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| Foto: Foto: EFE.

Mejorar los Planes de Ordenamiento Territorial (POT)

La distribución equitativa y la restitución de la tierra, el buen uso de la misma, devolverles terrenos a ríos y quebradas, y vivir en armonía con la naturaleza, los retos de los POT.

27 de mayo de 2011

El 93 por ciento del país está afectado por inundaciones y deslizamientos. La mitad de Atlántico se inundó por la ruptura del Canal del Dique. La Mojana lleva años de emergencia por las inundaciones. El 99 por ciento de Cundinamarca está a merced del agua y de los derrumbes.
 
Son algunos ejemplos que demuestran que Colombia tiene Planes de Ordenamiento Territorial (POT) débiles, en donde radica gran parte de la vulnerabilidad ante desastres y emergencias. En varias regiones del país ya no se podrá cultivar, ni vivir, ni explotar como se hizo hasta ahora.
 
El mal uso y la iniquidad en la distribución de la tierra, asociados con la pobreza, hacen que emergencias como la de ahora tengan efectos aún más graves. El 85 por ciento de los sistemas productivos del país está en áreas vulnerables a desertificación y el 48 por ciento es susceptible de erosión, según el Banco Mundial.
 
Esto, según Francisco Canal, consultor de la CEPAL, es sencillamente el producto de la indebida ocupación de rondas y playas de ríos y quebradas, desecación de humedales y ciénagas, canalización y desviación de cauces, deforestación e intensa actividad minera.
 
La pobreza y los desastres están íntimamente ligados: un estudio del Tec de Monterrey, en México, revela que el impacto por una inundación podría aumentar 3,5 por ciento la pobreza extrema en esa zona y 4,2 por ciento si es una sequía. 
 
La violencia y el desplazamiento son problemas adicionales. Aunque no parecen tener relación, la restitución de tierras en la Ley de Víctimas aprobada este mes es clave para disminuir el riesgo. Devolverles a los campesinos las 6,5 millones de hectáreas despojadas y con proyectos sostenibles le garantizaría a la gente tranquilidad e ingresos.
 
“No se irían de sus regiones, no vivirían en zonas marginales ni estarían expuestos al riesgo”, explica Antonio Hill, asesor de cambio climático de la agencia internacional de desarrollo OXFAM.
 
En diciembre de este año vence el plazo para renovar los POT que regirán a partir del 2012 y que ahora están obligados a incluir determinantes ambientales. Estos planes son la base para el diseño y el buen funcionamiento de los comités locales y regionales de prevención y atención de emergencias.

“Los alcaldes deberán concertar con las CAR la estructura ecológica del municipio; reconocer humedales, rondas y declararlas zonas de conservación; identificar e intervenir las zonas de riesgo por deforestación, deslizamientos e inundaciones, y prever escenarios climáticos”, cuenta Francisco Canal, experto de la CEPAL.

Aunque este ejercicio, según Canal, puede resultar costoso, la actual emergencia, según el exministro de Ambiente Juan Mayr, dejó al descubierto los ‘talones de Aquiles’ del país. A la fuerza, la misma naturaleza se encargó de proveerles a las entidades información sobre inundaciones, deslizamientos, desertificación, deforestación y zonas de alto riesgo.

Los expertos sólo esperan que cuando el agua comience a secar, el impulso de encauzar el país hacia la sostenibilidad no se pierda. La Niña está a punto de irse del país, pero no será la última vez que la sintamos.