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MAL TIEMPO

En medio de la confusión, Antequera fue enterrado, Barco habló y la clase politica se unió para condenar la violencia.

10 de abril de 1989

Fue úna semana de días grises y lluviosos en buena parte del territorio nacional: un clima que pareció encajar a la perfección en el estado de ánimo de un pais que todavia no se recuperaba del impacto de los sucesos del viernes 3 en el aeropuerto internacional Eldorado, en los que sicarios dieron muerte al dirigente de la Unión Patriótica José Antequera, y causaron graves heridas al precandidato liberal a la Presidencia de la República, Ernesto Samper Pizano.

El lunes, las cosas arrancaron en medio de una gran confusión. ni siquiera las autoridades parecían tener en claro el sentido de las prioridades.
Después del atentado del viernes, sectores de las más variadas tendencias políticas le habían pedido en forma unánime al gobierno, una acción más decidida y eficaz en el combate a los grupos paramilitares y a la subversión de extrema derecha. La petición había sido tan dramática que el sábado 4 en la noche, muchos televidentes se habían quedado esperando una intervención del presidente Virgilio Barco en la cual, como lo había alcanzado a anunciar una cadena radial, el primer mandatario debía dar a conocer severas medidas en este campo.

Pero la alocución no se produjo ese día. Ni el siguiente. En cambio, las autoridades nacionales y distritales, alegando cuestiones de orden público, se enfrascaron en una discusión con la dirigencia de la UP, sobre el recorrido que debía seguir el sepelio de Antequera el lunes por las calles de Bogotá. Debído al desacuerdo y a la posición inclaudicable del alcalde Andrés Pastrana de negarse a aceptar que los actos funerarios incluyeran una manifestación pública, el entierro debió ser aplazado hasta el martes.
Finalmente, se realizó al mediodía del martes, en un acto en el cual la lluvia apaciguó más ánimos que la militarización de la ciudad, y en el cual los únicos que brillaron por su ausencia fueron los representantes del gobierno.

FUTBOL Y DISCURSO
El martes en la noche, y como leit motiv de los días anteriores, la lluvia y el mal tiempo seguían marcando el estado de ánimo nacional, apenas reanimado por el partido Nacional Millonarios. Pero esa misma noche, el país, por fin, vio al Presidente después de los dolorosos hechos del viernes anterior. Hasta ese momento, las declaraciones de Barco se habían limitado a cuatro palabras: "Fue un mal chiste". Era la respuesta cortante, muy en su habitual estilo, al conservador Fabío Valencia Cossio, quien había perdido al Presidente su renuncia.

La alocución televisada -si bien mal recibida tuvo algunos buenos momentos. El Presidente defendió el esquema gobierno-oposición e hizo una larga enumeración de los golpes que las autoridades han dado a lo que hoy se considera uno de los peores flagelos del país: el paramilitarismo. Y en un acto de sinceridad, aceptó que "es cierto que no se ha acabado la impunidad". Sin embargo, más que cobrar los pocos aciertos en esta lucha, el país esperaba de su Presidente un pronunciamiento más definitivo sobre nuevas estrategias y medidas para que, finalmente, se pudiera golpear a los hasta ahora intocables autores intelectuales de la guerra sucia. El caso mismo del asesinato de Antequera demostraba esto. Luis Fernando Moná, el sicario de 21 años señalado como el autor del crimen, fue dado de baja por los escoltas de los dirigentes políticos. Pero ni sus cómplices materiales ni sus jefes intelectuales han podido siquiera ser identificados. Como si fuera poco, al final de la semana, se reveló que dos testigos que habían declarado en las investigaciones sobre la matanza de funcionarios judiciales en La Rochela, habian sido asesinados. Era una prueba más, si hacía falta, de la rampante impunidad en que vive el país.

ACTO SIN PRECEDENTES
Pero algo había rescatable en el fondo de tanto caos y tanta desesperanza al final de la semana. Mientras Samper finalmente acusaba síntomas de mejoría, a las cinco de la tarde del jueves se reunian en la Dirección Nacional Liberal dirigentes de todas las tendencias políticas en un acto convocado en nombre de la supervivencia nacional. Sentados a la misma mesa estaban los dirigentes de la UP, el Partido Comunista, precandidatos como Galán y Durán, y los ex presidentes Turbay, López y Pastrana, lo mismo que el ex candidato Alvaro Gómez. Finalmente y después de años de diferencias, unos y otros parecían darse una tregua para unirse en un mismo propósito: condenar la violencia como instrumento de lucha política.

El plato fuerte de la velada fue el discurso de Horacio Serpa Uribe, quien ese día, en las horas de la mañana, había dejado su cargo como Procurador General de la Nación. En un vigoroso discurso elogiado por tirios y troyanos, Serpa dirigió su dedo acusador a diestra y siniestra: "Que sientan los guerrilleros su pérdida permanente de espacio político, la ausencia franca de masas que no buscan su urgente reivindicacion al costo de la destruccion de Colombia y el permanente cuestionamiento de una ciudadanía que no entiende de qué manera puede justificarse una revolución que se financia con el narcotráfico y los secuestros". Y más adelante agregaba: "Que sientan también los perniciosos grupos paramilitares que tan grave daño están ocasionando al pueblo colombiano, que sientan también sus organizadores y financiadores, que les repugnan al pueblo y que las mujeres y hombres de Colombia recibirán con alborozo las diligencias, determinaciones y ejecutorias que cumplan las autoridades en ese buen propósito de someterlos".

Tan emotiva como todo el acto fue la lectura de las cuatro palabras que, garrapateadas con su mano izquierda, ya que habia recibido un balazo en la derecha, escribió, Ernesto Samper como mensaje a los asistentes: "Los extrañó a todos". El escrito produjo comentarios en torno a que un hombre gravemente herido y en cuidados intensivos se tomara esta molestia. Sin embargo, la noticia de Samper habia sido el resultado de una imprudente intervención del senador Jorge Cristo, quien se había saltado todas las medidas de seguridad y de sanidad de la Clínica de Cajanal para llegar donde el paciente y sacarle el papelito.
Al final de la semana, exactamente un año antes de las elecciones parlamentarias, el país no lograba imaginar cómo se iba a desarrollar la campaña electoral con un partido entero, la UP, amenazado de muerte, y candidatos como Galán y el mismo Samper en situaciones de alto riesgo. Nada de esto, sin embargo, parecia amedrentar a la clase política que entre viernes y sábado Y en el solo Partido Liberal, producia cuatro nuevos precandidatos a la Presidencia. A pesar de la grave situación de orden público y del fuego cruzado de los bandos en conflicto, todo parece indicar que el cargo de Presidente sigue siendo el más apetecido y que, en contra de todos los sintomas, la democracia sigue con vida.-

OTROS DATOS
Los facultativos estiman que entre 8 y 10 balas penetraron el cuerpo de Samper. La cifra exacta no se ha podido establecer, pues se sabe que en la primera cirugía se extrajeron 2 proyectiles y 6 más siguen alojados en la mano derecha y la cadera, pero no se sabe a ciencia cierta si otras dos pudieron atravesar a Samper.

-Samper ha sido intervenido quirurgicamente en dos oportunidades. La primera cirugía fue la que se llevó a cabo el viernes y durante tres horas y media. Tuvo por objeto limpiar y suturar las heridas más graves y retirar los dos proyectiles alojados en la pelvis inferior. La segunda cirugía se llevó a cabo el domingo y se decidió hacerla ante el deterioro presentado por los signos vitales del paciente, que demostraban que algo estaba funcionando mal.
- A Samper se le han aplicado antibióticos para preven¡r y tratar la infección, se le han suministrado líquidos para alimentarlo por via intravenosa, asi como drogas sedantes para mitigar el dolor y drogas para apoyar y reforzar las funciones cardiacas. Así también, periódicamente se le adelanta el procedimiento conocido como "lavado peritoneal" para controlar la infección.
Los pulmones y la septicemia
La infeccion de las heridas se diseminó por todo el cuerpo por via sanguinea y se presentó septicemia. Esto sumado al sindrome de insuficiencia respiratoria aguda, como resultado del shoch originado en la importante pérdida de sangre, obligó a los facultativos a darle a Samper soporte ventilatorio mecanico (respirador artificial).

Perforaciones en la mano
Se trata de heridas que no revisten gravedad y los medicos las consideran secundarias y de solución inmediata. Las balas allí alojadas no han sido extraidas para no sobrecargar al paciente con cirugias que no son urgentes.

Perforaciones en el intestino delgado
En el intestino delgado se presentaron algunas de las más graves perforaciones de bala en el cuerpo de Samper. Alli se concentro el trabajo en la primera cirugía --la del viernes en la tarde--y se suturaron las heridas sin que fuera necesaria una resección de la zona afectada en el intestino.

Perforaciones en la articulación de cadera
Al igual que en el caso de la mano, no se ha llevado a cabo intervención quirurgica para extraer las balas allí alojadas. Todo indica que la articulación no ha sido afectada en forma grave.

Perforación en la pelvis inferior
Estas heridas causaron lesiones en tejidos blandos y una gran hemorragia que fue urgente detener en la primera cirugía. Sin embargo y para suerte del paciente no afectaron la vejiga, ni el recto ni la columna, lo cual hubiera sido muy grave. -