaba destruida. “Esta casa la hice yo, con mi plata, con mi sudor. Vea cómo está destruida. La dejaron en ruinas”, dijo. Su reacción quedó grabada en este video.

Al conocer del desalojo, llegaron representantes de la Unidad de Restitución de Tierras, de Forjando Futuros y de la Asociación Tierra y Vida y solicitaron que se suspendieran las diligencias.

El inspector accedió a la solicitud. “Lo que no queremos es que los desplazados retornen a la fuerza. Les estamos pidiendo que esperen los procesos de restitución de tierras. Si ellos tienen derecho a que se las devuelvan, deben esperar, pero no hay que entrar de esta forma porque junto con ellos podrían llegar también personas que quieren sacar provecho y asentarse en tierras ajenas sin ser desplazados”, explicó el inspector.

En este momento está pendiente por ocurrir desalojos similares en tres fincas más.