Home

Nación

Artículo

Según Jaime Castro el M-19 no iba por el Palacio de Justicia sino por el de Nariño. En su libro defiende la forma como actuó el gobierno en este hecho

HISTORIA

"Los narcos sí apoyaron el asalto"

El ex alcalde Jaime Castro, ministro de gobierno de Belisario Betancur, cuenta en su nuevo libro su visión de la toma del Palacio de Justicia por el M-19 el 6 de noviembre de 1985.

22 de agosto de 2009

SEMANA: ¿Por qué después de tantos años decidió contar su mirada sobre el Palacio de Justicia?

Jaime Castro: Durante más de 20 años muchos han buscado la 'garganta profunda' que cuente lo que no se sabe del tema, pero no la han encontrado y creo que no aparecerá, porque no hay nada secreto. Todo fue público y se conoció en detalle desde el mismo momento de los hechos. Lo que hay son interpretaciones diversas y a veces opuestas. La mía 'equilibra' la versión histórica de lo que ocurrió.

SEMANA: ¿Qué se van a encontrar los lectores en su libro 'Palacio de justicia, ni golpe de Estado ni vacío de poder'?

J.C.: La explicación razonada de que no hubo ni lo uno ni lo otro, como piensan muchos. De manera documentada se contextualiza el asalto, sus antecedentes y desarrollos; los propósitos de quienes lo concibieron y ejecutaron, además de mostrar la manera como los guerrilleros respondieron a las propuestas serias del gobierno para darle solución incruenta a la toma.

SEMANA: ¿Por qué dice que el M-19 no iba por el Palacio de Justicia, sino por el de Nariño?

J.C.: No lo digo yo, lo dijeron los asaltantes. "Venimos por el poder, a vencer o a morir". "Nuestro operativo se tiene que cumplir hasta en sus últimas consecuencias". "Los nuestros son actos propios de un nuevo gobierno". Pensaron, incluso, en volar el Palacio con todos sus ocupantes. Para ello habían colocado explosivos de alto poder en las 22 columnas que sostenían el edificio y que la fuerza pública desactivó oportunamente. Le apostaron a un nuevo "Bogotazo". Fue, si se quiere, el delirio terrorista en su máxima expresión.

SEMANA: Si los líderes del M-19 han negado que la toma fue financiada por Pablo Escobar, ¿con qué evidencias lo afirma usted?

J.C.: Todo lo que hago es transcribir documentos que prueban la participación del narcotráfico en el asalto. Motivo: la extradición, cuya validez constitucional debía decidir la Corte Suprema. El año pasado, el fiscal Mario Iguarán dijo que la entidad se "moría de las ganas" por judicializar el tema, pero que no podía porque las acciones habían prescrito y los responsables estaban muertos o indultados. Mi aporte consiste en decir que si los narcos no lo hubieran financiado, no habría habido asalto. Su preparación y su ejecución demandaron inversiones que sólo ellos podían hacer.

SEMANA: ¿Cómo va a decir usted que no hubo golpe y vacío de poder, ante la forma como actuó el Ejército?

J.C.: Quienes piensan eso se niegan a aceptar que el Gobierno, con el Presidente a la cabeza, sin renunciar a sus atribuciones y sin interferencias o presiones, decidió lo que decidió, y no lo que sus contradictores creen que ha debido hacer. Quien lea las decisiones de la Sección Segunda y de la Sala Plena del Consejo de Estado no comparte esa pregunta.

SEMANA: No cree que esa posición convierte al gobierno Betancur en cómplice de las desapariciones, por ejemplo? ¿Cuándo se enteraron usted y el gobierno de que había desaparecidos?

J.C.: El tema de los desaparecidos se trató desde los días siguientes. El Tribunal Especial de Instrucción, que contó con el apoyo del gobierno en sus investigaciones, concluyó que se podía hablar de una persona desaparecida, no de varias. Las desapariciones de que se habla pudieron tener lugar después del 6 y el 7 de noviembre, que son los días del asalto y son objeto ahora de investigación penal. Quienes hablan o escriben sobre el tema expresan más emociones y pasiones que razones. Deberían esperar que la justicia decida.

SEMANA: ¿Por qué el ex presidente Betancur decidió hacerle el prólogo a su libro?

J.C.: Él dice en su prólogo que el libro establece de manera exacta y objetiva los hechos y la magnitud del asalto que amenazaba el orden jurídico y democrático, y que si a él le hubiera tocado realizar un trabajo tan arduo y objetivo, habría escrito algo muy parecido.