Home

Nación

Artículo

| Foto: Diana Rey

DEBATE

“No nos consideramos víctimas de violencia sexual”: mujeres de las Farc

Las criticas al ahora partido político por denuncias de exguerrilleras por abuso sexual y aborto forzado han desencadenado la respuesta de las Farc. Las mujeres farianas explican que cuando entraron a las filas de la guerrilla sabían los riesgos que asumían y las “limitaciones” de su decisión.

7 de diciembre de 2017

Los relatos descarnados de violencia sexual en medio del conflicto armado han salido a cuenta gotas a la luz pública. Estaban bajo el velo del silencio y la intimidación. El más reciente estudio del Centro de Memoria Histórica reveló la forma como el cuerpi de las mujeres en Colombia ha sido utilizado arma de guerra: hubo más de 15.000 víctimas de violencia sexual en cinco décadas de conflicto armado, el 91,6 % de ellas mujeres.

El agua sucia le cayó también a la guerrilla de las Farc. Según el informe, Luis Édgar Devia, alias "Raúl Reyes", quien fuera el número 2 del secretariado, y abatido en 2008, abusó sexualmente de las guerrilleras de su escolta a las que "amedrentaba" para garantizar su silencio.

La bola de nieve creció con las denuncias de exguerrilleras de las Farc que aseguran haber sido violadas y obligadas a abortar. Una de ellas es Sara Morales, quien dijo que la guerrilla la reclutó a la fuerza cuando tenía 11 años y que 15 días después comenzaron a violarla.

La denuncia tuvo impacto, tanto así que la exguerrilla ha sacado dos comunicados para tratar de contrarrestar las críticas y los cuestionamientos. En el primero dejaron claro que las mujeres embarazadas tenían la opción de abortar o salirse de las filas de insurgencia.

De hecho en el 2012, cuando arrancaban los diálogos de paz, el Secretariado levantó la restricción de la maternidad en sus filas. Desde ese momento los embarazos se incrementaron notablemente, empezaron a nacer los llamados “hijos de la paz”.

Las mujeres del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) decidieron pronunciarse, y a nombre propio. reiteraron que las denuncias sobre violencia sexual de los últimos días corresponden a una campaña mediática en contra del partido político.

“No nos consideramos víctimas de violencia sexual en las filas de la organización en la que militamos. Somos y fuimos combatientes por la vida y por la igualdad de derechos y deberes. Somos feministas y valientes”, explican en el comunicado.

La idea de la igualdad de deberes y roles la han repetido en varias ocasiones. Ellas combatían y las labores de la cocina, por ejemplo, las asumían también hombres. Sin embargo, siempre se ha anotado que en el Secretariado no había mujeres.

Las mujeres de la Farc explican que cuando entraron a las filas de la guerrilla sabían los riesgos que asumían y las “limitaciones” de su decisión. Esto incluye aceptar el hecho de no ser madres. Sin embargo, no se refieren a las mujeres que fueron reclutadas a la fuerza, y que no asumieron por voluntad ese tipo de vida.

“Los rigores de la guerra nos obligaron a renunciar a la maternidad, no podríamos ser tan irresponsable de tener hijos en medio de la batalla diaria. Las mujeres que asumíamos militancia lo sabíamos, pero siempre tuvimos opciones. Nosotras militamos por más de 20 años en la organización y podemos atestiguar que nunca vimos un aborto forzado o un acto indebido que no fuera rigurosamente castigado”, explican las mujeres, en un documento titulado “No jueguen con el honor de las farianas”.

Esto va en contravía del testimonio de la mujer que denunció en los medios de comunicación violencia sexual en su contra. "Él llegó una vez a emborracharse durante dos o tres días y quemaba tiros a lo loco en todo el caserío de La Matilde. Después de eso a dos, tres, cuatro, cinco o seis peladas (niñas) se las llevaba a tener toda clase de actos obscenos", dijo Morales a Blu Radio.

Las mujeres farianas reiteraron que son concientes que si existen casos en los que se dio abortos forzados o violaciones “serán juzgados por la JEP o serán remitidos a la justicia ordinaria”. En el acuerdo quedó contemplado que los crímenes cometidos por fuera del marco del conflicto político ni las infracciones sistemáticas del Derecho Internacional Humanitario no serán juzgados por la jurisdicción especial sino por la justicia ordinaria.