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La muerte de la madre del personero y la casa de la discordia

Un video tiene al funcionario de Puerto Berrío en el ojo del huracán porque lo acusan de querer sacar a su madre, de avanzada edad, y a sus hermanos de la propiedad en la que vivián. La matriarca murió el jueves.

28 de mayo de 2017

Doña Olimpa Pérez viuda de Gómez está muerta. Su salud se empezó a debilitar luego de un incidente que ocurrió a las afueras de la casa en la que vivió por casi 70 años en el municipio de Puerto Berrío, Antioquia. A inicios de esta semana empezó a viralizarse un video en el que se veía una fuerte discusión entre tres hombres y que era mediada por una anciana de avanzada edad.

Video de la discusión: Murió mamá del personero de Puerto Berrío, criticado por haberla sacado de su casa  

La escena se trasladaba al pasado martes 16 de mayo y la anciana era doña Olimpa, de 96 años. Los hombres eran tres de sus siete hijos que concibió con Efraín Gómez Restrepo. Uno de ellos, Jhon Guillermo Gómez Pérez, un abogado y personero de Puerto Berrío, el menor de todos los hijos de Olimpa. En otras palabras, la ‘ñaña’.

El problema circulaba en torno a la casa en la que todos vivieron desde finales de la década de los 40 como una familia normal y corriente de esa zona antioqueña. En el video se alcanza a escuchar cuando el personero le dice a su mamá, apoyado en un muro exterior de la vivienda, que “usted entra, pero ellos no”.

Fueron insuficientes las súplicas de su madre que le pedía calmarse y -a pesar de su edad- le agarraba el brazo para tratar de entrar en razón a su hijo. Acto seguido Jhon Guillermo, escoltado por varios policías que estaban alrededor de la escena, se acerca a la puerta principal de la casa donde un cerrajero estaba arreglando las rejas que el personero tumbó para ingresar a la vivienda el día anterior.

Meses antes, y luego de una decisión de un comisario de familia, Fernando y Efraín Gómez, hijos de doña Olimpa y hermanos de Jhon Guillermo, habían cambiado las chapas de seguridad, pues habían denunciado al personero por maltrato familiar y lo acusaban de quererlos sacar de la vivienda, inclusive a su propia madre, para quedarse con la casa.

El día en que se grabó el video, el funcionario intentaba ingresar al inmueble, mientras sus otros dos hermanos le pedían que respetara a su mamá: “¡No va a poder entrar la dueña tampoco!”, dijo Efraín Gómez. Ella respondía: “La otra vez también nos sacó” y otro de sus hijos, Fernando, le preguntaba: “¿Quién nos ha hecho esto, quién es el culpable de todo esto?”. Doña Olimpa señalaba a su hijo, el personero.

Es ahí cuando se desató la escena que se convirtió en el principio del fin de doña Olimpa en este mundo. Fernando agarró por la parte de atrás a su hermano el personero y en el forcejeo empujaron a su mamá y ella cayó al suelo. La anciana, aparentemente, se desmayó.   

En medio de los gritos de la gente fue auxiliada por uno de sus hijos y un policía que estaba a las afueras de la casa, mientras otros dos uniformados solo se limitaron a mirar la escena. El personero no volteó a mirar a pesar de que la persona que estaba detrás de la cámara gritaba desesperada: “¡Descarado, viejo descarado! Este es el personero que tenemos en Puerto Berrío. ¡Vea a su madre, vea cómo se llevan a la madre del personero!”.

Efectivamente, el golpe y la situación de la casa terminó por hacer mella en la vida de doña Olimpa Pérez. Ingresó por urgencias al Hospital de Puerto Berrío donde le suturaron la cabeza con cuatro puntos y luego la trasladaron a la Clínica Soma, en Medellín, para realizarle unas tomografías en la cabeza. Fue dada de alta el pasado lunes y llevada al apartamento de su hija mayor, Elizabeth, de 75 años, en la capital antioqueña, pero tal como se lo contó a Semana.com Cristian Camilo Gómez, uno de sus nietos, su estado de ánimo no era el mismo.

“Ella se reía, pero a la vez sentía miedo y estaba muy desconfiada”.

Doña Olimpa en la Clínica Soma, en Medellín

Fernando, quien fue una de las personas que vivió las últimas horas con Doña Olimpa, también le dijo a este medio algo parecido:

“Mi mamá ya no era el 30% de la semana anterior. Ese miércoles yo estuve con ella hasta las 4 de la tarde. Su actitud era de susto”.

Tres horas después, a las 7 de la noche de ese miércoles, doña Olimpa cerró sus ojos para siempre.

“La casa de toda la familia”

¿Pero qué pasó con la casa? ¿Cuál es la verdadera historia? Como es una característica cultural de las familias paisas, la casa de los abuelos termina convirtiéndose en el punto de encuentro familiar para celebrar las grandes festividades del año: cumpleaños, días de la madre y padre y fiestas decembrinas convocan a todos los miembros de la familia.

Así era la casa de doña Olimpa Pérez de Gómez. Una vivienda grande como todas las de la época, de cuatro habitaciones. Cuando los hijos empezaron a hacer su vida, la madre terminó viviendo solo con tres de ellos. Cada uno ocupaba una habitación: Fernando, Efraín y Jhon Guillermo, el personero.

Los hermanos Gómez Pérez en la entrada de la casa en Puerto Berrío, Antioquia, acompañados de sus padres Efraín Gómez y Olimpa Pérez. Para ese momento, Walter ni Jhon Gómez habían nacido. 

En vista de su edad y por complicaciones de salud, doña Olimpa vivía entre Medellín y Puerto Berrío para no estar sola. En Medellín se quedaba donde su hija mayor, Elizabeth, a quien terminó por venderle la casa de toda la vida.

El personero era quien más permanecía en la casa de Puerto Berrío luego de su separación matrimonial. “Pagaba los servicios y ocupaba una de las habitaciones”, le dijo Elizabeth a este medio.

Considerando que la casa permanecía prácticamente sola, en marzo de 2016 Guillermo decidió cambiar la cerraduras de la puerta principal. Fernando llegó al día siguiente con su hermana Elizabeth, su mamá y su hermano Efraín, y lograron entrar por la la parte trasera de la vivienda. En vista de lo hecho, Elizabeth, como dueña y señora del hogar, le prohibió la entrada.

Con el fin de tener un soporte por escrito, ella le envió una carta en la que le decía que le prohibía su ingreso.

“Usted no cuenta con autorización ni verbal ni escrita para cambiar las claves de la verja ni de la puerta principal, y por este hecho se me impidió el libre acceso a la casa, más cuando venía acompañada de mi señora madre y mis hermanos”.

“Con esta actitud demuestra que usted me está suplantando en decisiones que son solo mías como propietaria y en sus manifestaciones públicas expresa abiertamente que usted posee el derecho de posesión de la casa que figura a mi nombre, pasando con esta acción ilegítima y según su premisa falsa a constituirse en dueño”.

Elizabeth relata en la carta que en días pasado, el personero de Puerto Berrío tomó la “acción personal” de no dejar ingresar a la vivienda a Efraín, otro de sus hermanos, acudiendo a la Policía. Según ella, a Efraín le arrojaron a la calle su maletín de viaje y su bolso.

En vista de esas actuaciones, Elizabeth le solicitó al personero “salir y abandonar la casa de forma definitiva” y le dio tres días que comenzaron a correr a momento de él recibir esa comunicación.

En vista de que él no acató la petición, vino una tutela contra Jhon Guillermo, pero la decisión, que salió en agosto pasado, fue a favor de él. La inspectora Nubia Vidal consideró que era la casa patrialcal y que allí todos los hermanos debían caber. Además porque su mamá “no ha quitado su consentimiento para que este continúe en el domicilio”.

"Mi mamá no quiso hablar contra él a pesar de todo lo que ya había hecho y por eso le volvimos a dar las llaves de la casa a Jhon Guillermo", cuenta Fernando. 

A pesar de que estaban viviendo en el mismo hogar como en los viejos tiempos, la situación se tornó mucho más tensa, pues la peleas entre los hermanos eran constantes por diferentes motivos.

Jhon Guillermo, cuenta Elizabeth, empujó en medio de una discusión a su mamá y en otra ocasión también maltrató a una de sus hermanas. Así lo relató el comisario Nelson Guillermo Quiceno en un fallo del 3 de noviembre, en el que le prohibió la entrada al personero, entre otras cosas, por las denuncias por maltrato familiar.

Dice el fallo que es “una medida de protección inmediata (...) contra los maltratos y agresiones a favor de los señores Elizabeth Gómez de Zapata, María Elsy Gómez y Efraín Alberto Gómez y Olimpa Pérez viuda de Gómez (...) segundo, ordena al señor Jhon Guillermo Gómez abstenerse de penetrar o ingresar a la casa (...) esta limitación resulta necesaria (...) pues estaremos previniendo que aquel moleste”.

Pero el personero apeló ante un tribunal de familia y este le otorgó nuevamente los derechos. Este viernes doña Olimpa fue enterrada en el Cementerio San Pedro, en Medellín, sin poderse despedir del hogar que construyó con su esposo Efraín. Según le relaron a Semana.com varios de sus hermanos, van a volver a denunciar al personero para que este no vuelva a ingresar a la propiedad, en la que se criaron todos como familia pero en la que hoy no pueden convivir juntos.

Semana.com intentó comunicarse con Jhon Guillermo Gómez Pérez, el personero de Puerto Berrío, pero no obtuvo respuesta.