Home

Nación

Artículo

conflicto interno

Más economía que política

Para Paul Collier, presión militar y golpes financieros son el coctel para llegar a la paz en un país en conflicto.

10 de marzo de 2003

La revolucion de Colombia está financiada por dinero estadounidense y europeo". Con esta concluyente afirmación Paul Collier, investigador del Banco Mundial (BM), puso el dedo en la llaga de un tema casi tabú: ¿qué responsabilidad en el conflicto interno colombiano tienen los países que consumen drogas y pagan secuestros? Collier participó en el seminario 'Hacia una economía sostenible', organizado por la Fundación Agenda Colombia, la Corporación Andina de Fomento y la Cepal, en compañía de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, y el profesor Dan Rodrik, de la Universidad de Harvard.

Según este experto en las causas económicas de las guerras civiles, las empresas europeas han pagado unos 1.000 millones de dólares a la guerrilla por extorsiones y secuestros. Por otra parte, el narcotráfico es otra inmensa fuente de ingresos para grupos guerrilleros como las Farc en Colombia. El BM calcula que 95 por ciento de toda la producción mundial de droga es cultivada en territorios controlados por organizaciones rebeldes. Así, el flujo de dinero de los negocios del narcotráfico y del secuestro perpetúa el conflicto en Colombia ya que fortalece a las Farc, los paras y el ELN.

Un ejemplo típico de esta situación fue el pago de la empresa alemana Mannesmann a la cúpula elena en los años 80, que le sirvió al grupo guerrillero para crecer militarmente cuando estaba prácticamente diezmado. Teniendo eso en cuenta el Banco Mundial presentará en mayo, en una reunión del Grupo de los Ocho en París, la propuesta para que los países más ricos del mundo ayuden a Colombia a cortar ese flujo proveniente de las drogas y los secuestros. Una iniciativa global de este tipo apuntaría a lo que Collier llamó la "yugular financiera de los guerrilleros".

Sin embargo, para el director del Grupo de Investigación para el Desarrollo del Banco Mundial, los golpes a las finanzas ilegales de la comunidad internacional deben ser acompañados por una fuerte presión militar en el ámbito local. "Para los rebeldes la violencia es su único activo y la paz es un lujo que no se pueden dar. Por eso hay que llevarlos a la mesa de negociación desde una posición de fuerza del gobierno", concluyó.

Esta doble estrategia de finanzas y acciones militares ha tenido éxito en casos similares a Colombia. Por ejemplo, después de varias décadas de guerra, la guerrilla angoleña Unita entró a un proceso de paz luego de que su negocio de diamantes fuera duramente golpeado. En Sri Lanka los Tigres Tamiles renunciaron a su pedido de independencia total cuando los dineros de la diáspora tamil comenzaron a ser perseguidos. No obstante sería necesario un compromiso real de los países consumidores de drogas, en especial Estados Unidos, para presionar los recursos de ese negocio en Colombia.

En este enfoque se encuadra la política de fortalecimiento de la seguridad de la administración Uribe: golpear la guerrilla para obligarla a sentarse en la mesa de negociación. Sin embargo, para este investigador, "estos grupos casi nunca tienen una agenda práctica de paz y la capacidad para la violencia les da fuerza para negociar".

El dilema para Colombia está en que sin solucionar el problema de violencia cualquier estrategia de crecimiento económico dará resultados con más dificultad. Collier es enfático: "Hay que conseguir la paz para crecer de verdad y rápido. Lo demás son sueños". Según el BM, si el país estuviera en paz, en los primeros 10 años podría crecer unos 4 puntos del PIB de más. En conclusión, el conflicto colombiano se explica más por razones económicas y militares que políticas y, por ende, los golpes a los grupos ilegales deben concentrarse en esos frentes.