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Mariana Pajón, oro en ‘bicicross’

OLIMPIADAS

Los secretos del milagro olímpico

¿A qué se deben los apoteósicos triunfos de los colombianos en Londres? SEMANA revela cinco claves que explican por qué este año el país brilló en este certamen más que nunca en su historia.

15 de diciembre de 2012

Poco antes de que los Juegos Olímpicos abrieran sus puertas el pasado 27 de julio, un aire de confianza se respiraba en los corrillos del Comité Olímpico Colombiano. Funcionarios y varios entrenadores vaticinaban que Colombia ganaría medallas y renombre internacional. Para entonces el país ya había alcanzado una importante marca. Nunca antes había obtenido tantos cupos para unas olimpiadas: 104 deportistas participarían en 18 disciplinas, y viajarían a Londres para darlo todo.

Los anuncios no solo se cumplieron sino que superaron todas las expectativas. Con la bicicrosista Mariana Pajón a la cabeza, que se apuntó una medalla de oro, la delegación colombiana rompió sus propios récords. Catherine Ibargüen en salto triple, Rigoberto Urán en ciclismo de ruta y Óscar Figueroa en levantamiento de pesas se hicieron cada uno a una medalla de plata. El bicicrosista Carlos Mario Oquendo, la yudoca Yuri Alvear, el taekwondista Óscar Múñoz y la luchadora Jackeline Rentería ganaron preseas de bronce. Ocho medallas en una sola versión de los Juegos eran casi lo mismo que Colombia había cosechado en 80 años de participación en las Olimpiadas. La noticia le subió en 2012 los ánimos a un país afligido por la violencia y la corrupción.

¿Qué hizo posible que se diera un salto histórico en el rendimiento olímpico? SEMANA consultó a aquellos funcionarios y técnicos que con tanta confianza habían predicho las alegrías y las medallas que Londres trajo. Estos son los seis pilares del triunfo olímpico.

1. Como China y Estados Unidos

Es clave que el deporte sea un asunto de Estado. Los ejemplos de China y Estados Unidos –y en el pasado la Unión Soviética– sirven para entender cómo el rendimiento deportivo depende de una decidida política estatal. Una potencia olímpica no solo se basa en el talento. La forma como las instituciones fomentan el deporte, como identifican y reclutan talentos y como los mantienen competitivos es un factor de éxito. En Colombia, la bonanza olímpica obedece a un paso revolucionario impulsado en 2000 por el entonces director de Coldeportes, Diego Palacios, ya fallecido. Con él llegó al país una cultura de planificación deportiva, que con el tiempo se estableció de la mano de reformas como la introducida por el gobierno de Álvaro Uribe que destina al deporte una parte del IVA de telefonía celular. La visión del deporte como un bastión nacional se mantiene y ha producido la llegada, entre otras cosas, de biomédicos, psicólogos y nutricionistas altamente calificados. Hoy, más de 3.000 millones de pesos se invierten al año para preparar a casi 200 deportistas de alto rendimiento.

2. Dietas a la medida

La dieta es crucial. Esto lo dicen hoy los entrenadores que tuvieron a su cargo a los deportistas colombianos en Londres. Pero hace algunos años la respuesta no habría sido uniforme. Aunque el arte de combinar una buena nutrición y un estricto entrenamiento para lograr un alto rendimiento es quizá tan viejo como los Juegos Olímpicos, en Colombia por mucho tiempo los deportistas eran abandonados a su suerte con la sola advertencia de que debían alimentarse bien. ¿Qué significaba eso? Hoy, un metodólogo tiene a su cargo “encaminar” a los deportistas. Si uno de ellos baja de peso o presenta niveles metabólicos irregulares, él reacciona. El papel de los nutricionistas en Londres y en los certámenes del ‘ciclo olímpico’ fue clave.

3. 50 por ciento psicología

Una competencia es 50 por ciento rendimiento y 50 por ciento psicología. La frase es trillada, pero constituye una realidad para quienes compiten en los Juegos Olímpicos. Sea un tirador, un boxeador, un corredor o un pesista, el talento y la capacidad física de un atleta no son suficientes para resistir el peso de la responsabilidad que debe cargar. Un deportista olímpico no solo actúa ante sus compañeros y ante un público en un estadio o frente a un televisor, también representa a una cultura. Sus victorias o derrotas definen muchas veces el estado de ánimo de un pueblo. La capacidad para controlar a la inestabilidad psicológica no se obtiene por arte de magia. Es la responsabilidad de psicólogos especializados. Uno de estos acompañó a los colombianos en Londres y les enseñó a combatir la ansiedad y la presión.

4. El factor Urrutia

La psicología individual va de la mano con la colectiva. Y así como las hazañas o los fracasos de los deportistas pueden afectar las emociones de un pueblo, también la manera como la gente los trata puede ser definitiva para su rendimiento. Por años, una mentalidad derrotista había dominado al público colombiano. La percepción era que Colombia no era un país de estrellas olímpicas. Esto dio un giro con el cambio de siglo. La medalla de oro de la pesista María Isabel Urrutia en Sidney 2000 le devolvió al país la confianza. Sin quitarle a la estrategia presupuestal de la última década los créditos que merece, los conocedores consultados por esta revista reconocen que desde la victoria de Urrutia la actitud de los colombianos hacia el deporte olímpico cambió. Empezaron a notar que sí se puede. No sin razón, casi la mitad de las medallas que Colombia había obtenido antes de Londres 2012 las ganó en la primera década del siglo XXI.

5. Elegir bien los rivales

De nada les servía a los colombianos mirar durante años con envidia los logros de potencias mundiales como Estados Unidos, China, o Rusia. Pues por su músculo financiero y sus fuertes políticas estratégicas, estas naciones tienen desde hace tiempos un puesto asegurado en la esfera más alta del deporte olímpico. Uno de los resultados más importantes del vuelco que la planificación deportiva ha vivido en los últimos 12 años en el país es que se ha podido identificar metas realistas. Tanto los directivos, como los deportistas, como los periodistas han entendido que Colombia, por ahora, debe tener el objetivo de competir con sus vecinos. Para los Olímpicos de este año, la delegación viajó a Londres con el fin de vencer a Venezuela, Argentina y México. Y lo logró. Si el país mantiene viva la bonanza que experimenta, en cuatro años se podría pensar, incluso, en batir a Canadá.