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Marta Lucía Ramírez, quien sacó 2 millones de votos en primera vuelta, dice que no cree que endose ninguno por respeto a los electores.

ENTREVISTA

“Óscar Iván Zuluaga no es un hombre que se deje mandar”

Marta Lucía Ramírez explica por qué está apoyando al candidato del Centro Democrático, le lanza duras puyas a Santos y explica qué papel jugará Uribe en una eventual presidencia de Zuluaga.

6 de junio de 2014

SEMANA: ¿Qué definió su apoyo a Óscar Iván Zuluaga?

MARTA LUCÍA RAMÍREZ:
En primer lugar que las bases de mi partido, los congresistas y diputados que apoyaron mi candidatura, estaban decididos a apoyarlo. En segundo lugar el haberme sentado a hablar con Óscar Iván Zuluaga para plantearle los temas que para nosotros son claves y que él se comprometió a impulsar, como garantizar educación superior gratuita para jóvenes con Sisbén 1 y 2 y sacar adelante una agenda para la mujer que de verdad dé garantías y las apoye en sus emprendimientos. En tercer lugar, sacar adelante la reforma a la justicia, en la cual está buena parte la posibilidad de la paz.

SEMANA: ¿Y la paz?

M. L. R.:
Ahí voy. En cuarto lugar, haberle planteado nuestra posición sobre la paz, que es muy distinta de la del presidente Santos en la medida en que yo creo que sí debe haber condiciones en la negociación y debe haber un plazo. La paz ha sido un objetivo del conservatismo y mi partido considera que es un deber ético con las nuevas generaciones tratar de terminar este conflicto. Y por último, hablamos lo relacionado con el desarrollo económico, que genere empleo, el sector agrícola, reindustrializar el país… sobre esos puntos hicimos un pacto por Colombia y eso fue lo que decidió nuestro apoyo a él.

SEMANA: ¿La idea que cunde de que Santos va a hacer la paz y Zuluaga la guerra le preocupa?

M. L. R.:
No, porque no creo que Zuluaga vaya a hacer la guerra. Él va a proteger a los colombianos a través de un Estado fuerte que garantice seguridad, justicia, educación y empleo. Creo que la negociación es indispensable pero no es la única condición para lograr la paz verdadera.

SEMANA: Precisamente usted hizo que Zuluaga cambiara de postura frente a la mesa de negociación. Antes él decía que de llegar a ser presidente iba a levantar la mesa. Ahora con su incorporación en la campaña ¿cómo queda la propuesta?

M. L. R.:
La negociación hay que continuarla. A las Farc hay que decirles que el país exige el cumplimiento de unos requisitos mínimos que son humanitarios. Hay una actitud muy simplista de decir que el reclutamiento de niños es negociable. ¡Eso no es negociable! Que las Farc sepan que la negociación va a seguir pero con esas condiciones: no más reclutamiento de niños, no más minas y no más acciones terroristas contra la población civil.

Otro tema importante que propone Óscar Iván Zuluaga y que yo también tuve durante la campaña es que los tres puntos que ya están negociados se deben poner en conocimiento público para que el país sepa realmente cuáles son los avances concretos. Si los avances han sido buenos y sobre todo si las Farc cumplen esas condiciones, la negociación sigue.

SEMANA: Es fácil decir eso pero difícil llevarlo a la práctica. ¿Si las Farc no aceptan esas condiciones Zuluaga acabaría la negociación?

M. L. R.:
Lo que hemos hablado es que ese pedido lo debe hacer el pueblo colombiano. Eso no va a depender del capricho del presidente, se le va a pedir a los colombianos que se pronuncien para exigir que las Farc suspendan de inmediato el reclutamiento de niños y las acciones terroristas. Durante el primer mes la negociación va a continuar pero ejerciendo esa presión de que las Farc cumplan esas condiciones.

SEMANA: ¿Qué papel va a jugar el expresidente Álvaro Uribe en un eventual gobierno de Zuluaga?

M. L. R.:
En esta campaña no he tenido ninguna relación ni reunión con el presidente Uribe excepto el jueves en la noche que lo vi casualmente en un evento en Medellín. Nunca hemos hablado sobre la candidatura ni sobre la política de Óscar Iván Zuluaga. Yo lo veo en otra agenda. Yo creo que Álvaro Uribe tendrá un liderazgo destacado en el Congreso y supongo que si Zuluaga es el presidente, su liderazgo le va a ayudar a impulsar las reformas: la de justicia, la de salud, la de pensiones, así como las leyes necesarias para impulsar el campo y reindustrializar a Colombia. Es una agenda legislativa muy importante que va a necesitar del liderazgo de Álvaro Uribe y que yo espero que el partido conservador también apoye.

SEMANA: ¿Qué les diría a quienes dicen que Óscar Iván Zuluaga en la Presidencia sería un títere de Álvaro Uribe Vélez?

M. L. R.:
Toda la gente ve el liderazgo fuerte del expresidente Uribe pero yo digo que Óscar Iván Zuluaga es un hombre que tiene un carácter distinto, es un hombre mesurado, pero es un hombre también con convicciones firmes y apegado a ellas, no es una persona que se deje mandar porque él tiene muy claro que cuando llegue a la Presidencia la responsabilidad del futuro de Colombia la va a tener él.

SEMANA: ¿Ve esta campaña como una contienda entre la izquierda y la derecha?

M. L. R.:
Yo creo que es una contienda entre la vanidad del presidente Santos y el anhelo de los colombianos por tener la paz y de otro lado el realismo de muchos que creemos que ese anhelo solo será satisfecho el día que haya un Estado capaz de luchar contra la corrupción a fondo, para garantizar que los recursos públicos se vayan de verdad a la educación, al campo, al desarrollo de la mujer y a la justicia. Yo creo que la contienda está entre los que creemos que la paz es el resultado de un Estado firme y aquellos que quieren vendernos la idea de que la paz es un Estado débil que claudica ante los cantos de sirena de una posible firma.

SEMANA: ¿Por qué cree que pueden ganar?

M. L. R.:
Porque hoy estoy en Santander, ayer estuve en el Valle, antier en Atlántico por la mañana y en Antioquia por la tarde, y en todas partes he palpado un gran rechazo a la reelección del presidente Santos. El pueblo colombiano entiende que más de lo mismo de Santos no va a mejorar las condiciones de vida. Hay un gran rechazo de los sectores rurales porque no se ha desarrollado el campo y hay también un gran rechazo porque la inseguridad ha crecido. Por otro lado, hay mucha gente que identifica el liderazgo firme de Álvaro Uribe que Óscar Iván Zuluaga ha tomado como bandera.

SEMANA: ¿Cuántos votos usted cree que le endosa a Óscar Iván Zuluaga?

M. L. R.:
Yo no creo que yo endose nada. Yo respeto a los electores y lo que estoy haciendo es pidiéndoles que así como el programa que yo ofrecí trajo tantos votos que confíen en que yo haré todo mi esfuerzo para que Óscar Iván Zuluaga cumpla con los 14 puntos del pacto por Colombia que él firmó con el conservatismo.

SEMANA: ¿La campaña de Santos le hizo algún coqueteo para que se fuera con ellos?

M. L. R.:
Digamos que recibí indirectamente llamadas y mensajes. El presidente Santos nunca me llamó. Pero en mi caso había un tema de mucho fondo y es que sé que Santos desafortunadamente hizo todo lo posible, primero, para frenar la convención del conservatismo que era un derecho del partido a tener su propio candidato, y después conversó con los congresistas conservadores a ver cómo hacían para tumbar mi candidatura. Para mí, estar de un lado distinto, es una cuestión de principios porque creo que con la democracia no se juega. La democracia depende de que hayan partidos sólidos así sean los contrarios.

SEMANA: ¿Está diciendo que Santos le falló a la democracia?

M. L. R.:
Cuando Misael Pastrana fue presidente estaba muy orgulloso de haber fortalecido al Partido Liberal más que nunca y eso a pesar de que era el partido contrario. Yo hubiera esperado eso del presidente Santos, porque eso es lo que haría un verdadero estadista. Para mí es cuestión de principios y de la defensa del conservatismo que es un partido necesario en la democracia colombiana.

SEMANA: ¿Usted qué papel jugaría en una eventual Presidencia de Óscar Iván Zuluaga?

M. L. R.:
Por encima de todo, seré garante de que su gobierno cumpla con esos compromisos que asumió con el pueblo colombiano y especialmente con el Partido Conservador a través mío. Yo quiero fortalecer el Partido Conservador, la democracia a largo plazo va a depender de que seamos capaces de tener unos partidos basados en las ideas y no en las maquinarias corruptas que tanta credibilidad le han quitado a la política.