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MEA CULPA

Discrepancias familiares habrían llevado a José Félix Turbay, hermano del contralor, a declararse culpable de haber recibido 46 millones de pesos del cartel de Cali.

12 de enero de 1998

Pocas veces una familia se había visto envuelta en semejante problema. El origen fueron dos cheques por 46 millones de pesos provenientes de una empresa de fachada del cartel de Cali. La ruta de los giros bancarios terminó enredando al contralor de la República, David Turbay; a su hermano, el ex congresista liberal José Félix Turbay, y al cuñado de estos, Pedro Malaver, ex gerente de Proexport en Madrid, España. Finalmente la semana anterior y para solucionar los problemas familiares que produjo este lío judicial, José Félix Turbay se atribuyó la culpa de lo ocurrido, salvando de esta manera a su cuñado. Todo comenzó a mediados de mayo pasado cuando la Unidad de Fiscales Delegados ante la Corte Suprema se abstuvo de abrirle investigación formal al contralor general, David Turbay, después de encontrar que no había pruebas para procesarlo por enriquecimiento ilícito. Sin embargo en la misma providencia los investigadores ordenaron indagar a su cuñado Pedro Malaver por la aparición en sus cuentas bancarias de un cheque por 20 millones de pesos girado por la empresa Distribuidora de Carnes del Pacífico, identificada como una de las compañías de papel creadas por .los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela para financiar campañas políticas. El expediente llegó poco después a la justicia regional. El 5 de junio un fiscal sin rostro tomó la decisión de que Pedro Malaver rindiera una declaración libre con el fin de explicar la procedencia de ese dinero. Malaver habló con los fiscales y les explicó que había recibido ese cheque de manos del médico Abel Turbay, tío de los hermanos David y José Félix. Pero aclaró que no tenía cómo demostrar esa versión porque Abel Turbay había fallecido unos meses atrás. Esta versión generó muchas suspicacias porque, como ocurrió con otros procesados del 8.000, Malaver trató de defenderse echándole el pato a un muerto. En los meses siguientes el tema de los dos cheques siguió girando en torno de Pedro Malaver. Tanto es así que el 17 de septiembre la Fiscalía de Bogotá le dictó orden de captura para que respondiera por el presunto delito de enriquecimiento ilícito. Malaver, quien permanecía en España pese a haber renunciado a su cargo en Proexport, desapareció desde entonces. La decisión judicial terminó por agudizar las tensas relaciones familiares entre los Turbay. "Malaver estaba furioso con los hermanos Turbay porque él recibió el cheque sin saber su origen. El asume que lo engañaron. Yo sé que se han presentado algunos problemas graves en el seno de esa familia", señaló a SEMANA una persona que conoce de cerca lo ocurrido. Esta teoría pareció haber quedado confirmada el pasado 6 de agosto cuando Malaver envió un memorando a David Turbay desde Madrid. "(...) Considero conveniente que en el actual estado y hasta tanto no se clarifique esa situación y los alcances de la misma, no autorizo por ningún motivo hacer uso con ningún fin, de las comunicaciones que vía fax yo haya enviado y que entiendo tú las recogiste (sic)". El 24 de noviembre pasado esta historia tomó un rumbo inesperado. José Félix Turbay envió una carta al vicefiscal de la Nación, Jaime Córdoba, en la que le dice que "el ciudadano Pedro Malaver es ajeno a los hechos investigados, de los cuales soy responsable como tendré oportunidad de ratificarlo y explicarlo en la diligencia de indagatoria solicitada. El responsable soy yo". Una semana después, el 2 de diciembre, Turbay declaró bajo juramento en la Fiscalía. Allí explicó el origen de los cheques. Según dijo, los títulos valores fueron girados en blanco y él señaló a quién se le debían girar. Uno de ellos el de 26 millones de pesos, fue girado a nombre de Robinson Ojeda, empleado suyo. El otro cheque fue el que, según Turbay, él le dio a su tío Abel, quien a su vez se lo entregó a Malaver. Este lo consignó en su cuenta personal número 023-26679-4 del Banco Real de Colombia y el girador era Miguel Rodríguez a través de la Sociedad Comercializadora de Carnes del Pacífico Ltda. El político liberal también le dijo a los fiscales sin rostro que el primer cheque le fue girado en diciembre de 1994 y el segundo en enero de 1995 y que esos dineros los invirtió en cancelar cuentas pendientes de su pasada campaña al Congreso. Con base en esta autoacusación, finalmente la Fiscalía llamó a indagatoria a José Félix Turbay el miércoles 10 de diciembre. En desarrollo de la diligencia los investigadores decidieron dictarle orden de captura sin beneficio de excarcelación. José Félix Turbay afronta otra investigación por enriquecimiento ilícito. La inició la Corte Suprema de Justicia cuando el político se desempeñaba como congresista. Sin embargo éste renunció a su fuero constitucional y por eso el expediente pasó a la Fiscalía. Turbay renunció a que lo juzgaran los nueve magistrados de la Sala Penal de la Corte cuando éstos lo llamaron a indagatoria para que respondiera por presunto enriquecimiento ilícito. Sus abogados consideraron que era más fácil ejercer su defensa si el expediente era conducido por la Fiscalía Regional y no por la Corte.Al aparecer un nuevo culpable en este proceso, la Fiscalía deberá ahora comprobar que en efecto José Félix Turbay era el destinatario original de los dos cheques. Después de todo ninguno de los dos títulos valores está a su nombre. Las autoridades también tendrán que descifrar si Turbay dijo toda la verdad o si detrás de su historia hay gato encerrado.