"Mi caso es como para la Constituyente"

SEMANA: ¿Guarda usted rencores después de su experiencia?
FELIX CORREA: Hombre, yo creo que no puedo decir que no guardo rencores. Estaría mintiendo.
S.: ¿Contra quién?
F.C.: Las personas a las cuales me refiero, si están leyendo esta entrevista, saben que me refiero a ellas. Pero no quiero dar más detalles.
S.: ¿Y contra la justicia?
F.C.: No quisiera hacerme un martir de la justicia. Quisiera más bien ser constructivo. Mi caso debería ser llevado a la Constituyente, para ser analizado entre quienes estén estudiando la reforma de la justicia. Y debería ser estudiado como un ejemplo para que nunca vuelva a repetirse.
S.: ¿En qué sentido?
F.C.: ¿Cómo puede haber un sistema de justicia donde una persona pasa ocho años en detención preventiva y sin ser jamás sentenciado o condenado por ningún delito.
S.: ¿Entonces, la queja suya contra la justicia es de ineficiencia?
F.C.: De ineficiencia, de arbitrariedad y sobre todo, aunque suene paradójico, de injusticia. Una persona como yo, que se presenta voluntariamente a las autoridades, que pone la cara, acaba pasando ocho años en la cárcel sin que haya ningún tipo de condena. Y simultáneamente el Gobierno le ofrece amnistías, indultos, rebajas de penas y toda clase de beneficios a personas que han cometido delitos infinitamente más serios que cualquiera de aquellos de los que me acusan a mí. ¿Cómo quiere que me sienta?
S.: ¿En otras palabras, la justicia en Colombia se negocia?
F.C.: No sé si la palabra es se negocia; pero que tiene preferencias, tiene preferencias. En este momento a uno, entre más grave el delito, mejor le va. Pasa uno más tiempo en la cárcel por girar un cheque chimbo que por matar a una persona. Lo menos que podía pasar es que todas las ventajas que se les están extendiendo a unos pocos, se les extiendan al resto de los colombianos.
S.: ¿Como qué?
F.C.: Cosas como la unidad de proceso y la acumulación de casos, que harían mucho mas expedita la aplicación de la justicia, no tienen porqué buscarse solo para el narcotráfico. Y eso para no hablar de la rebaja de penas y cosas de esa naturaleza.
S.: Hablando de otras cosas, ¿como ve retroactimamente la crisis financiera?
F.C: La crisis financiera fue creada por Belisario Betancur. Simplemente no supo manejar una coyuntura económica. Y ya que hablaban ustedes de arbitrariedad, pocas veces se ha visto tanta arbitrariedad como la que se vio en el manejo de ese problema.
S.: ¿Algún ejemplo concreto?
F.C.: No voy a hablar de nombres. Pero le voy a decir una cosa que todo el país sabe. En esa época todos hicimos lo mismo. Pero dependiendo de a qué rosca pertenecía uno, le iba diferente. Hoy unos estamos saliendo de la carcel, después de ocho años. Otros, en cambio, a los que les tendieron la mano, están en el curubito, más ricos que nunca y son hoy símbolo de la respetabilidad del sistema. Y los autopréstamos, la concentración del ingreso y todas esas cosas que hicimos fueron totalmente iguales.
S.: "Algo de eso ha cambiado?
F.C.: No, qué va a haber cambiado. Se sigue haciendo exactamente lo mismo. Y con el estímulo y la benevolencia del Gobierno. O cómo entiende usted que las corporaciones de ahorro y vivienda estén hoy en manos de los grandes constructores. Y más cosas de esa naturaleza.
S.: ¿Y en qué acabó su grupo y las empresas que usted manejaba? F.C.: Buena pregunta. Porque a mí lo que más me ha asombrado es que despues de que nos quitaron las empresas nadie se volvió a preocupar por eso. Y es ahí cuando verdaderamente empiezan a desaparecer. Pero a estas alturas ya no le importa a nadie. Y no sólo eso, sino que el Gobierno le ha tenido que meter 300 mil millones de pesos de todos los colombianos para financiar las pérdidas en que ha incurrido con su administración. Imagínese usted que lo que la Superintendencia Bancaria me exigió a mí que hiciera en seis meses, no lo ha podido hacer el Gobierno en ocho años.
S.: Después de todas estas experiencias, ¿cuál es su recomendación para la Constituyente o los constituyentes?
F.C.: Mi recomendación es muy sencilla. Que traten de que de ahora en adelante en Colombia, "o todos en la cama o todos en el suelo", como dicen en mi pueblo.