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Los intocables

Por primera vez la Policía logra desvertebrar las temidas 'oficinas' de sicarios, responsables de la mayoría de los ajustes de cuentas en la ciudad de Cali

29 de junio de 2003

Cuando el cartel de Cali disminuyó su influencia delincuencial hacia 1997, por la captura o la entrega de sus capos, muchos colaboradores suyos quedaron sin empleo. Esos escoltas, sicarios, cobradores, mandaderos, jardineros y hombres de confianza estaban acostumbrados a obtener altos ingresos, darse la gran vida y gastar en mujeres, rumba y trago. Al verse sin un patrón para quién trabajar se dedicaron a lo único que sabían hacer bien: ejercer la violencia para cobrar las cuentas del hampa. Así nacieron las 'oficinas de cobro', famosas maquinarias de extorsión y muerte de un poder tal que convencieron a los caleños de que eran intocables.

Sin embargo la Policía Metropolitana, al mando del coronel Oscar Naranjo, está destruyendo ese mito. A comienzos de junio lanzó la Operación Poseidón y le asestó el primer golpe a una reconocida oficina de cobro que funcionaba en el exclusivo barrio El Ingenio, al sur de la ciudad.

Esta primera acción se basó en un operativo de inteligencia desarrollado durante varios meses de investigación, seguimientos y registros en video. Como resultado fue desmantelada la 'oficina de cobro' de Lisandro Quintero González, alias 'El Papi' o 'Chano'. Según la Dijin este hombre, del cual no se tienen antecedentes penales ni de policía en Colombia, se encuentra registrado en los archivos de la DEA como miembro del cartel del norte del Valle del Cauca.

La organización de los 'Varela', la banda de sicarios que según las autoridades lideraba en Cali alias 'Chano', tenía como centro de operaciones una casa ubicada en el barrio Mariano Ramos. Los investigadores sostienen que esa era la sede para las reuniones de los homicidas, el pago de los trabajos y la planeación de crímenes. Allí fueron capturados José Bernardo Jabela Narváez, su esposa, Gloria Nohemí Castro González, y Brigitte Varela Moreno, acusados de ser los responsables de la casa y de comercializar armas y explosivos para los asesinatos y los actos terroristas. En este lugar fueron decomisados 400 millones de pesos en joyas, 82.000 dólares y 34 millones de pesos en efectivo.

Esta captura llevó a la conexión con otras residencias en los barrios Antonio Nariño, El Limonar y El Ingenio, donde está ubicada la vivienda de 'Chano'. Allí las autoridades encontraron una mansión de gran fachada, en cuyo interior se hallaron obras de arte, muebles finos, porcelana importada, jacuzzi, bar y una gran variedad de objetos de gran valor, así como muchos símbolos de santería: fotos de la familia en vasos de agua con rezos especiales para protección y murales con santos alados en las paredes de los cuartos. La inclinación principal era rezarle al santo juez, que estaría de moda entre los narcotraficantes.

Por ahora los organismos de inteligencia del Estado tienen identificadas y ubicadas 13 'oficinas de cobro', que operan con 10 hombres en promedio, un verdadero ejército de sicarios que responde a intereses del narcotráfico. "Son realmente el brazo armado de los narcos en la ciudad", expresó Naranjo.

A pesar de que dos días después de la caída de esta primera estructura sicarial el comando de Policía recibió una serie de amenazas contra la institución y los agentes que participan en los operativos, el coronel Naranjo fue enfático en afirmar que "estamos notificando a esos criminales de que la Policía Metropolitana con toda decisión, con toda voluntad, con toda firmeza ha iniciado un proceso, en coordinación con la justicia, para identificarlos, judicializarlos y someterlos a la ley".