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Entrevista

"Los homosexuales tienen un espacio dentro de la Iglesia"

El padre José Cadavid fue orientador espiritual del grupo de oración de la Comunidad del Discípulo Amado en Bogotá y desde hace dos años replicó la experiencia en Cali con el Grupo Quirón.

26 de agosto de 2002

SEMANA: ¿Cómo se vinculó a la Comunidad del Discípulo Amado en Bogotá?

JOSE CADAVID: La experiencia ya estaba en marcha, se habían convertido en una especie de grupo interdisciplinario de 130 jóvenes dedicados a la formación humana, y yo llegué para apoyar el trabajo de orientación espiritual en un subgrupo que nació de esa comunidad, eran como 40 muchachos que tenían inquietudes en ese sentido. Las personas que conformaban este subgrupo no tenían problemas con su aceptación homosexual lo que querían era crecer más en el plano espiritual. El primer problema a resolver fue el rechazo que la iglesia católica manifiesta sobre las prácticas homosexuales. Los muchachos no entendían entonces por qué ahora esta misma iglesia les abría un espacio de reflexión. Pero era una cuestión de tiempo y de actitud para cambiar la confusión que sobre el tema se creo por la posición de la iglesia. En definitiva los homosexuales tienen un espacio dentro de la iglesia y nosotros lo estamos ayudando a rescatar.

S: ¿Cómo son esas reuniones y qué se hace en ellas?

J.C.: Las dirige un sacerdote. Empezamos con reflexiones en torno a lecturas bíblicas y con oración. Tenía que ser un sacerdote porque los muchachos no le comían cuento a ningún laico que llegara a hablarles de la palabra. Pasado un tiempo se organiza un retiro espiritual que yo creo que es el primero de este tipo en la historia. En ese momento tuvimos muchas críticas y existió también mucha prevención entre la gente pues no faltó el malpensado que decía que si se reunía un grupo de homosexuales era para ponerse a mariquear toda la noche, pero nosotros demostramos que se podía realizar un trabajo serio, respetuoso y responsable con esta gente. En el interior del grupo fuimos muy exigentes sobre todo en cuanto a la concentración para el trabajo, aunque si dos personas se conocen en medio de las actividades normales del grupo y se gustan, como pasa en cualquier otro grupo humano, luego en otros espacios de su vida podrán hacer lo que quieran. Pero al interior del grupo íbamos a trabajar para crecer espiritualmente.

S: ¿Cómo replica la experiencia cuando llega a Cali?

J.C.: Yo traía la inquietud porque, como se sabe, Cali presenta el mayor índice de homosexualidad en Colombia. Pero no existía ningún espacio en el Templete y tampoco era fácil crearlo porque acá hay demasiado machismo y sanción social. Por casualidades de la vida dos muchachos que son caleños y conocieron la experiencia del Discípulo Amado en Bogotá me contactaron y el 31 de agosto de 2000 nos reunimos por primera vez, dándole vida al Proyecto Espiritual Quirón. Fuimos 12 en la primera reunión. Allí diseñamos una estrategia publicitaria que consistió en repartir unos papelitos muy discretos en los bares, saunas, discotecas y sitios de prostitución, con una leyenda que decía: "Si quieres un crecimiento en el ámbito espiritual escribe a dacali2000@hotmail.com ó ven a nuestra próxima reunión en la dirección carrera 36 #7-60". Los resultados fueron abrumadores, para la segunda reunión llegaron 30 personas. El grupo siguió creciendo proporcionalmente hasta estabilizarnos en 120 personas.

S:¿Cuál es la importancia de crear estos espacios?

J.C.:El homosexual es un ser marginado, excluido y no sólo por la sociedad sino por la Iglesia que es más terrible. A las iglesias llegan muchos homosexuales por confesión o por dirección espiritual, pero la Iglesia no se compromete con ellos, es decir, la respuesta es tajante: si usted es homosexual pídale al señor para que le ayude a mejorarse. Allí hay un cuello de botella en la Iglesia sobre este tema, su compromiso es insuficiente y por eso es importante crear estos espacios.

S:¿Qué puede encontrar un homosexual que participa en este grupo y a qué se compromete?

J.C.:Este proceso que hemos iniciado busca que el homosexual tome conciencia de su realidad y que eso no le impida hacer un seguimiento profundo y radical de su fe católica. Ahora si usted es un católico completamente convencido y está en un proceso claro de seguimiento del Señor muchas cosas en la vida del homosexual tienen que cambiar. Esto no quiere decir que deben dejar de ser lo que son, más bien es un intento por proponer una vida más organizada desde la condición de homosexuales. En 1986 el Papa en un comunicado planteó que los homosexuales están llamados a ser santos. Los invitaba a que tuvieran una castidad plena. Es muy difícil que esto sea una experiencia de vida colectiva, porque la castidad es un don, un regalo de Dios y no todos pueden ser castos. En el futuro debemos hallar un mutuo respeto entre comunidad homosexual y la iglesia católica.

S:¿No es arriesgado apoyar un grupo compuesto por homosexuales ahora cuando la Iglesia sufre fuertes críticas por los escándalos que se han presentado en el interior de la misma?

J.C.:Aquí todavía se intenta esconder este tipo de situaciones para no lastimar la religiosidad del pueblo. Ahora se han endurecido las medidas. Y por lo menos ya existe una pastoral para homosexuales. Por eso nosotros estamos dispuestos a seguir adelante a pesar de la falta de tolerancia y el rechazo del que podemos ser víctimas.