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Santiago Lizarralde Campo, hijo de los ministros de Agricultura y Educación. | Foto: SEMANA.

AGRO

“Nosotros no hemos comprado terrenos baldíos”

Santiago Lizarralde hijo de los ministros de Agricultura y Educación, defiende la compra de tierras de su familia en Vichada.

Claudia Morales, especial para Semana.com / @ClaMoralesM
16 de septiembre de 2013

Santiago Lizarralde Campo es hijo de los ministros de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, y de Educación, María Fernanda Campo. La semana pasada hizo público un reclamo a través de Twitter por la desinformación que, según él, habido sobre la compra de predios por parte de su familia en el Vichada. En particular, se refirió a las opiniones que esta periodista ha hecho públicas sobre el tema y pidió un espacio para aclarar la realidad de los hechos. Explica y responde las dudas que hay en torno al negocio de Indupalma en ese departamento del que su papá fue el gerente general hasta hace una semana, cuando fue nombrado ministro. También dice cómo fue que su mamá, siendo presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá en el año 2010, y cuatro hermanos de ella, se vincularon al proyecto de caucho en ese departamento.

Semana.com: ¿Cómo fue que Indupalma pasó de cultivar palma en el Cesar a montar un negocio de caucho natural en el Vichada?

SANTIAGO LIZARRALDE CAMPO: Indupalma buscó otros horizontes cuando no tuvo cómo más expandirse en el Cesar, que es donde empezaron con su proyecto de palma hace 50 años. En consecuencia, buscaron negocios afines encontrando en el cultivo de caucho natural la mejor opción.

Semana.com: ¿Por qué escogieron el Vichada para desarrollar el proyecto de caucho?

S.L.C.: Indupalma llegó al Vichada por una investigación que realizó el instituto francés CIRAD. Ese instituto ha asesorado a la empresa desde su creación en aspectos técnicos y agrícolas en materia de palma africana. El CIRAD también conoce el negocio del caucho natural, y en esa medida recorrió toda Colombia y finalmente recomendó el norte del departamento del Vichada por las condiciones climatológicas y técnicas.

Semana.com: ¿Sabían que varios de los predios del norte de Vichada estaban definidos como Unidad Agrícola Familiar (UAF)?


S.L.C.: Cuando Indupalma determinó la zona donde pretendía desarrollar el nuevo proyecto, se encontró con que existía esa limitación para la adquisición de tierra. En consecuencia, lo primero que hizo la empresa fue adquirir un predio equivalente a una UAF, y así empezar el desarrollo del proyecto. Posteriormente, para continuar con su desarrollo, determinaron los predios aptos el cultivo del mencionado producto, los cuales debían tener títulos válidos, ser pertenecientes a personas que no tuvieran ningún tipo de problema con las autoridades, y que legalmente no tuvieran ningún tipo de restricción para su venta. La empresa manifestó que una persona natural o jurídica no podía ser propietaria de más de una UAF.

Semana.com: ¿Y cómo llegaron los compradores de tierra?

S.L.C.: Indupalma contactó a la gente cercana de la empresa y le contó sobre una oportunidad de inversión a larguísimo plazo. El tema es que el caucho natural empieza a producir siete años después de sembrado.

Semana.com: Pero ¿quién era esa gente conocida?

S.L.C.:
Muchos son los que ya tienen palma en el Cesar y personas cercanas y conocidas por la empresa. Sobre el particular, quiero señalar que mis papás están separados hace más de 22 años y tienen una muy buena relación. Por esto, también invitó a mi mamá y a algunos de sus hermanos, con quienes también tiene una buena relación, para que se vincularan al proyecto por medio de la compra de tierra e invirtieran en el negocio. Se trababa de invitar personas de confianza.

Semana.com: En los documentos que tengo hay un núcleo de tierra formado por los predios El Gorro, La Cola, El Nudo y La Costa, que suman 5.065 hectáreas de tierra, y que cada predio fue comprado el mismo día y en tiempo récord. ¿Por qué?

S.L.C.: La gran mayoría de predios se compraron en un periodo de tiempo supremamente corto, con la finalidad de evitar la especulación del precio de la tierra. Si la gente ve que están comprando tierras, el que venda después le va a poner uno o dos ceros más al valor real y se presentaría un escenario de especulación.

Semana.com: Hábleme del predio que compró la ministra Campo y sus cuatro hermanos.

S.L.C.: Mi mamá decidió invertir en el proyecto, y adquirió un predio equivalente a una UAF. Para ello, constituyó una S.A.S. donde ella era la única accionista, y me puso a mí como representante legal suplente. Para ese momento, ella era la presidente de la Cámara de Comercio, y me atribuyó esa responsabilidad para poder asistirla contractualmente en caso en que ella lo requiriera. Por otro lado, cuatro de mis tíos, (hermanos de mi mamá) compraron un predio distinto a otros propietarios, también equivalente a una UAF, en donde constituyeron otra S.A.S. distinta a la de ella, siendo ellos los únicos accionistas. Adicional a éstos, unos amigos cercanos a ellos, también invitados por Indupalma compraron el predio en el mismo sector de éstos.

Semana.com: También tengo un certificado de tradición y libertad que da cuenta de otro predio que usted compró con otra persona a través de una S.A.S. distinta a las dos anteriores.


S.L.C.: Así es. Yo cree una S.A.S. con un amigo mío, que también quería participar en el proyecto. Yo tenía unos ahorros y con él decidimos comprar otra UAF en un sector distinto.

Semana.com: Y usted era el representante legal de la SAS.

S.L.C.: Sí, yo lo era. No obstante, un año después decidí retirarme y venderle mi propiedad porque los gastos que demandaban constantemente el proyecto eran imposibles para mí, tengo 25 años y no tengo el músculo financiero que el asunto requiere.

Semana.com: El problema que hay con los predios de la ministra y sus hermanos, es que fueron adjudicados como baldíos al primer dueño. Y una interpretación del artículo 72 de la Ley 160 es que esos predios no deberían terminar en manos de personas como ustedes que están lejos de tener las necesidades de los campesinos que reciben ese tipo de tierras.

S.L.C.:
Nosotros no somos adjudicatarios de baldíos; nosotros compramos de acuerdo con la ley unos predios a unas personas propietarias legítimas de dichos bienes.

Semana.com: Entonces le pregunto de otra manera. Cuando compraron las tierras, ¿alguien le advirtió a su papá, que era el gerente del proyecto, a la ministra y a sus tíos que los predios fueron adjudicados originalmente como baldíos y que eso podría representar un problema?

S.L.C.: No. De lo único que nos ocupamos era de que los terrenos fueran poseídos por personas naturales que no tuvieran cuestionamiento alguno desde el punto de vista legal, que pudieran transferir su propiedad sin ninguna restricción, y que no fuéramos a adquirir cada uno más de una UAF. Lo demás tenía que ver era con las condiciones técnicas del terreno.

Semana.com: Cuando ustedes recibieron las escrituras de esos predios, y vieron que los dueños habían sido beneficiarios de terrenos baldíos, ¿no les preocupó?

S.L.C.:
No. Siempre tuvimos claro que era posible enajenar ese predio y que estábamos actuando de acuerdo con la ley.

Semana.com: Lo cierto es que ustedes crearon S.A.S. para comprar predios y que esos predios tenían antecedentes de baldíos.


S.L.C.: En Colombia en algún momento de la historia todos los predios fueron baldíos. Nosotros creamos S.A.S. y las adquirimos legalmente a personas que tenían la propiedad y disponían de ella. La acumulación de tierra no es una conducta propia de las personas de las que estamos hablando.

Semana.com: La Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Puerto Carreño dice que esos terrenos sí fueron baldíos.

S.L.C.: Efectivamente, y también es claro que dichos predios habían sido adjudicados a los vendedores hace más de 16 años. Esto no significa que haya comprado un terreno baldío. Los mencionados terrenos que se compraron, si bien son vecinos entre ellos, son todos independientes y pertenecen a diferentes propietarios.

Semana.com: Otra cosa que me llamó la atención es el valor de la tierra que compró la ministra Campo. Ella es dueña de 1.256 hectáreas que compró en 2010 por 25’836.000 pesos. Eso quiere decir que cada hectárea costó 20.570 pesos. ¿Cómo se puede explicar eso?

S.L.C.: Mire, es que allá no hay Estado, no hay servicios públicos, ni siquiera operadores de celular, no hay carreteras. Lo que hay actualmente es gracias a que Indupalma ha hecho campamentos, pozos para la obtención de agua y ha puesto plantas eléctricas para tener luz. Si no llega una empresa como Indupalma no habría nada, los campesinos solos no podrían tener posibilidad de desarrollo.

Semana.com ¿En algún momento desde INDUPALMA se les ha propuesto solicitar subsidios para invertir en esos predios? ¿Sabe si algunos de ellos han sido concedidos y cuál es su valor?

S.L.C.: Indupalma le ha planteado la opción a los inversionistas de solicitar el Incentivo a la Capitalización Rural, tal como se realiza con cualquier solicitud.