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El Congreso de la República. | Foto: Archivo SEMANA

CONGRESO

Las promesas incumplidas de la reforma

Una cosa fue el equilibrio de poderes que anunció el presidente Juan Manuel Santos y otra el que aprobó el Congreso diez meses después.

9 de junio de 2015

En la noche de este martes, la Cámara de Representantes aprobó en último debate la reforma al equilibrio de poderes. Sin duda, el proyecto bandera del Gobierno en la presente legislatura, y el que más tiempo ocupó al Congreso desde el pasado mes de septiembre.
 
El Gobierno, por boca de sus ministros Juan Fernando Cristo y Yesid Reyes, dio un parte de victoria. No en vano el principal objetivo de la reforma, eliminar la reelección presidencial y prohibir la de los demás altos funcionarios del Estado, se cumplió plenamente.
 
Sin embargo, desde cuando el presidente Juan Manuel Santos presentó el proyecto al país, este no se concentraba sólo en eliminar la reelección, sino que buscaba hacer ajustes a los poderes del Estado. Así fue asumido por el Gobierno: como la oportunidad para depurar algunas prácticas de la política y despolitizar la justicia. En ese objetivo, el resultado no es tan victorioso.
 
El 3 de septiembre del año pasado, el presidente Santos presentó la reforma al equilibrio de poderes. En su discurso explicó lo que, en su criterio, era la columna vertebral del proyecto, o lo que llamó tres ejes principales (Ver discurso).
 
La reelección
 
El primero: “Vamos a eliminar la figura de la reelección. La reelección va a quedar eliminada. Y no sólo la reelección del presidente de la República, sino la de todos los altos funcionarios del Estado”. Cumplió.
 
Acabar el voto preferente
 
“El segundo tema fundamental que contiene la reforma –dijo Santos en ese entonces- es que vamos a mejorar la política y para ello se propone acabar con el voto preferente. Ahí creemos que se puede encontrar el origen, la fuente de muchas de las dificultades, de las críticas, de las prácticas inconvenientes que tiene nuestra política”.
 
Y afirmó: “Este es un paso que no podemos aplazar por más tiempo. Se ha venido discutiendo hace rato. Y hay que acabar el modelo de listas abiertas en las elecciones para corporaciones públicas. Mientras más fuertes sean los partidos —eso es casi que una regla de oro de la democracia—, más fuerte es la propia democracia. Y eso es justamente lo que queremos que pase con esta reforma al eliminar el voto preferente”.
 
La promesa no se cumplió. Durante cinco de los ocho debates el Congreso venía aprobando la obligación a los partidos políticos de presentar listas cerradas a corporaciones públicas. Pero en el sexto, el Senado lo eliminó y lo mismo hicieron los representantes a la Cámara. El segundo eje de la reforma de Santos no se cumplió.
 
En consecuencia, cuando se creía que la reforma adoptaría nuevas normas para las próximas elecciones presidenciales y de Congreso, nada cambiará. En el 2018 los partidos políticos podrán presentar listas abiertas o cerradas, y no habrá la obligación de conformar listas 50 % mujeres y 50 % hombres.
 
Senado regional
 
“El tercer eje de la reforma tiene que ver con garantizarles a todos los departamentos del país vocería y representación en el Senado”, anunció el presidente Santos en septiembre.
 
Este anuncio obedecía a que en las pasadas elecciones de Congreso había departamentos como Córdoba que tenían hasta nueve senadores, y otros que no pudieron alcanzar representación en la cámara alta.

“Y en el caso colombiano, en este momento pues tenemos una situación que ante cualquier análisis es inconveniente, no es aceptable: 14 de los 32 departamentos no tienen representación en el Senado de la República. Y eso es lo que queremos corregir”.
 
El Senado regional que propuso el Gobierno fue aprobado en siete debates, pero en el último la plenaria de la Cámara decidió eliminarlo. El tercer eje de la reforma, según Santos, tampoco se cumplió.
 
En aquel discurso el mandatario también mencionó elementos adicionales de la reforma.
 
Eliminar el Consejo Superior de la Judicatura
 
“Se va a transformar el Consejo Superior de la Judicatura para mejorar la administración de justicia. Todos sabemos que ahí hay unos problemas difíciles, complicados, que hacen que la justicia no sea lo más eficiente y lo más efectiva que pudiera ser. Por eso esa transformación es tan importante”. El Gobierno cumplió. La reforma eliminó este organismo y creó la sala de gobierno de la rama judicial, que en adelante administrará la rama.
 
La puerta giratoria

 
“(La reforma) prohíbe la puerta giratoria entre los magistrados de las Cortes. Esto es algo que creo que es sano desde todo punto de vista”. Ningún rechazo generó esta propuesta. Cumplió.
 
Las funciones electorales de las Cortes
 
“La reforma reformula el proceso para la elección para el contralor general de la República y para el procurador general de la Nación”, anunció Santos con el objetivo de quitarles facultades electorales a las cortes. Cumplió parcialmente, pues el proyecto aprobado despojó a las Cortes su función de nominar al contralor, pero mantuvo intactos los procedimientos de elección de procurador y fiscal general, en los que las Cortes mantienen su injerencia.
 
“La reforma también propone que el sistema de cooptación vuelva a regir para la designación de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado”, prometió el mandatario. Otro punto en el que la reforma cumplió.
 
La comisión de aforados
 
“En una democracia fortalecida —es otra parte de la reforma— ningún otro alto funcionario del Estado puede estar exento de responsabilidad penal, fiscal o disciplinaria. Por eso la reforma propone eliminar la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes para dar paso a un tribunal de aforados". Cumplió.
 
Como suele pasar, una cosa es el proyecto que llega al Congreso y otro la ley que se aprueba en él. Aunque se puede decir que el Gobierno cumplió con sus anuncios, pues presentó el proyecto, y que el Legislativo es independiente de sus decisiones, para nadie es un secreto que los parlamentarios definen su voto dependiendo del concepto del Gobierno.

En todo caso, la reforma al equilibrio de poderes para muchos opositores al Gobierno puede ser un ejemplo más de que el Gobierno se quedó en anuncios. El representante Álvaro Hernán Prada, del Centro Democrático, consideró que no habrá tal equilibrio de poderes. “El Gobierno bien pudo haber presentado un solo artículo que eliminara la reelección y no generar tantas expectativas que al final no se cumplieron”.
 
Sin embargo, como lo dijo el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, la columna vertebral de la reforma fue aprobada.