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| Foto: Daniel Reina

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Restrepo pide al uribismo respaldar los diálogos de La Habana

El excomisionado de paz pide al Centro Democrático apoyar las negociaciones con las FARC para poner fin al conflicto.

23 de enero de 2015

El comisionado de Paz del gobierno de Álvaro Uribe, Luis Carlos Restrepo, pasó este viernes por los micrófonos de la de La W radio y le sugirió, una vez más, al Centro Democrático asumir una posición más activa en el proceso de paz con las FARC.

Desde el exilio el exfuncionario manifestó que sería muy valioso para las negociaciones una oposición constructiva del uribismo.

Para Restrepo, hay una necesidad nacional de que este grupo político dé ese paso. "Implica una decisión interna, sin dejar a un lado la crítica. La crítica del Centro Democrático es bienvenida. Las posiciones del CD ayudan al debate", dijo.

Durante la entrevista planteó insistentemente la necesidad de persistir en los diálogos como la mejor salida para poner fin al conflicto. Sin embargo, advirtió que se trata de un proceso que fácilmente se podría extender hasta la próxima campaña presidencial. Por lo que sugirió a la opinión escuchar atentamente el discurso del Gobierno, las FARC y los sectores políticos críticos.

“Esa mesa de diálogo no se puede levantar, pero estamos lejos de la paz”, dijo el excomisionado, quien advirtió que los discursos del Gobierno y las FARC “están muy distantes”.

Señaló también que es importante que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos acepte una veeduría internacional para el cese al fuego y hostilidades declarado por las FARC. Por lo que propuso que sea a la Cruz Roja a quien se le encomiende la tarea.

“Para que no quede la imagen de que en este cese al fuego se le han entregado territorios a las FARC, se deben crear mecanismos útiles y verificables por la oposición”, indicó.

Frente a las intenciones que tiene el Gobierno de refrendar los acuerdos, advirtió que esta medida podría enturbiar el clima político de las elecciones regionales, pues señala que difícilmente los puntos finales pactados estarán listos en octubre, cuando el Gobierno tiene planeado llevar a las urnas la negociación.

Dijo que como no está claro el mecanismo de refrendación y viendo lo difícil que es un referendo, lo mejor sería tener en cuenta la propuesta del Centro Democrático que habla de un órgano legislativo transitorio. “El asunto se le está colgando a las elecciones y eso crea una gran tensión. Llevar una consulta sobre paz a las elecciones regionales puede hacer mucho daño desde el punto de vista político”, señaló.

Finalmente, dijo que el gobierno Santos debe buscar la forma de bajar la tensión con el uribismo, y eso empieza con no refrendar los acuerdos con las FARC en las elecciones de octubre. Además de poner en marcha un espacio de discusión sobre las 22 objeciones que tiene la oposición de los acuerdos.

Es la segunda ocasión en menos de una semana que el excomisionado, una de las voces más autorizadas para hablar de paz, se pronuncia sobre los diálogos que adelanta el Gobierno con las FARC en La Habana.

En esta ocasión Restrepo escribió desde el exilio una carta al diario El Espectador donde se sumó al debate que despertó el fiscal general, Eduardo Montealegre, sobre la refrendación de los acuerdos.

Igual como lo manifestó el fiscal, señaló que los puntos que se pacten no necesitan de la refrendación ciudadana, pues la Ley de Orden Público le da facultades al Ejecutivo para fijar el contenido de lo pactado.

“Todos sabemos que difícilmente los acuerdos finales estarán listos para esa fecha (elecciones locales y regionales del 25 de octubre). Persistir en una consulta unilateral, que sólo compromete al Gobierno, no hace más que enturbiar el clima político de las elecciones regionales, con el temor de la oposición de caer en una lucha maniquea entre ‘amigos’ y ‘enemigos’ de la paz”, escribió.

El excomisionado reapareció luego de que el rotativo publicó en su portal de internet detalles de una entrevista que concedió en el 2003 al diario El País de España, en la que defendió el proyecto de alternatividad penal que se planteaba en ese momento para los grupos armados ilegales.