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LOS QUE GANARON

SEMANA echa un vistazo a los "palos" parlamentarios del 11 de marzo

23 de abril de 1990

Contrario a lo ocurrido en la Consulta Popular, en donde el resultado fue categórico a favor de César Gaviria, en materia de jefaturas regionales no resulta tan fácil decir quiénes fueron los ganadores.
Todo depende del cristal con que se mire o del criterio que se aplique. En un departamento puede ser ganador de las elecciones el que haya obtenido la mayor votación individual, pero también puede ser el que, al presentarse por primera vez a la contienda política, haya sorprendido con un caudal electoral elevado. En otra región se podría considerar victorioso al jefe político que haya duplicado o triplicado su votación de hace cuatro años, pero también puede ser el novato que se perfila como un peligro para el cacique consagrado.

Quién duda, por ejemplo, que Fuad Char, en el Atlántico, fue un ganador neto. Al presentar su candidatura para el Senado de la República, Char tenía tras de sí un elevado prestigio como empresario privado y ciertamente había dejado una buena impresión como ministro de Desarrollo. Pero en las urnas no era tan fácil. En primer lugar era la primera vez que se presentaba a unos comicios, sin experiencia en el manejo de un aparato electoral y, además, encabezando su propia lista, o sea, sin el arrastre de algún cacique consagrado.
En segundo término, se enfrentaba a uno de los barones electorales más fuertes del país como es José Name Terán. Su estreno político, sin embargo, fue sorpresivo no sólo por estas circunstancias, sino principalmente por el elevado volumen de votos que colocó en las urnas. En efecto, hecho el 95% de los escrutinios departamentales, y partiendo de cero, la lista de Char contabilizaba 91.533 votos, cifra que lo coloca automáticamente entre los nuevos grandes electores del país.
Con distintos matices, el caso en Antioquia se parece bastante. Bernardo Guerra Serna sigue siendo el rey con la mayor votación en todo el departamento. Pero Alvaro Uribe Vélez, un muchacho audaz, de 37 años buen orador, con carisma y con experiencia administrativa, duplicó su votación sorprendentemente, pasando de 39 mil votos que había colocado e 1986 a 92 mil del pasado 11 de marzo. Con este resultado, Uribe Vélez no sólo supera al precandidato antioqueño William Jaramillo Gómez en cerca de 15 mil votos, sino que se perfila automáticamente como la mayor amenaza de los últimos tiempos para el cacicazgo de Guerra Serna.

El caso del Quindío es el de un verdadero "palo". En este departamento irrumpió David Barros Vélez, 3, años, ex alcalde de Armenia y ex gobernador, pero sin ninguna experiencia en corporaciones públicas ni el proselitismo político. Con 32 mil votos que colocó en las urnas hizo moñona: derrotó al barón Ancízar López, que puso 24 mil votos, se convirtió en el senador más joven de la nueva legislatura e impuso un nuevo estilo de hacer política. Un poco al estilo de los gringos supo explotar el símbolo de la familia unida en un departamento de raíces paisas, hasta el punto de que las cuñas radiales las hacía su hijo de apenas 3 años, diciendo: "Vote por mi papá...".

En cambio, Horacio Serpa Uribe no es un principiante. Lo destacado de su victoria en Santander está relacionado con otras circunstancias. Enfrentado al grupo del contralor en cabeza del senador Eduardo Mestre, quienes habían sido en las últimas elecciones los mandamás del departamento, en esta ocasión Serpa los derrotó y colocó la mayor votación con 74.883 votos, 20 mil más que hace cuatro años. Pero más que derrotar al contralor, la faena de Serpa Uribe consistió en derrotar el miedo y las amenazas. Serpa es uno de los dirigentes políticos más amenazados del país. Hay regiones de Santander a donde no puede ir porque lo quieren matar los de la extrema derecha y hay otras a donde tampoco puede ir por que lo quieren matar los de la extrema izquierda.
Sin los problemas de seguridad de Serpa, el representante Carlos Celis protagonizó en Norte de Santander un debate similar enfrentado a dos senadores consagrados: Félix Salcedo y Jorge Cristo. Cuando se supo que Celis pretendía ascender al Senado con su propia lista muchos pensaron que era una locura que le podría costar su escaño en el Congreso y que era mejor que se quedara en la Cámara. Pero no fue así.-Celis aumentó su votación con respecto a 1986 en 13 mil votos. Y en esas circunstancias no sólo obtuvo su curul de senador, sino que se colocó como el primer elector del departamento y por su culpa el conservatismo perdió un cupo en el Senado.

Como Celis en Norte de Santander, el representante Guillermo Alberto González, en el Cauca, también parecia en la cuerda floja por cuenta de su aspiración de pasar de la Cámara al Senado. Su colega Edgar Papamija llegó, inclusive, a apostar a la derrota de González, pues en realidad parecía muy difícil que, en medio de grandes electores como Aurelio Iragorri y Humberto Peláez, pudiera remontar la cifra de 24 mil votos que había colocado en 1986. Pero lo logró y los 32 mil votos que alcanzó lo ubican en el tercer lugar de su departamento, muy cerca de Iragorri, que tuvo 39 mil, y de Peláez, con 36 mil.

Otro joven en ascenso que puede considerarse ganancioso es David Turbay Turbay en Bolívar. Ya había sido elegido senador en la legislatura pasada, y con los mismos 50 mil votos que entonces colocó con su nombre se habria podido dar por bien servido, pues su problema es que le toca competir con la familia Facciolince dueña desde hace tiempo, del electorado en ese departamento. No es que los Facciolince hayan sido derrotados, pues colocaron dos senadores en listas diferentes, pero, precisamente por eso no dejó de ser sorprendente que David Turbay aumentara su votación a la nada despreciable suma de 72 mil votos.

Aunque Mario Galán Gómez padre de Luis Carlos Galán, fue una fórmula adoptada a ultima hora para cohesionar bajo su símbolo a las fuerzas galanistas, el resultado de la lista que encabezó para senado fue quizás la que más desquició los cálculos que se hacían y la que puso en aprietos al mayor número de competidores.
Cualquier suma de votos cercana a 150 mil se consideraba un hit que muy pocos sospechaban. El resultado final, rozando los 200 mil votos, hizo que todos los demás aspirantes a Senado se tuvieran que contentar con cifras muy por debajo de 100 mil. Su victoria es el resultado del arrastre que juntos lograron en Bogotá y Cundinamarca, Galán y Gaviria.

Una jugada parecida, aunque por razones bien distintas, favoreció notablemente a Carlos Holguin Sardi en el Valle, en donde ganó sin atenuantes. Holguin unió a sus votos los del candidato de su partido, Rodrigo Lloreda, que no participó en la elección parlamentaria, y gracias a esa coyuntura se convirtió en el mayor elector del conservatismo en todo el país.

Como en una selección de esta naturaleza se trata es de destacar los casos más representativos, es imposible mencionar a todos los que significaron un esfuerzo politico y personal en las distintas regiones del pais. Probablemente por eso aquí no están todos los que son, aunque con seguridad sí son todos los que están.--