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LOS DOCE DEL PATIBULO

Una docena de narcotraficantes fueron perdonados en el 93 por la fiscalía por su colaboración para desvertebrar el cartel de Medellín. Pero algunos dudan de la validez de esa ayuda.

20 de febrero de 1995

A COMIENZOS DE SEPTIEMbre de 1992 un hombre de mediana estatura, locuaz, bien presentado y de unos 45 años de edad, se presentó en el despacho del entonces fiscal general de la Nación, Gustavo de Greiff. Su visita tenía un único fin: salvar su vida porque sabía que era hombre muerto. En tono nervioso pero seguro, le dijo a De Greiff que tenía la clave para que la justicia pudiera no sólo desvertebrar el cartel de Medellín sino consolidar procesos judiciales contra Pablo Escobar y los principales hombres de su organización criminal, quienes un mes y medio atrás se habían fugado de La Catedral. El Fiscal lo escuchó con interés y le preguntó que si estaba dispuesto a acogerse a la política de sometimiento a la justicia y declarar bajo juramento, pero con la debida reserva de identidad.
La sorpresa que se llevó el Fiscal fue mayúscula. El hombre le contestó que no sólo contaría todo lo que sabía sino que dejaría constancia con su nombre y cédula de lo confesado y que, una vez su testimonio comenzara a producir resultados, colaboraría para que otras personas se presentaran ante los fiscales sin rostro. Cuando abandonó el despacho del Fiscal el anónimo visitante se reunió con la fiscal Cruz Helena Aguilar, quien durante varios días escuchó su declaración. Su información fue pieza clave para que un año y tres meses después Escobar fuera dado de baja y su organización prácticamente quedara desmantelada.
¿Quién es este hombre? Se trata de Luis Ramírez , conocido en el mundo del narcotráfico como ¡Micky Ramírez'. De acuerdo con su declaración a la Fiscalía, se inició en el negocio a comienzos de la década de los 80. Ramírez relató que en esos primeros años se dedicó a procesar pasta de coca para vendérsela a la organización que en ese entonces manejaba el mercado de alcaloides . El mismo se definió como un cocinero que escaló posiciones hasta vincularse al grupo de Fernando Galeano. Con él trabajó cerca de tres años cuadrando las pistas de aterrizaje para que los aviones sacaran las cargas de coca desde la Guajira rumbo a EE.UU.
En su confesión, Ramírez contó que poco a poco se ganó la confianza de su jefe y a la vuelta de unos meses se convirtió en su mano derecha. Así conoció en detalle las entrañas del cartel por cuanto todos los socios de Escobar tenían que entregar un porcentaje de las ganancias que dejaba el negocio. El trabajo que desarrollaba Ramírez lo convirtió en una pieza fundamental del engranaje de la organización paisa. Debía estar pendiente de los embarques. de la contratación de los pilotos y del funcionamiento de los laboratorios de procesamiento. De esta manera Ramírez intimó con las personas más cercanas a Escobar, tanto en lo relacionado con el negocio como con los miembros del ala terrorista del cartel.

MUERTE EN LA CATEDRAL
Pero las cosas se complicaron el 4 de julio de 1992, cuando Escobar ordenó la ejecución dentro de La Catedral de Fernando Galeano, Gerardo Moncada y 16 personas más. Ese día Ramírez se encontraba en Cartagena cuando, de repente. recibió una llamada. Se trataba de la hija de Galeano. quien en medio de sollozos le contó que su papá había subido el día anterior a cumplirle una cita a Escobar y no regresó.
Ramírez colgó y realizó una serie de llamadas a Medellín y comprobó que las cosas no andaban bien. De inmediato regresó, y esa misma noche logró que Escobar le autorizara su visita a la cárcel para el día siguiente. Cuando llegó a la reunión, 'Micky' Ramírez sostuvo una corta conversación con Carlos Mario Alzate, aliaS Arete'. que sin titubeos le anunció qué se había producido un golpe económico y militar dentro de la organización y que los bienes de sus patrones, es decir, las fincas, los apartamentos, los aviones, la cocaína y las rutas de tráfico hacia EE.UU. habían quedado confiscados por Escobar. También le dijo que la purga se había desatado porque los Galeano se habían quedado con 20 millones de dólares, los cuales hacían parte de los porcentajes que Escobar recibía desde la prisión. `Arete' le dijo que el rescate de Moncada y Galeano costaba 20 millones de dólares.
Minutos después Ramírez se reunió con Escobar y éste le confirmó todo lo que 'Arete' le había contado. Sin rodeos el jefe del cartel le preguntó: "Cuánta plata le debe usted a Fernando Galeano". Sin titubear, Ramírez le contestó: "Señor, son 4.524.000 dólares". Escobar llamó a uno de los contadores de los Galeano y éste revisó los libros y le comunicó que la cifra era exacta. Escobar se dirigió de nuevo a Ramírez y le dijo que le perdonaba la deuda porque él era una de las pocas personas serias con las que había tratado. Entonces le propuso que comenzara a trabajar para él y que se encargara de los embarques de cocaína.
Antes de abandonar la Catedral. Escobar le preguntó a Ramírez qué opinaba sobre la muerte de Galeano. Este le respondió que le dolía en el alma y de paso le pidió que le entregara el cadáver. Escobar le dijo que si querían recuperarlo tenían que pagar los 20 millones de dólares. Unas horas después Ramírez recibió una llamada y le informaron que el cadáver había sido dejado en la represa de La Fe. Por orden de Escobar, Ramírez empezó a trabajar con José Fernando Posada, alias 'Chepe Nando'. De él recibió 150.000 dólares para pagar los honorarios de los pilotos que serían contratados para el envío de un cargamento de cocaína a las Bahamas. Este trabajo lo realizó con Carlos Arcila hermano de Juan Diego Arcila, alias 'El Tomate'.

YO CONFIESO
La sociedad de ¡Micky' Ramírez y Escobar no duró mucho. Durante mes y medio. según dijo a la Fiscalía, lograron embarcar 600 kilos de cocaína. Y la relación terminó porque Ramírez, después de hablar con las personas que trabajaron muy de cerca con los Moncada y los Galeano, llegó a la conclusión de que más temprano que tarde le iba a ocurrir lo mismo. La decisión fue enfrentarlo.
Por eso 'Micky' Ramírez resolvió ir a visitar al fiscal De Greiff, porque entendió que estaba con el agua hasta el cuello y que la política de sometimiento era su única salida. La información que suministró a la fiscal Aguilar durante siete días continuos permitió que el ente acusador consolidara el primer proceso con pruebas contundentes contra Escobar y sus hombres por el asesinato de Galeano y Moncada.
Ramírez no sólo tenía esta información. También conocía en detalle las actividades de los miembros que conformaban el ala terrorista del cartel de Medellín, y por esa razón la Fiscalía lo envió al Bloque de Búsqueda. Al principio hubo escepticismo por parte de los oficiales. pero pocos días después comprobaron que estaban equivocados. Los datos entregados por Ramírez permitieron la localización de Brances Muñoz Mosquera, alias 'Tyson', quien el 28 de octubre de 1992 fue abatido por este grupo. Otro golpe exitoso fue el de Johnny Rivera Acosta, alias 'El Palomo', prófugo de la Catedral, quien cayó el 27 de noviembre de 1992.
Estos golpes dados por el Bloque permitieron que Ramírez se convirtiera en uno de los más creíbles informantes, tanto de la Fiscalía como del Bloque de Búsqueda, en la lucha contra Escobar y sus hombres. Entonces 'Micky' Ramírez decidió servir de puente para que otros delincuentes, que trabajaron en la organización de Medellín, comenzaran a colaborar con las autoridades para desbaratar las bandas de sicarios, inutilizar algunas rutas de transporte, detectar los lugares de embarque y de entrega de cocaína, así como el funcionamiento de varias bandas de secuestradores que actuaban por órdenes de Escobar. Al mismo tiempo Ramírez se alió con los cabecillas del cartel de Cali. de quienes obtuvo el dinero suficiente para pagar testigos e informantes. Las autoridades estiman que el cartel de Cali pagó cerca de 40 millones de dólares para acabar con Escobar. De los narcotraficantes del Valle Ramírez también recibió ayuda logística para operar.
Fueron muchos los informantes que se presentaron ante la Fiscalía para declarar contra Escobar, pero realmente información de la calidad y eficacia de la entregada por Ramírez sólo fue aportada por otros 11 colaboradores. Ellos, junto con Ramírez, lograron que el 26 de julio de 1993 el fiscal encargado, Francisco Sintura, y bajo el decreto 1833 de 1992, les diera el perdón, olvido e inmunidad por los delitos en los que confesaron su participación directa. El otorgamiento de estos beneficios, guardado en el más absoluto secreto, fue avalado también por el procurador encargado, Mauricio Echeverry.
Los favorecidos con la medida son, además de Ramírez, Armando Muñoz Azcárate, Gustavo Tapias Ospina, Eugenio García Jaramillo, Benito Mainieri, Guillermo Blandón Cardona, Frank Cárdenas, Hernán Sepúlveda Rodríguez, Luis Guillermo Angel Restrepo, Luis Giovanni Caicedo, Gabriel Puerta Parra y Pablo Agredo Moncada.
La revelación de esta historia en momentos en que la aplicación hecha por la Fiscalía a la política de sometimiento en tiempos de Gustavo De Greiff está en el banquillo, agriará aún más el debate. Es difícil, sin embargo, establecer en estos momentos de buenas a primeras qué tan válida fue la colaboración prestada por estas 12 personas y si sirvió realmente para desbaratar al cartel de Medellín, para debilitar a Escobar e incluso para facilitar su muerte. Le corresponde a la Fiscalía juzgar esos acuerdos en un proceso de revisión que iniciará próximamente y que habrá de decir si el caso de los 12 perdonados debe incluirse o no en el historial de desprestigio de la política de sometimiento. -

LUIS RAMIREZ
Se reunió con Escobar en La Catedral y con él trató lo relacionado con el secuestro y homidicio de Fernando Galeano y por el rescate de su cadáver... comenzó a trabajar para Escobar y con Carlos Arcila Henao "bombardeó" de coca las Bahamas.

GUSTAVO TAPIAS OSPINA
Por orden de Escobar realizó varios viajes a México entre 1984 y 1986 para organizar la ruta de la Fania, por donde entraron grandes cantidades de cocaína.

EUGENIO LEON GARCIA LONDOÑO
Dió información sobre el secuestro de Federico Estrada, ejecutado por John Jairo Velásquez, alias "Popeye". Indicó el lugar donde el cartel almacenó la dinamita utilizada para el atentado contra el DAS y las bombas contra el cuerpo Elite y el CAI del Hotel Intercontinental.

BENITO MAINIERI MEDINA
Confesó que se inició en el negocio del narcotráfico con Roberto Escobar. Manifestó que cumplía la función de vender la droga en la ciudad de Miami, donde logró comercializar 9.000 kilos en 1988, utilizando la ruta Haití a través de la compañía aérea Eastern.

GUILLERMO BLANDON
Fue asesinado en Bogotá cuando colaboraba con la Fiscalía. En su declaración relacionó los detalles de tráfico de droga con Pablo y Roberto Escobar en 1986.

FRANK CARDENAS
Entregó información sobre las actividades delictivas de varios de los principales lugartenientes de Pablo Escobar, entre ellos Carlos Alzate Urquijo, José Fernando Posada Fierro, Juan Diego Arcila y Giovanni Lopera.

HERNAN EMILIO SEPULVEDA
Declaró ser cofundador de la Compañía Aerolíneas Especiales, conocida como AEROES, la cual pertenecía a Escobar y su familia desde 1988.

LUIS GUILLERMO ANGEL RESTREPO
Declaró sobre los secuestros de Andrés Pastrana, Alonso Cárdenas y Hugo Valencia, hechos en los que sindicó directamente a Pablo Escobar.

LUIS GIOVANNI CAICEDO TASCON
Se inició en el narcotráfico en México. A finales de 1979 se radicó en Miami y, en compañía de Hermes Tamayo, manejó dineros de los carteles de la droga. Fue uno de los primeros en utilizar las maletas con doble fondo.

GABRIEL PUERTA PARRA
Declaró que se involucró en el negocio de las drogas desde 1975 hasta agosto de 1981 y que tuvo a su cargo el manejo de una casa de cambio de moneda. Realizó negocios en 1984 con los hermanos Gabriel y Luis Taboada.

PABLO ENRIQUE AGREDO MONCADA
Trabajó con Gerardo Moncada y administró la empresa de aviación Servicios Aéreos de la Capital, propiedad de los Moncada. También sostuvo conversaciones con Escobar para el traspaso de la empresa de aviones al cartel de Medellín.

ARMANDO MUÑOZ AZCARATE
"Le pagué a un oficial del Unase de Medellín 80.000 dólares para que secuestrara a Giovanni Lopera Zaba.