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| Foto: Guillermo Torres

JUSTICIA

Los maletines llenos de dinero que enredaron al Ñoño

Caudales de dinero y reuniones secretas en Sahagún con altos dirigentes políticos hacen parte del arsenal de pruebas de la Corte en el caso del senador del Partido de La U. El ventilador de Gabriel Dumar, clave para escalar el escándalo.

1 de marzo de 2018

Un trabajador de la UTL del senador Bernardo Elías le entregó a la Corte Suprema un dato que terminó siendo clave en la investigación contra su jefe. A los magistrados les aseguró que por solicitud de Otto Bula cambió en el Banco de Colombia de Unicentro 6 o 7 cheques, cada uno por 100 millones de pesos. Ese dinero luego se lo entregó en efectivo al mismo Bula, quien lo guardó en un maletín. Ambos se dirigieron al apartamento del senador: el empleado de Elías permaneció en la sala, Bula ingresó al estudio y salió sin el maletín.

Esta escena fue descrita por José Ignacio Burgos, quien se convirtió en uno de los testigos que la Corte Suprema de Justicia utilizó en contra del cacique político de Córdoba. Aunque Elías Vidal aceptó los delitos de cohecho y tráfico de influencias –por los cuales fue sentenciado a 6 años y 8 meses de cárcel, después de rebaja- le queda el camino más espinoso por delante. La corte deberá definir si lo llama o no a juicio por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, por los que se enfrenta a una pena superior a los 15 años de cárcel.

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Por lo pronto, el texto de la primera sentencia contra el Ñoño fue publicado (puede ver la sentencia aquí). Y lo que deja al descubierto es que el alto tribunal le da credibilidad a varios testigos que han hecho afirmaciones graves en contra de otras personas que podrían estar implicadas en el escándalo de los sobornos de Odebrecht en Colombia. Estos son Eleuberto Martorelli, Gabriel Alejandro Dumar Lora, Otto Nicolás Bula Bula y Federico Gaviria Velásquez.

Las declaraciones más sensibles las entregó el excontratista Gabriel Dumar. Como representante del Consorcio SION, su papel fue estratégico para la firma de contratos ficticios que permitieran liberar dineros para el pago de estas coimas. Las platas se giraron a través de la Concesionaria Ruta del Sol, de la que hacía parte Odebrecht y Corficolombiana, y era Bernardo Elías quien recibía los montos o decía a quién entregarlos. 

En total, dice Dumar, se entregó a través de la firma SION un contrato ficticio por 10.000 millones de pesos y otro, en el que aparecen en Unión Temporal con una empresa española, por 7.500 millones de pesos.

“Esos caudales, una vez le eran girados por Corficolombiana, previa presentación de factura y acta de obra ficticia, él los retiraba en efectivo y, nuevamente por indicación de Otto Bula, se los entregaba al senador Elías Vidal, en los sitios que él dijera: en su casa en Sahagún, en la casa de los suegros del congresista en Sincelejo, en la finca del tío de éste”, dijo el contratista. 

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Con relación a estos giros, la Fiscalía adelanta un proceso en contra de José Elías Melo, expresidente de Corficolombiana, por los delitos de cohecho y celebración indebida de contratos. Aunque fue dejado en libertad, Melo está a la espera de que comience el juicio en su contra. 

El testigo clave contra el ejecutivo es el expresidente de Odebrecht en Colombia, Luiz Bueno junior, quien aseguró que la firma brasileña le prestó plata a su socio en el consorcio con el fin de pagar el soborno y que se acordó que el dinero sería devuelto durante la ejecución del contrato. El socio era Episol, filial de Corficolombiana que tenía el 33% de la sociedad y, según el testigo, se acordó con Melo que ambos contribuían con un porcentaje proporcional en el pago del dinero para quedarse con la ruta del sol tramo dos. 

De la declaración de Dumar también se desprende la posible responsabilidad del suegro del senador Elías, el exparlamentario Eric Morris, sentenciado por parapolítica. Y entrega otro dato revelador: la forma cómo se habría repartido el dinero. Según él, los montos se dieron de la siguiente manera: 9.000 millones de pesos habrían ido a parar a manos de Roberto Prieto, según Dumar, para la campaña Santos; 200 millones de pesos para el parlamentario Antonio Guerra; y 50 millones para el actual viceministro de Agricultura, Luis Miguel Pico.

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Aunque Dumar admite que no entregó la plata directamente sino a través del Ñoño, sí subraya haber estado en una reunión en una finca en Sahagún junto con Roberto Prieto y Sergio Díazgranados. En esta, según su testimonio, se habría hablado de que la campaña de Santos tenía urgencia de estos recursos.

"El testigo manifestó que en marzo de 2014, el porcentaje correspondiente al anticipo (20%) se lo reclamaban con urgencia porque era época electoral y lo requerían para la campaña “Santos Presidente”. El 80% restante lo entregó el año siguiente", destaca la Corte en el fallo de Elías Vidal.

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Gran parte de los procesos que se han adelantado contra los implicados de Odebrecht tiene fundamento en las delaciones del exsenador Otto Bula. Sin embargo, otro de los testigos claves, Federico Gaviria, recién comenzó su colaboración y aún falta ver hasta dónde podrán llegar las actividades investigativas en contra de sus salpicados.

Por lo pronto, el ingeniero industrial, que ya había llegado a un pacto con la justicia por el ‘carrusel‘ de ambulancias, destapó la supuesta existencia de un grupo denominado como los ‘buldóceres‘, a cargo de abrirle camino a Odebrecht en el Congreso. Los nombres que aparecen mencionados en el listado de nombres salpicados están: el Ñoño Elías, Musa Besaile, Plinio Olano, Antonio Guerra, Álvaro Ashton, Armando Benedetti, Sandra Villadiego, Martín Morales y Ape Cuello, además del actual contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados. Varios de ellos fueron compulsados por la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia. 

A estas alturas, cuando la corte pone a Gaviria como testigo clave contra el Ñoño y hace efectiva la orden de captura en contra de Plinio Olano, basada prácticamente en la declaración que entregó este mismo implicado, se puede inferir que sobre algunos de estos nombres habrá movimientos.