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El parque Bicentenario. | Foto: Guillermo Torres

DESPILFARRO

Los elefantes blancos de Bogotá

En varios sitios de la capital comienzan a verse obras que quedaron a mitad de camino. Muchas son herencia de la anterior alcaldía.

21 de septiembre de 2013

El rey de Tailandia, en épocas remotas, de vez en cuando le regalaba un elefante blanco a alguno de sus súbditos. Ese tipo de paquidermo es poco común y por esa razón era considerado sagrado. El súbdito entonces debía darle comida especial y ponerlo a disposición de quienes quisieran visitarlo y venerarlo. En conclusión, el regalo no servía para nada y por el contrario se convertía en un costo que muchas veces arruinaba al súbdito.

De ahí hizo carrera la expresión ‘elefante blanco’. Son obras bonitas y aparentemente valiosas, pero que no tienen ningún uso. En Bogotá, en los últimos años han comenzado a aparecer varias como resultado de los problemas de diseño, el afán de contratar y la corrupción que se dio en la alcaldía de Samuel Moreno. Desde un edificio inteligente para la Policía, que está congelado, hasta un túnel para descontaminar el río emblemático, que valió 250.000 millones de pesos y nadie sabe cuándo se podrá poner a funcionar, pasando por la más moderna estación de TransMilenio a la que no le llega troncal ni bus alguno.

El contralor de Bogotá, Diego Ardila, dio a conocer esta semana que tiene bajo la lupa 58 ‘elefantes blancos’ en toda la ciudad. Obras inconclusas en las cuales están invertidos 1 billón 176.000 millones de pesos. En algunos casos, la actual administración está intentando destrabar los problemas, pero en otros es muy difícil solucionarlos. 

Un nudo en pleno corazón de Bogotá

El parque Bicentenario
13.000 millones de pesos invertidos hasta ahora

La idea es construir el llamado parque Bicentenario, una especie de plaza-puente, para unir el parque de la Independencia con el Museo de Arte Moderno, la Biblioteca Nacional y en general el centro de la ciudad. Los primeros bocetos nacieron en 2007 y, al año siguiente, los planos dibujados por el maestro Salmona fueron aprobados por la Alcaldía. 

Tras la muerte de Salmona le hicieron dos modificaciones, una en 2008 y otra en 2011. La obra, a la que se le han invertido 13.000 millones de pesos, está parada desde hace un año por reparos de los vecinos que han llegado a estrados judiciales. Hoy se ve como una horrenda mole de concreto de ocho metros de altura. La ministra de  Cultura, hace dos semanas, le dio el aval para seguir adelante.

El monumento al descalabro

Estación Museo Nacional
50.500 millones de pesos

La estación más espectacular que se ha construido para los buses de TransMilenio, la del Museo Nacional, no tiene ni bus articulado ni troncal que llegue hasta ella. Se diseñó en la Alcaldía de Luis Eduardo Garzón y se adjudicó en 2007. La idea era que conectara las troncales de la Décima y la Séptima. Pero todo se fue a pique cuando Samuel Moreno decidió no hacer TransMilenio por la Séptima. 

Comenzó costando 35.000 millones y al final se invirtieron 50.500 millones, seis veces más que en otras estaciones. Ha sido una de las obras más sufridas por los bogotanos que circulan por el Centro Internacional. Para no dejarla como ‘elefante blanco’, el Distrito pondrá a rodar en diciembre 200 buses padrones híbridos, con puertas en ambos costados.

El vagón del Virrey

Un paradero de TransMilenio sin vías

Fue instalado en noviembre de 2011, sin embargo, aún hoy no sirve para nada. Es un vagón de estacionamiento de TransMilenio de 47 metros de largo ubicado en el costado sur de la estación del Virrey, en la calle 90 con la autopista Norte. Siete meses después, no ha sido inaugurado.?

En teoría se buscaba ampliar la capacidad de usuarios pero parece que no se dieron cuenta de que hasta allí no llegaba la vía. En mayo pasado se comenzó entonces a construir, a un costo de 500 millones de pesos, la parte de calzada necesaria para poner a funcionar el paradero.

Sin cables no funciona

Casa de Justicia de San Cristóbal Sur
3.208 millones de pesos

Se entregó hace ya casi dos años pero no funciona porque no se instaló el cableado estructurado. Ya tiene fisuras y hasta maleza, y el Distrito paga vigilancia y servicios públicos. La construcción costó 3.208 millones de pesos. El Fondo de Vigilancia y Seguridad está en el proceso de contratar el cableado.

Congelado en el tiempo

Nuevo comando para la Policía
De 43.000 a 82.000 millones de pesos

La idea era (¿o es?) construir un edificio inteligente, con helipuerto, auditorio para 900 personas y hasta gimnasio, para trastear el comando de la Policía Metropolitana de Bogotá, que hoy está en la avenida Caracas con calle Sexta. La obra que comenzó en 2010 debía estar lista hace un año y medio, pero está a medio camino y no se ha movido una piedra desde diciembre de 2012. 

El contrato, por 43.794 millones de pesos, fue adjudicado el 19 de noviembre del 2010. Los interventores dijeron que fueron amenazados de muerte por los constructores. Hoy, vale 82.000 millones de pesos terminarlo. Según el Fondo de Vigilancia, está a punto de recomenzar la obra. Hace poco se hizo el empalme entre el nuevo interventor y los constructores.

El túnel de Macondo

Interceptor Tunjuelo-Canoas
250.000 millones

Esta es una obra fundamental para descontaminar el río Bogotá y consiste en un túnel de 8 kilómetros que lleva las aguas negras de Bogotá, desde el Tunjuelo, hasta la futura planta de tratamiento Canoas, ubicada en Soacha, para después devolver las aguas limpias a la cuenca. En el túnel debían construirse varios pozos de inspección, pero uno de ellos, el número 12 no se hizo porque no se compraron los terrenos, tomaron un atajo y terminaron el túnel. 

Dos enormes máquinas de excavación, que se debían sacar por ese pozo, quedaron enterradas a 60 metros de profundidad. El Acueducto está pagando daños y perjuicios por ellas y si no las sacan (cuesta 35.000 millones ese trabajo) no se puede utilizar el túnel.

Un subterráneo de espanto 

Megaparqueadero de TransMilenio bajo la Plaza de la Hoja
35.500 millones de pesos

En plena avenida 30 con calle 19 se construyó un inmenso parqueadero subterráneo con capacidad para estacionar 60 buses articulados de 18 metros de largo. El techo del parqueadero se convirtió en lo que se conoce como la Plaza de la Hoja. La construcción total costó 35.500 millones de pesos. La idea era que allí se estacionaran los buses de TransMilenio cuando salen temporalmente de servicio en las horas de menor demanda. Sin embargo, hoy no se usa.