Maestro de la diversidad

A diferencia de sus hermanos y de muchos de sus vecinos, que no pudieron ir a la escuela, Aníbal Bubú Ramos hizo hasta quinto de primaria en una escuela rural. Quizá porque no pudo seguir estudiando en su adolescencia, y porque pudo darse cuenta en carne propia de que los niños indígenas requerían una educación acorde con sus tradiciones y su cultura, luchó a brazo partido para que la Gobernación de Valle y la Alcaldía de Florida compraran una tierra donde construir un colegio especial para ellos. Al fin y al cabo, la Constitución de 1991 y las nuevas leyes que emanaron de ella ordenaban que se promoviera la etnoeducación.

Esta lucha dio sus frutos y en 1998, en 60 hectáreas, empezó a funcionar el Instituto Departamental de Educación Básica Indígena Comunitaria, Kwe’sx nasa ksxa’wnxi en lengua indígena, una institución que cuenta con casi 2.000 alumnos, de las etnias nasa y embera-chamí –algunos de ellos internos– que vienen de lo profundo de las montañas, y que hace presencia en 18 municipios de Valle. 

El alma de todo este proyecto educativo es Aníbal Bubú, quien ya adulto pudo continuar sus estudios, terminar el bachillerato  a la edad de 31 años y luego licenciarse en Ciencias Sociales en la Universidad Pontificia Bolivariana, a los 35. Hoy tiene 43 y desde hace ocho es el rector. 

Aníbal Bubú ha desarrollado una metodología democrática y participativa; un enfoque agroambiental, para que los niños refuercen su vínculo con la naturaleza; y una educación que mantiene la diversidad cultural, alimenta el respeto por las lenguas nativas de sus comunidades, y profundiza en su cosmovisión. No en vano 87 de los maestros son también indígenas.

Como si fuera poco, en los últimos cinco años, el colegio es una de las instituciones públicas con mejor desempeño académico en su departamento. A su vez, 15 de sus estudiantes han figurado entre los más destacados alumnos del país.