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Esta última semana de legislatura es clave para varios proyectos económicos que parece terminarán a pupitrazo

CONGRESO

Los micos hacen fiesta

Mientras todo el mundo está pendiente del referendo, en el Congreso están aprobando leyes trascendentales y algunas con micos que tienen impacto en la banca, los seguros, las telecomunicaciones y muy posiblemente el tabaco.

13 de junio de 2009

Mientras el país anda preocupado por la reforma política y el referendo reeleccionista, en el Congreso importantes proyectos económicos hacen trámite silenciosamente. Como suele suceder al final de toda legislatura, de la nada llovieron proposiciones que terminaron colgadas como micos en los proyectos y sus efectos podrían ser graves.

La reforma financiera, el proyecto económico más importante en esta legislatura, trae más de una sorpresa. Para muchos analistas del sector bancario, el gobierno se apresuró a sacarlo y perdió la oportunidad de debatir una verdadera reforma que contenga las lecciones aprendidas de la reciente crisis financiera internacional. En cambio se incluyeron asuntos cuyo alcalde todavía no se conoce.

Se incluyó un artículo que crea un programa llamado 'balance social' que el gobierno reglamentará y que será coordinado por la Consejería de Acción Social de la Presidencia, para que las entidades financieras dentro de su responsabilidad social hagan énfasis en la educación superior para los estratos 1, 2 y 3. Algunos banqueros se declararon sorprendidos y no entienden qué se pretende al direccionar la actividad social del sector privado. "Eso es autónomo de las empresas", dijeron. Están preocupados, porque desconocen el alcance y la verdadera intención del proyecto.

Otro artículo tiene que ver con un beneficio que se les otorgará a los cafeteros y los arroceros que tienen deudas pendientes en el Programa de Reactivación Agropecuaria (Pran). Estas obligaciones se podrán extinguir, bajo ciertas condiciones. Se teme que se abra la puerta para que otros sectores reclamen estímulos similares.

También, a última hora se aprobó una proposición que les prohíbe a las compañías de seguros seguir ofreciendo pólizas exequiales en especie, es decir, por medio de servicios funerarios, como vienen haciendo. Al mismo tiempo, les permite a todo tipo de sociedades, -como las funerarias- ofrecer este tipo de coberturas, en especie. Este es un duro golpe para el sector asegurador y un gol de las funerarias. Las aseguradoras advierten que se podría sentar un precedente gravísimo en contra de otros ramos de seguros en los que el pago en especie se da por descontado, como en los casos de vehículos, el pago directo a las clínicas que se hace en las pólizas de salud, o también de hogar en los productos de calamidad doméstica. También se crea el RUS, un registro de las personas que adquieren seguros. El tema preocupa por los riesgos que implica en materia de privacidad.

En otros sectores también hay sorpresas. La Ley de Telecomunicaciones, que está lista para último debate, tira por el suelo todos los logros de la Superintendencia de Servicios Públicos en materia de protección de los usuarios de telefonía fija. De acuerdo con la Superintendencia, al delegar en la nueva Comisión de Regulación de las Comunicaciones la facultad de reglamentar la protección del consumidor, se deja a los usuarios de los servicios sin quien los defienda frente a las empresas. En este mismo proyecto hay gran preocupación por el enorme poder que se está delegando al Ministerio de Comunicaciones en lo relacionado con la nueva forma de prestar los servicios de las telecomunicaciones, como telefonía y televisión por Internet. La norma crea una nueva agencia adscrita al Ministerio, que muchos consideran una burocracia innecesaria y que para nada resuelve el tema de fondo que viene de tiempo atrás: el choque de competencias entre la Comisión Nacional de Televisión y el Ministerio.

Otro proyecto de gran importancia, y sobre el cual ha habido enorme presión, es la ley antitabaco. Mientras en Estados Unidos el Congreso acaba de darles vía libre a las autoridades para regular no sólo el mercadeo de cigarrillos, sino hasta la forma como se producen, en Colombia todavía se discute si se debe legislar o no sobre este polémico mercado. Esta semana es decisiva para este proyecto que prohíbe la venta al menudeo de cigarrillos, obliga a los avisos de advertencia en las cajetillas; restringe la publicidad en eventos deportivos y culturales, y ratifica que nadie podrá fumar en espacios públicos.

Ojalá que en este proyecto, como en los otros, no se repita la historia de siempre, de que por el afán todo termine a pupitrazo limpio.