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BOGOTÁ

Ni se le ocurra llevar el carro a estos nueve sitios

La Superindustria asegura que en los establecimientos se venden lubricantes piratas.

30 de enero de 2014

Una investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio a establecimientos de comercio automotor dedicados a venta y cambio de aceite para vehículos hizo caer a nueve lugares que se dedicaban a vender o cambiar aceite pirata, que no correspondían con los que ofrecían inicialmente.


La investigación se llevó a cabo en varias zonas de Bogotá, con el fin de verificar el cumplimiento del Estatuto del Consumidor en lo referente a información, calidad e idoneidad de los productos (aceites lubricantes) que se distribuyen en estos sitios. Es decir, si se trataba de productos originales provenientes de los fabricantes de las marcas reconocidas del mercado, o si, por el contrario, se trataba de producto "pirata" o adulterado.

Según los artículos 6 y 23 de la Ley 1480 de 2011 (Estatuto del Consumidor), los proveedores deben asegurar la idoneidad y seguridad de los bienes y servicios que ofrezcan en el mercado y a suministrar a los consumidores información veraz y suficiente sobre los productos que se ofrecen.

Al no cumplir con la ley, los establecimientos a los cuales se les formuló pliego de cargos y se le decretaron medidas cautelares son: Lubricantes y filtros La 40, en el sur de la ciudad; Filtro y Aceites Sexta Avenida, en el centro; Lubricentro Villamil, en el sur; Aceites y Filtros Lucyautos, en el norte; Lubricantes Ler en el noroccidente; Lubricep I y Lubricantes de Colombia MP, en el occidente; Don Quijote 161 en el norte y Lubricantes Escamilla, en el centro de la ciudad.

Desde el mes de octubre se llevaron a cabo visitas administrativas de inspección en las que se recolectaron muestras de distintos productos en presentaciones a granel y envasado correspondientes a la mayoría de las marcas que se comercializan en el mercado. Estas muestras se sometieron a pruebas de laboratorio que permitían establecer si se trataba de un producto original o no.

Las pruebas a los nueve establecimientos arrojaron que se trata de un producto ilegal que no proviene de los fabricantes originales y que pone en riesgo el adecuado funcionamiento de los vehículos.

Adicionalmente al Pliego de Cargos, Industria y Comercio ordenó a los investigados, la suspensión inmediata de la comercialización de las marcas, hasta tanto no acrediten que los productos que venden fueron adquiridos de manera directa y legítima de los fabricantes o de los distribuidores mayoristas autorizados.

La inobservancia de la medida cautelar dada por la Superintendencia puede acarrear multas sucesivas de hasta mil salarios mínimos legales mensuales, es decir, 616 millones de pesos.

Además, en caso de que el proceso arroje que existió violación del Estatuto del Consumidor, Industria y Comercio podrá imponer sanciones de hasta 2.000 salarios mínimos legales mensuales, es decir, 1.232 millones de pesos, y el cierre de los establecimientos.

Hay que tener en cuenta que los aceites adulterados provocan daños irreversibles en el motor. Según la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP), la falsificación de aceites lubricantes deteriora el motor de los vehículos y aumenta el consumo de combustible.

El problema es más grave de lo que se cree. De acuerdo con los estudios realizados por la ACP, el 30 % de los lubricantes para automotor que se venden cada año en Colombia son falsificados, es decir, alrededor de 12 millones de galones por año de todas las marcas.

La adulteración o piratería de aceites lubricantes para vehículos genera pérdidas al sector por aproximadamente 200.000 millones de pesos.

Con estos fatídicos resultados, las investigaciones para detectar aceites lubricantes adulterados o piratas se seguirán haciendo en Bogotá y se extenderán a otras ciudades donde la Superindustria tiene información sobre posibles irregularidades.