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“Me quedé con la deuda de 10 millones y sin los tamales”

Carlos Javier Bernal

10 de septiembre de 2011

Después de años de ver rechazadas todas las hojas de vida que presentaba para conseguir trabajo, a Carlos Bernal Cantor se le ocurrió montar una fábrica de tamales. Dice que presentó el proyecto en el Ejército y un coronel le dijo que hiciera la empresa y le conseguiría un contrato. Obtuvo un préstamo por diez millones de pesos, respaldado por la pensión que ganó por tutela. Compró maquinaria. Pagó la instalación de gas industrial. Cuando estaba listo para producir, al coronel lo habían trasladado y su reemplazo le explicó que los contratos con el Ejército son inmensos y que fraccionar uno para darle a él una parte sería ilegal. Intentó fabricar tamales para vender en la calle. "Eso de andar uno con una olla, con la maquinaria produciendo apenas un pedacito de su capacidad, no paga". Hoy, con los trastos industriales arrumados, le da una rabieta cada mes, cuando tiene que pagar los 250.000 pesos de su pensión de 760.000, que tendrá que abonar por casi cinco años más para cubrir la deuda.