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Carlos Gaviria Díaz. | Foto: Archivo SEMANA

PERFIL

El candidato presidencial que no perdió

Se enfrentó a Álvaro Uribe en las elecciones del 2006 y, si bien no llegó a la Casa de Nariño, logró la mayor votación de la izquierda en su historia.

31 de marzo de 2015

En abril del 2006 dos nombres ocupaban las primeras páginas de los periódicos y los titulares de los noticieros de televisión y radio: Álvaro Uribe Vélez y Carlos Gaviria Díaz.

Los dos eran viejos conocidos y desde orillas opuestas competían por la Presidencia del país. Uribe quería reelegirse y mantener la seguridad democrática. Gaviria aspiraba a ser el primer presidente de una izquierda rejuvenecida que le apuntaba al diálogo con las guerrillas.  

Durante el proceso electoral, el favoritismo del presidente Álvaro Uribe marcó la agenda electoral. Sin embargo, el exmagistrado y exsenador le puso picante a la campaña, ya que se convirtió en la sorpresa. Su nombre caló entre los jóvenes y algunos escépticos a la política electoral que decidieron apoyarlo al ver una imagen fresca que fue capaz de jugársela en la Corte Constitucional por un tema polémico como la aprobación de la dosis mínima del consumo de drogas.  

Antes de enfrentarse a Uribe en las urnas, Gaviria tuvo que derrotar con 1,1 millones de votos a Antonio Navarro en una consulta interna celebrada el 12 de marzo del 2006, en la que participaron todas las tendencias de izquierda. Allí su nombre tomó fuerza en momentos en que ese partido era para muchos la alternativa dentro de las colectividades tradicionales.  

Aunque en su momento fue señalado como ‘radical’ por algunas de sus ponencias como magistrado y por la trayectoria de algunos de los partidos que lo apoyaron, Gaviria era, por el contrario, un conciliador amante del diálogo. No le obsesionaba el poder y era criticado incluso por falta de ganas para ganar.

De la mano de Carlos Gaviria la izquierda obtuvo algunos de sus mayores triunfos. En las elecciones presidenciales del 2006, este hombre de frases célebres y andar pausado obtuvo 2,6 millones de votos. A pesar de que el Polo no alcanzó su objetivo al perder la Presidencia de la República, este abogado se convirtió en una celebridad dentro de la militancia.

Todos querían una foto o estrechar la mano del jefe político que en su pensar había convertido a la izquierda en la segunda fuerza política en el país. A él se le celebraba además el haber mantenido unido al naciente Polo Democrático.     

Unos años atrás ya Gaviria había obtenido otro triunfo. En las elecciones al Congreso del 2002, este antioqueño, quien fue juez promiscuo de Rionegro y profesor de Derecho, alcanzó sin maquinaria política la quinta votación más alta para llegar al Senado. En esa oportunidad obtuvo 115.000 votos, por debajo de viejos caciques electorales.

Gaviria intentó repetir en el 2010 la hazaña lograda en las elecciones presidenciales del 2006, pero perdió la consulta frente al entonces exsenador Gustavo Petro, quien lo acusó de no tener una postura fuerte frente a las FARC.

Durante los últimos años de su vida Carlos Gaviria estuvo dedicado a acompañar a los candidatos del Polo Democrático. Lo hizo en las elecciones presidenciales del 2014, cuando entregó el respaldo a Clara López, a quien acompañó a varias correrías. En ese momento se le veía activo y lúcido.

Luego la imagen del exmagistrado desapareció, aunque era frecuentemente consultado por los medios de comunicación. Gaviria cumplió su palabra y decidió retirarse de la política electoral y se dedicó a la lectura, una de sus pasiones.