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MAS O MENOS

El documento del Procurador afirma que el MAS ha llegado hasta el Ejército.

7 de marzo de 1983

Finalmente fue publicado. El informe sobre el MAS, ordenado por el Presidente de la República y preparado por la Procuraduría, que había sido objeto de controversias internas en el gobierno y de especulaciones por parte de la opinión pública fue dado a conocer por la prensa el domingo 6 de febrero. A diferencia de las declaraciones del Procurador sobre irregularidades administrativas y financieras, publicadas semanas atrás y que añadían a una larga lista de nombres una serie de acusaciones específicas, el documento sobre el MAS consistía en observaciones generales de carácter sociológico. Casi la totalidad de su contenido hacía alusión al panorama global de violencia e inseguridad en el país durante los últimos años y registraba el hecho de que la intensificación del fenómeno atravesaba por uno de sus momentos más críticos. Utilizando un concepto que ya había aparecido en el editorial del general Landazábal dos semanas antes, el Procurador hablaba de estado de "guerra civil no declarada".
Dentro de este contexto, el MAS aparece descrito como una nueva manifestación de la violencia generalizada. El Procurador, con suma prudencia, reitera en varias ocasiones que no se trata de un organismo centralizado y con una estructura nítida, sino de una serie de expresiones desarticuladas, surgidas más o menos espontáneamente en diferentes puntos geográficos y por motivaciones similares. Más que como una organización, define al MAS como una "mentalidad de crisis" que tendría su origen en una reacción defensiva.
Según el Procurador, el MAS original, destinado a combatir los secuestros, habría perdido su identidad cediendo el paso a un fenómeno mucho más amplio que abarca "todo tipo de delito, de represión y de víctimas" y que, de ser "Muerte a Secuestradores", pasó a ser "Muerte a todo el mundo".
En medio de 106 párrafos generales, aparece una afirmación: habría vinculación entre el ejército y el MAS. El párrafo clave donde aparece registrado el hecho dice: "Tengo que decir que nuestra investigación encontró en los distintos lugares que personas vinculadas directa o indirectamente a las Fuerzas Armadas se han dejado arrastrar por esta corriente de disolución nacional y han incurrido, fuera de combate, maleadas por los términos de esta larga guerra, no menos cruel por no declarada en que nuestra sociedad ha tenido que vivir por largo tiempo, en hechos del tipo de delincuencia que he venido analizando". Más adelante pide para los responsables "severa investigación y castigo": asegurando que, tratándose de casos aislados, la institución castrense se beneficiaría con un saneamiento de esta naturaleza.
Ni un sólo nombre, ni una fecha, ni un lugar, ni una referencia específica a los métodos aparecen en el documento. Se especifica sí, que estas irregularidades en la disciplina militar sucederían "a espaldas de sus mandos".
El documento concluye con un llamado al presidente para que haga una declaratoria del "Estado de emergencia social " en el cual se adoptarían medidas de carácter urgente al amparo del artículo 122 de la Constitución, que se refiere a la emergencia económica y social.
Ante la ausencia de denuncias concretas, el documento fue percibido por muchos como insustancial. Sin embargo, dado lo espinoso del tema y lo delicado de la situación, el sólo hecho de reconocer la vinculación entre el MAS y las Fuerzas Armadas ya era de por sí suficientemente explosivo, particularmente si se tiene en cuenta el categórico rechazo que los militares habían expresado siempre frente a esta acusación.
Otra de las críticas hechas al documento, era la de que se limitaba a mencionar una sola entidad, el Ejército, al analizar la composición del MAS, sin mencionar ninguno de los demás componentes sociales que las evidencias parciales han demostrado que también forman parte de él. Campesinos, ganaderos, narcotraficantes y otros elementos han aparecido involucrados en acciones del MAS. Inclusive se han publicado comunicados de esta organización firmados con nombre propio por personas que nada tienen que ver con las Fuerzas Armadas.
Es obvio que al Procurador le tocó hacer un delicado juego de equilibrio para publicar el informe en estos momentos. Accidentalmente coincidió la culminación de la investigación, con una situación de orden público de una gravedad pocas veces vista en el pasado. Esta es seguramente, la explicación del tono moderado y abstracto con el que se trató el problema. Sin embargo, como el propio Procurador indica, no se trata de un documento definitivo, sino preliminar y el hecho de que notifique que "solicitará a las autoridades competentes la prosecusión de los correspondientes procesos penales", indicaría que el capítulo no se ha cerrado.
El presidente Betancur, un día antes de la publicación del documento, en una hábil carta dirigida a Otto Morales Benitez, presidente de la Comisión de Paz, abría paso a la via conciliatoria, respaldando categóricamente a las Fuerzas Armadas. Al mismo tiempo señalaba que, de haber elementos dentro de ellas vinculados al MAS, su erradicación no tropezaría con objeciones y que, por el contrario, aumentaría el prestigio de la institución armada.--