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Elí Mejía Mendoza, alias ‘Martín Sombra’. | Foto: Cortesía El Espectador.

JUDICIAL

Le pasan cuenta de cobro a ‘Martín Sombra’

Elí Mejía Mendoza es procesado por el Tribunal Superior de Justicia y Paz por siete delitos cometidos.

4 de octubre de 2013

Cuando se cumplen quince años de los dramáticos momentos por causa de tomas guerrilleras que dejaron no solo poblaciones destruidas, sino a decenas de miembros de la Fuerza Pública muertos y secuestrados, el Tribunal Superior de Justicia y Paz le pasó ‘cuenta de cobro’ por estos hechos a Elí Mejía Mendoza, alias ‘Martín Sombra’.

‘Martín Sombra’, también conocido como el carcelero de las FARC, fue cobijado con medida de aseguramiento por los delitos de desaparición y desplazamiento forzados, toma de rehenes, homicidio en persona protegida, reclutamiento ilícito de menores, daño en bien protegido y tortura en persona protegida, delitos de guerra y de lesa humanidad.

Al excomandante guerrillero se le vincula con las tomas guerrilleras que a partir de 1998 afectaron al país, es el caso de la de Mitú (Vaupés), Miraflores (Guaviare), Puerto Rico y Uribe (Meta) y El Billar (Caquetá), entre otras.

Según las investigaciones de la Fiscalía, las acciones de las que participó ‘Martín Sombra’ dejaron más de 300 víctimas, entre las que están policías y militares secuestrados, quienes recuperaron posteriormente su libertad tras fugas y gestiones humanitarias.  

Una década de dolor


A finales de la década de los noventa las FARC implementaron una serie de ataques contra la Fuerza Pública, en donde destruyeron bases, hurtaron material de guerra y secuestraron masivamente a los hombres encargados de velar por el orden en apartadas regiones del país.

La página de verdadabierta.com y recordó en un informe que de allí nacieron las imágenes que conmocionaron a Colombia y al mundo, en las que se veían a decenas de soldados y policías hacinados en deplorables celdas alambradas en medio del monte, que recordaban los campos de concentración Nazi. Tras tres años de cautiverio la mayoría de uniformados fueron liberados a raíz de las negociaciones de paz del Caguán en 2001, y los suboficiales y oficiales pasaron a 'engordar' el listado de los canjeables, quienes casi una década después de plagiados fueron rescatados en operativos militares o libertados unilateralmente.

Esas incursiones armadas también afectaron a los civiles, quienes ante el ataque desmedido de esa guerrilla, vivieron días de terror y vieron cómo las balas y los cilindros bomba destruyeron sus casas. Algunos murieron, unos resultaron heridos y otros tuvieron que desplazarse a la fuerza.

Quince años después, y tras la captura de Helí Mejía Mendoza, alias 'Martín Sombra', en febrero del 2008 y su postulación al proceso de justicia transicional, junto con la de otros desmovilizados, las víctimas han confrontado a sus verdugos en las versiones libres de Justicia y Paz para pedirles respuestas.

De este modo, víctimas de las tomas de Miraflores (Guaviare, 1998), Uribe (Meta, 1998), Mitú (Vaupés, 1998), El Billar (Caquetá, 1998) y Puerto Rico (Meta, 1999), han escuchado cómo se planearon dichos ataques y porqué fueron ejecutados.

De la toma de Miraflores, una de las más violentas, alias 'Serpa' dijo que fue planeada para que coincidiera con la posesión presidencial de Andrés Pastrana, el 7 de agosto de 1998, pero tuvieron que adelantarla, y por esa razón el ataque inició cuatro días antes. El desmovilizado contó que en ese ataque participaron alrededor de 1.800 hombres de diferentes frentes y compañías del Bloque Oriental.

Producto de esa incursión fueron asesinados 14 miembros de la Fuerza Pública y tres civiles y 135 uniformados fueron secuestrados.

El exguerrillero dijo que fueron descubiertos en la noche del 3 de agosto por unos militares que estaban cerca de una antigua pista de aterrizaje. En ese momento iniciaron los combates y luego siguió la toma. Para incursionar al pueblo y destruir la estación de Policía, los guerrilleros se dividieron en dos grupos; el primero ingresó por el sector conocido El Internado y el segundo se quedó en las afueras para respaldarlos.

'Serpa' contó que en esta toma, que estuvo bajo el mando de alias 'Elías Cuéllar' y alias 'Pichú', utilizaron entre 50 y 100 cilindros bomba durante los combates que duraron toda la noche y acabaron en la mañana del 4 de agosto. Una vez que los policías se rindieron, fueron llevados por el río hacia los campamentos guerrilleros. Uno de los exsecuestrados contó que durante su cautiverio estuvieron en 16 campamentos guerrilleros entre los Llanos Orientales y Caquetá, hasta que fueron liberados en medio de las negociaciones de paz.

Alias 'El Gato' confesó que la toma de Uribe fue simultánea a la de Miraflores para dificultar la reacción de las autoridades. Según él, en esa incursión participaron alrededor de 900 guerrilleros de siete frentes y dos compañías del Bloque Oriental, bajo el mando de 'Rafael Político'. Contó que los objetivos de ese ataque eran puestos de control del Ejército, una base militar y la estación de Policía.

'Martín Sombra', quien ingresó a las FARC cuando tenía diez años y fue designado para custodiar a los secuestrados, es uno de los 16 postulados al proceso de justicia transicional que la Fiscalía priorizó para agilizar su proceso judicial y obtener una pronta sentencia.

La decisión tomada por el Tribunal este viernes cobijó también a otros desmovilizados del Bloque Oriental de las FARC.