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Natalia Ponce de León

AUDIENCIA

Natalia Ponce de León revive su tragedia ante los estrados

La joven, que fue agredida en su rostro con ácido, testificó por primera vez en el juicio contra su presunto agresor, Jonathan Vega.

5 de junio de 2015

Por primera vez Natalia Ponce de León, atacada y quemada en el rostro con ácido y pegante, se presentó ante un estrado para testificar en el juicio contra su presunto agresor, Jonathan Vega, conocido también como el ‘monstruo del Batán’, por el nombre del barrio del norte de Bogotá donde ocurrieron los hechos.

En la audiencia, la Fiscalía exhibió los videos de las cámaras de seguridad del sector que dan cuenta del recorrido de Vega minutos antes de que le fuera arrojado el corrosivo compuesto químico a la cara de la víctima.

Natalia, con la fortaleza que ha demostrado en este duro proceso de recuperación, tras la agresión, observó con detenimiento las imágenes y las describió.

En su testimonio identificó a la persona que se veía en los videos como Jonathan Vega. Fue un momento tenso para los asistentes y para la propia Natalia, que se vio de nuevo frente a frente con su propia tragedia.

“Reconozco que es Jonathan Vega. Su estatura, su cuerpo, su pelo oscuro, su piel morena. Ahí tiene la capota puesta, pero es el mismo personaje”, dijo ella.

Natalia vivió el momento crítico cuando le mostraron las imágenes en el momento en que Vega llega hasta las escalinatas del edificio donde vivían sus padres, la hizo llamar y cuando la vio le arrojó el líquido.

Natalia narró ante el video: “Ahí está (Jonathan) pegado en el último escalón del edificio. El ataque ocurrió cuando estaba cayendo la tarde. Eran las 5:30”.

“Jonathan estaba vestido de jean, tenis y saco de algodón con capucha. Sólo lo vi por la espalda, tenía una camiseta gris o blanca que se le salía del saco”, recalcó la joven víctima.

En ese momento, Natalia pide que se retroceda el video para apreciarlo mejor. En la sala, entretanto, hubo un silencio reverencial.

Cuando ella quiso seguir detallando las imágenes, su abogado, Abelardo de la Espriella, le pidió al juez que suspendieran la cita judicial, dado que su representada sufría en ese momento un choque emocional.

El juez consultó a las partes (Fiscalía, Procuraduría y defensa de Vega) quienes estuvieron de acuerdo en que la audiencia se terminara. La cita quedó para el próximo martes 9 de junio.

En las horas de la mañana, el juez tuvo la oportunidad de escuchar a los investigadores de la Fiscalía que colaboraron a instruir el proceso que tiene tras las rejas a Vega.

La audiencia se había suspendido en cuatro oportunidades porque se requería la presencia de Natalia, quien a la postre es la persona indicada para señalar a Vega como autor del execrable hecho.

A la audiencia no acudió el acusado que, según su defensa, está diagnosticado con una enfermedad mental agravada por el consumo de estupefacientes.

Hace varias semanas, el 16 de abril, Natalia salió por primera vez a la luz pública después del ataque para decir: “Aquí estoy, sigo adelante”.

Ese día, Natalia, de 33 años, presentó su libro El renacimiento de Natalia Ponce de León, una conversación con la periodista Martha Elvira Soto. El libro fue lanzado en la Feria Internacional del Libro.

La investigación narra su lucha en esta batalla atroz que le impuso la vida, resalta la colaboración y el  profesionalismo de los médicos que hasta la fecha llevan su caso, hace relevancia en el apoyo de sus seres queridos y en la gente que le ha ayudado en su recuperación, y ante todo hace un gran paréntesis frente a la inoperancia en la carencias del sistema de salud colombiano.

En una entrevista radial, luego de su presentación, Natalia recordó el día del terrible hecho. “Se hizo pasar por un exnovio de cuando tenía 20 años, me pareció muy raro cuando se anunció. Primero le dije al portero que lo dejara seguir, pero como tenía que botar unas cosas, bajé. Cuando salí, vi un hombre misterioso, con cachucha y capota, y ahí me atacó”.

Ahora, en pleno juicio, tuvo que enfrentarse de nuevo al hecho que marcó su vida, pero con la oportunidad de señalar a quien las acusaciones identifican como su agresor. Desde luego, la decisión final será de la Justicia.