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El tatuaje en el brazo de Enderson Carrillo, alias ‘El Enano’. | Foto: Archivo particular

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El escabroso tatuaje del 'Enano’

El tatuaje de uno de los sicarios capturados por la masacre en Caquetá llamó la atención de las autoridades.

16 de febrero de 2015

Los colombianos aún tienen en la cabeza las imágenes de las películas que recrean la época de Pablo Escobar, en donde los sicarios hacían rezos, lucían escapularios y prendían veladoras para encomendar el trabajo y asegurar la protección.

Han sido varios los episodios en los que las autoridades encuentran relación entre los conjuros, la brujería y la santería, con actividades ilegales ligadas al narcotráfico y al sicariato. Como lo ocurrido con Jorge Rodríguez Orejuela, hermano de Miguel y Gilberto Rodríguez, jefes del cartel de Cali: cuando lo capturaron en 1995 se encontraba con una pitonisa que le estaba leyendo la baraja para descifrar su futuro.

El tema vuelve esta semana a la opinión pública después de que este lunes capturaron a Génderson Carrillo, alias el 'Enano’. Un hombre de 23 años que sería el segundo sicario que participó en la muerte de los cuatro niños de la familia Vanegas en el municipio de Florencia (Caquetá). Las pruebas lo sindican de ser el individuo que acompañaba a Cristopher Chávez, el 'Desalmado', y era quien conducía la moto usada para el crimen.

Este hombre, oriundo de Huila, ha llamado la atención por una curiosa oración tatuada en su brazo derecho que reza lo siguiente: “En el nombre del todo poderoso, de la santísima trinidad, conjuro que conjure N.N. con el nombre de quien seas. Si es tigre, león, brujo, hechicero… ha de venir a mis plantas como vino nuestro señor… en el nombre del padre y del espíritu santo”.

Según contó el 'Enano’ a las autoridades, ese tatuaje lo hacía sentir seguro, lo protegía y acudía a él cada vez que iba a cometer un homicidio. Lo que indicaría, para la Policía, que este hombre estaría vinculado a otros crímenes, aunque judicialmente sólo tiene antecedentes por hurto calificado y agravado.

Semana.com buscó a Leonardo Landínez, un santero y babalao (máxima jerarquía de la santería) para que diera su opinión sobre el el 'Enano’.  

Según Landínez, Génderson Carrillo no hacía santería sino rituales oscuros. “Un santero tiene unas deidades específicas y se debe consagrar a la cultura Yoruba. Este hombre le rezaba era a la santísima trinidad, eso es un rito católico”.

Este líder de la comunidad Yoruba comparte la opinión de la Policía. Para él, la palabra N.N. en el tatuaje representa cada una de las personas a las que mató. “Tal vez mataba y ni siquiera conocía el nombre de a quiénes iba a asesinar. Es decir, en la oración pedía por el alma de quien fuera”.

Leonardo Landínez no entiende por qué Génderson se tatuó esa oración. “Para mí ese tatuaje es una forma de aparentar y querer mostrarse como malo. No tiene lógica que alguien se tatúe los crímenes que comete”.

Pero aunque para Landínez eso no es una razón de ser, asegura que es posible que con esa oración el 'Enano’ intentara fortalecer su parte espiritual y sentirse acompañado en sus trabajos.

De este tema surge una pregunta importante: ¿Por qué tantas personas acuden a un dios o a un espíritu para cometer crímenes? ¿No es esto lo que el mismo dios rechaza? Según Landínez, toda persona tiene un espíritu que lo protege. “Así el sujeto sea malo, esta persona tuvo abuelos y ancestros que llegan a cuidarlo y a protegerlo. Ellos saben muy bien eso. Es por esa razón que hacen las invocaciones. Así como los buenos tienen quien los cuiden, los malos también. Ahí es donde está la dualidad de lo negro y lo blanco”.