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El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, tiene lista la propuesta que espera sea votada esta semana. | Foto: Ilustración SEMANA

IMPUESTOS

Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, el equilibrista

El dilema tributario está en recaudar lo suficiente equilibrando las cargas entre los contribuyentes.

22 de noviembre de 2014

Después de muchas críticas a la fórmula inicialmente planteada, el gobierno armó una nueva reforma tributaria para los próximos cuatro años. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, tiene lista la propuesta que espera sea votada esta semana.

El proyecto contiene varios elementos básicos: impuesto a la riqueza (antes patrimonio) sobretasa al Cree (Impuesto sobre la Renta para la Equidad), 4 por 1.000 y un plan para que los contribuyentes sinceren los activos que han omitido declarar. Adicionalmente, penaliza con cárcel a los evasores.

Se trata de una mezcla de impuestos que le permitirá al gobierno cubrir el hueco de 12,5 billones de pesos que tiene el presupuesto de 2015, pero que en conjunto –hasta 2018– dejará un recaudo de 53 billones de pesos. Según Cárdenas, con esta propuesta se despeja el financiamiento del plan de inversiones del cuatrienio Santos II, indispensable para el crecimiento económico.

En cuanto al primer elemento, es decir el impuesto a la riqueza, recaerá sobre las empresas que tengan un patrimonio líquido superior a 1.000 millones de pesos. Las tarifas serían marginales y la máxima la pagarían compañías con patrimonios superiores a los 5.000 millones de pesos. En este caso, la tarifa sería de 1,3 por ciento (marginal) para 2105, pero descendería a 1 por ciento en 2016 y a 0,75 por ciento en 2017. La novedad es que a partir de 2018, este impuesto desaparecería para las personas jurídicas.

Este gravamen también cobijará a las personas naturales, las que pagarían una tarifa máxima de 1,50 por ciento anual entre 2015 y 2018. A diferencia de las empresas, en el caso de las personas, el gobierno propone mantener este impuesto después de 2018.

Pero dado que la nueva propuesta conlleva reducir las tarifas del impuesto a la riqueza, el gobierno buscará compensar el menor recaudo por la vía de una sobretasa al Cree, que grava las utilidades de las sociedades. En este caso, la base gravable son las ganancias superiores a 800 millones de pesos. Dicha sobretasa será de 4 por ciento en 2015; de 6 por ciento en 2016; de 7 por ciento en 2017 y de 9 por ciento en 2018.

El proyecto contempla también un impuesto del 10 por ciento a la riqueza para los contribuyentes que declaren en 2015 sus activos omitidos tanto en Colombia como en el exterior.

Otra novedad es que, por primera vez en Colombia, la evasión tendría implicaciones penales. Los contribuyentes que omitan activos o declaren pasivos inexistentes, tanto en el país como en el exterior, por un valor superior a 8.000 millones de pesos, podrían enfrentar penas de entre tres y nueve años. Sin embargo, las consecuencias penales se extinguirían si el contribuyente paga la sanción.

El gobierno aprovechará este proyecto de reforma tributaria para hacer ajustes a la Ley 1607 de 2012 que, entre otras eliminó la contribución parafiscal de Sena e ICBF y estableció el Cree. Se hará claridad sobre la posibilidad de cruzar contra el Cree las pérdidas, los impuestos pagados en el exterior y la deducción del costo de la nómina. El ministro Cárdenas dice que en todo caso, son ajustes en favor de los contribuyentes que no quedaron claras en la ley.

Sigue el debate

Pero como toda reforma tributaria, a medida que afloran las propuestas, el debate gana en intensidad. Hace dos meses, cuando el ministro Cárdenas hizo los primeros anuncios sobre la extensión del impuesto al patrimonio por cuatro años más, hubo lluvia de protestas del empresariado y críticas de los académicos, quienes consideran que este gravamen castiga la productividad y la inversión.

El Consejo Gremial propuso que en lugar de este, era preferible una sobretasa al impuesto de renta o al Cree. Pues bien, el mensaje caló en el gobierno, lo cual se reflejó en la nueva postura del ministro de Hacienda, quien acogió las sugerencias del sector privado, pero de forma parcial.

Es decir, dejó vivo por cuatro años el impuesto a la riqueza o patrimonio y lo combinó con la sobretasa a la renta. Sin embargo, la fórmula dejó igualmente preocupados a los empresarios.

Para Bruce Mac Master, presidente de la Andi, “las tasas propuestas para los años 2015 y 2016 son inconvenientemente altas y se correría un riesgo grande de afectar el crecimiento de la economía en esos dos años”. Dice que el sector privado quisiera ver una política de austeridad que permita volver a la racionalidad tributaria. “No es racional seguir con un gasto tan alto que simplemente se traslada al sector privado”.

El tributarista Horacio Ayala considera que con la sobretasa al Cree el impuesto de renta para las sociedades queda como uno de los más altos del mundo. De 34 por ciento pasaría a 43 por ciento para 2018. En general muchos señalan que tendrá efectos negativos sobre la inversión privada en los próximos años.

Jorge Humberto Botero, actual presidente de Fasecolda y exministro de Comercio, afirma que sobre las espaldas de las empresas recaen las mayores cargas tributarias y advierte que eso pone en peligro la competitividad.

Aunque la intención del gobierno de comenzar a moverse hacia un sistema de tributación basado en las utilidades de las empresas y no en el patrimonio cayó bien, pocos creen en la promesa del desmonte del impuesto a la riqueza a partir de 2018.

Como dice Botero, no es que desconfíen de Mauricio Cárdenas, sino que la historia ha mostrado que nada más permanente en Colombia que los impuestos temporales. No obstante, el ministro tiene un argumento para señalar que esta vez es diferente pues se diseñó de una vez la fuente que sustituirá ese impuesto cuando se derogue en 2018.

Por otro lado, el empresariado insiste en que está dispuesto a apoyar con el faltante de los 12,5 billones de pesos de 2015, pero no comparte la idea de una reforma tributaria por cuatro años. Muchas de las críticas tienen que ver precisamente con llevar una propuesta hasta 2018. El senador del Centro Democrático Iván Duque considera que el gobierno montó una reforma tributaria en una ley de financiamiento para una vigencia específica, ignorando la competencia que tienen las comisiones terceras en los temas impositivos.

Frente a estos planteamientos el ministro Cárdenas afirma que se busca no generar incertidumbre en materia tributaria pues el país se paralizaría esperando la siguiente reforma. Sostiene que como la inversión pública en Colombia abarca más de una vigencia, para que no se paren los proyectos es necesario tener la certeza de la financiación de los mismos.

Aunque el proyecto tributario propone crear una comisión de expertos que analice cambios en el estatuto tributario relacionados con los organismos sin ánimo de lucro, las exenciones y los impuestos de los entes territoriales, algunos consideran que esto es un ejercicio académico que será difícil llevar a la práctica.

La verdad es que en el fondo el ministro Cárdenas comparte muchas de las tesis de quienes critican su propuesta tributaria. Por ejemplo, que el impuesto al patrimonio puede castigar la inversión y que es preferible balancear la fórmula con renta. Pero sostiene que cargarle todo al Cree implicaría una sobretasa del 18 por ciento, para tener el recaudo que se necesita. “Está demostrado que cuando se sube abruptamente un impuesto, se tiende a bajar la base. Es preferible que la transición sea gradual”.

Aunque subir el IVA –como recomiendan muchos– es una propuesta que Cárdenas no descarta a futuro, recuerda que Japón acaba de entrar en recesión y una de las causas es el aumento de este impuesto, pues afectó el consumo y la demanda interna.

Pero el ministro tiene que mirar otro espejo. Chile promovió una reforma fiscal muy severa para las empresas y, según los expertos, esto ha afectado la inversión con consecuencia negativas sobre el crecimiento.

Ahora bien, aunque el gobierno logró ya un acuerdo con los ponentes de las comisiones económicas del Congreso, muchos parlamentarios han expresado su descontento con la iniciativa que se pactó. La oposición más radical se presenta en el Centro Democrático.

¿Podrá el gobierno Santos sacar adelante la reforma? Cárdenas confía en que sí. Pero como dicen los analistas políticos, aunque los gobiernos casi siempre se salen con la suya en materia tributaria, el asunto no es solo el éxito de sacarla adelante, sino de cuánto le cuesta. Y eso está por verse.