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Medellín: ¿qué tan lejos está de la pacificación?

En momentos en los que la Oficina de Envigado habla de un sometimiento a la justicia, muchos se preguntan si la Alcaldía de Medellín logrará acabar con estos grupos delincuenciales, uno de los mayores flagelos de la ciudad.

18 de noviembre de 2016

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, prometió en campaña una lucha frontal contra las bandas criminales de la ciudad. La seguridad fue su caballo de batalla. Una vez se posesionó, junto con su secretario de seguridad, Gustavo Villegas, comenzó a protagonizar ruedas de prensa en las que se señalan estructuras criminales y se les insta a sus miembros a entregarse o a sufrir el peso de la ley. La pregunta es, ¿qué tan lejos está la Alcaldía de desmontar los combos en Medellín? 

La ofensiva comenzó con la persecución a Pedro Pistolas, un hombre que según la alcaldía y los organismos de seguridad, podría ser uno de criminales más peligrosos del centro de la ciudad y que estaría detrás de las amenazas a Guiterrez. Aunque hasta el momento no se logrado la captura de Pedro Pistolas, y su caso terminó con la renuncia del fiscal seccional, Germán Darío Giraldo, la Alcaldía no duda de sus actividades delincuenciales.

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Después vino la cacería contra las organizaciones que dispararon el índice de homicidios en la comuna Robledo, al occidente de la ciudad y cuyos cabecillas eran William Alberto Duque Ciro, alias El Diablo, Jonathan Stuart Buriticá Gil, alias Gordo Arepas, y Milton Fernando López Marín, alias el Pecoso. El Diablo fue capturado el 5 de septiembre en el barrio El Pesebre, de la comuna 13, tras una disputa con el Gordo Arepas que había dejado, por lo menos, once asesinatos en pocas semanas.

Días después, las autoridades supieron que el Gordo Arepas se entregaría debido a la presión de la Policía, pues la Alcaldía estaba ofreciendo 50 millones de pesos de recompensa por información que llevara a su captura. Pero Jonathan no alcanzó a entregarse porque el 22 de septiembre fue asesinado, al parecer, por sus mismos hombres en la vereda San José de la Montaña, del corregimiento de San Cristóbal.

Sin embargo, todavía no hay claridad sobre las circunstancias ni los autores del asesinato. Aunque Medicina Legal encontró el cadáver de Jonathan sin camisa, con los pantalones por las rodillas, sin ropa interior y con una bolsa en la cabeza, por esos días circuló una foto que se habría tomado antes del levantamiento y que indicaría una alteración de la escena del crimen. En esta, él aparece sin bolsa plástica en la cabeza.

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Días antes de la muerte de Gordo Arepas, la policía capturó a alias El Pecoso, señalado de ser el cabecilla de la banda La 40, que delinquía en Robledo y Castilla, donde disputaba territorio con la banda Los Mondongueros, que lleva años con una hegemonía criminal en esa comuna.

Las capturas de algunos de los criminales más peligrosos de Medellín se han logrado gracias a que Gutiérrez y Villegas decidieron entrar a territorios dominados por los combos y grupos delincuenciales. Así, la policía ha realizado operativos en el centro, la bayadera y los puentes, sectores hasta donde los fleteros llegan para vender las partes de carros y motos robadas, celulares. Pero esto les ha valido una disputa soterrada con la anterior fiscalía y con algunos mandos de la Policía, pues a veces las investigaciones son lentas y las capturas también.

Aunque la alcaldía celebra estos golpes, queda mucho por hacer. En Medellín todavía delinquen importantes organizaciones como la Oficina de Envigado, encabezada por Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom o Carlos Chata, y El Clan del Golfo, que hace pocos meses protagonizó un paro armado en el que quemaron un bus del Sistema Integrado de Transporte. Esto sin contar otros pequeños combos como Los Machacos, en el barrio Castilla; Altavista, en el corregimiento del mismo nombre; La Agonía, en San Javier; Pájaro Azul, en castilla; La capilla, de Belén.

A la ofensiva contra estas estructuras se podría sumar el posible acogimiento a la justicia de la Oficina, propuesta que quedó consignada en una carta que ellos le enviaron al presidente Juan Manuel Santos. Semana.com pudo conocer que la propuesta de sometimiento desmontaría todas las estructuras criminales de la ciudad, además de que no están pidiendo evadir la cárcel. Las puertas para una pacificación de Medellín parecen abiertas, sin embargo, hasta que el presidente Santos decida escuchar la propuesta de la banda criminal, Federico Gutiérrez dice que seguirá a la cabeza de la lucha contra el crimen.