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Luis Alfonso Hoyos. | Foto: Daniel Reina

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El ocaso de Luis Alfonso Hoyos

El asesor espiritual del uribismo pasó de ser la gran promesa de la política en Caldas a prófugo de la justicia. ¿Qué ocurrió con él?

19 de enero de 2015

Hace 20 años, nadie en el departamento de Caldas podía imaginarse que algún día Luis Alfonso Hoyos sería noticia por querer evadir la justicia. Este lunes los medios de comunicación coincidieron en informar que este dirigente político caldense habría abandonado el país, precisamente luego de que se conoció que la Fiscalía le imputaría cargos por sus nexos con el 'hacker' Andrés Sepúlveda, el oscuro personaje que logró infiltrar comunicaciones del proceso de paz.

Hoyos fue el "asesor espiritual" de la campaña del uribista Óscar Iván Zuluaga. Amigo personal y hombre cercano al excandidato, tuvo que renunciar a su trabajo cuando se reveló que había llevado al 'hacker' Sepúlveda al Canal RCN. ¿Para qué? Se supo que iba a ofrecer una información falsa de inteligencia que perjudicaría al gobierno nacional. Para no hacerle ruido a Zuluaga se apartó de la campaña. Parecía que el asunto no trascendería hasta cuando se supo que la Fiscalía tenía pruebas para vincularlo como quien habría contratado los servicios del hacker.

En el interior del uribismo, la investigación de la Fiscalía por el caso hacker es una persecución política. Un delito que algunos miembros de ese partido exhiben con frecuencia, pues, según afirman, de este han sido víctimas, entre otros, Luis Carlos Restrepo, María del Pilar Hurtado y el exministro Andrés Felipe Arias. Todos ellos han abandonado el país y son prófugos de la justicia. Las coincidencias dieron pie para que el viaje al exterior de Hoyos haya sido interpretado como una ‘gambeta’ a la justicia.

El senador del Centro Democrático Felipe Mejía era el actual jefe de Hoyos. Tras el escándalo de la campaña, había terminado como uno más de los asesores del equipo legislativo del congresista. Tenía un contrato con el Congreso de la República: “Yo cursé una comunicación el 2 o 3 de enero del 2015 a la dirección del Senado para que le fuera renovado el contrato al Dr. Luis Alfonso Hoyos. Y él en comunicación del 6 o 7 de enero anunció que por compromisos académicos no podía continuar con la asesoría. Entonces lo cierto es que desde el 31 de diciembre del año pasado no está trabajando conmigo”.

Este fue el único pronunciamiento del uribismo. Ni el expresidente Álvaro Uribe ni Óscar Iván Zuluaga han reaccionado al respecto. Una situación atípica si se tiene en cuenta que en la práctica Hoyos era el jefe político de la campaña presidencial.

Ese cargo, el de asesor del senador Felipe Mejía, se podría convertir (si es que Hoyos no vuelve al país) en el último en ocupar uno de los dirigentes políticos en los que el departamento de Caldas más tenía sembradas sus esperanzas.

Nacido en Pensilvania, Caldas (29 de octubre de 1971), Hoyos es hijo del excongresista conservador Alfonso Hoyos Giraldo, hombre cercano a Álvaro Gómez Hurtado. Se graduó de abogado en la Universidad del Rosario, hizo una maestría en Los Andes, y otra en Ciencias Políticas en La Sorbona de París. Tras la muerte de su padre, a finales de los 80, regresó al país para defender el poder político de la familia. Fundó un partido político, Movimiento Cívico por Pensilvania, se hizo elegir concejal a los 24 años y era el líder de un movimiento en el que el segundo a bordo era precisamente su paisano Óscar Iván Zuluaga.

Fue el comienzo de un ascenso meteórico. Una carrera que empezó a sorprender en todo el país. En 1991 fue elegido representante a la Cámara por Caldas. Tres años después, fue elegido senador, uno de los más jóvenes en ocupar una curul. Siempre, su segundo renglón, era Zuluaga.

En 1998 perdió sus primeras elecciones y tras no resultar reelegido, el entonces alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, lo vinculó a su equipo. Lideró el programa de desmarginalización de barrios. Legalizó 350 barrios y benefició a miles de familias. Tras ser uno de los funcionarios estrella de Peñalosa se lanzó a la Gobernación de Caldas. Perdió las elecciones del 2001, las últimas que disputó, pues pocos días después el Consejo de Estado le quitó la investidura.

La muerte política le fue decretada a Hoyos por haber autorizado el viaje al exterior de una funcionaria del Congreso en su época de parlamentario, sin tener competencias para ello. Las razones fueron muy criticadas en su momento. Por una firma, recibió un castigo que muchos consideraron desproporcionado.

Pese a haber perdido su investidura, Hoyos se mantuvo en el servicio público. Hizo campaña por Álvaro Uribe y este lo llevó al Gobierno. Fue director de Acción Social y allí lideró uno de los programas asistenciales que más enorgullecen a Uribe, el de Familias en Acción. En el 2009 fue nombrado embajador de Colombia ante la OEA y fue él quien reveló en ese organismo las pruebas de que las FARC estaban refugiadas en Venezuela, circunstancia que llevó a la ruptura de las relaciones de Colombia con el gobierno de Hugo Chávez.

Hoyos fue además el último de los uribistas que se mantuvo en el gobierno de Juan Manuel Santos. El presidente lo nombró en la dirección del SENA y, a pesar de las tensiones con el uribismo, se mantuvo hasta febrero del 2013.

Desde cuando perdió su investidura, el protagonismo de Hoyos se redujo. Su corriente política ya estaba en manos de Óscar Iván Zuluaga, quien lo vinculó como su “asesor espiritual”. Parecía ser una nueva oportunidad para Hoyos, pero el escándalo del hacker lo puso otra vez en problemas. Hoy la carrera del dirigente caldense parece haber llegado a su fin, cuando muchos en el país creen que viajó al exterior para evadir la justicia.

En Caldas lo recuerdan como la gran promesa de la política del departamento. En el resto de país, por haber sido protagonista de videos en los que aparentemente estaba haciendo cosas no correctas.