Sobrino de Iván Márquez viajó a Estados Unidos como testigo protegido de la DEA

En la noche de este lunes, Marlon Marín, el sobrino de Iván Márquez, recuperó su libertad. Salió del búnker de la Fiscalía luego de que Estados Unidos retirara el viernes la circular roja de Interpol que permitía su captura en cualquier parte del mundo. Días después partió rumbo a Estados Unidos de la mano del Departamento de Justicia. 

Marín es el hombre que aparece a la diestra de Jesús Santrich el 8 de febrero de este año en una reunión con miembros del cartel de Sinaloa. Él recibe de manos de Santrich un billete, con el que reclamarían días después un pago de 5 millones de dólares en Estados Unidos. Este era parte del dinero pactado por 10 toneladas de droga que el cartel estaba negociando con Santrich y otros intermediarios capturados. 

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Fuentes aseguran que Marín decidió negociar con Estados Unidos una vez se vio acorralado por la justicia y busca beneficios por duros cargos de narcotáfico a cambio de decir todo lo que sabe sobre Santrich. No existe un acuerdo de colaboración frente a otros miembros de las Farc, como ha circulado en la mañana del martes.

Antes de irse entregó información a la autoridades de ambos países, incluyendo los detalles del escándalo de los contratos con la plata de la Paz. SEMANA conoció que entregó los nombres de varios alcaldes y contratistas que estaban en negocios ilegales. 

Está descartado que Marín sea el infiltrado que logró grabar las negociaciones del megacargamento de droga, en el que también participaron supuestamente Fabio Younes Arboleda y Armando Gómez España.

En Colombia, le esperan delitos relacionados con el trámite ilegal de contratos con plata de la Paz. Interceptaciones telefónicas lo ubican como el hombre que lideraba banda de intermediarios y que cobraba entre el 20 y el 30 por ciento de soborno por quedarse con contratos de proyectos productivos. Sin embargo, se desconocen los términos de la negociación con Estados Unidos y si esta implique su regreso al país. 

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Minutos antes de conocerse la noticia, el exjefe guerrillero había reiterado su inocencia en una entrevista con La W radio y había señalado que adelantaba un acercamiento con Rafael Caro Quintero, considerado el “capo de capos” del cartel de Sinaloa, para que viniera a Colombia a participar de proyectos productivos para el posconflicto.  

La nueva faceta de Marín como colaborador de Estados Unidos pone a temblar a más de un exjefe guerrillero que tuvo cercanía con él. Sus últimos años los pasó a la sombra del proceso de paz, en países como Venezuela y Cuba.