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| Foto: archivo SEMANA

TRAGEDIA

El ‘paseo de la muerte’ cobra la vida de un niño

Luego de dos órdenes judiciales, Sánitas habría demorado la remisión de un niño de 22 meses, lo que culminó en su muerte.

1 de octubre de 2014

La Defensoría del Pueblo investiga un aparente caso de negligencia por parte de EPS Sánitas, luego de que a un niño de 22 meses de edad se le negara la remisión a una clínica por su condición delicada de salud que culminó en su muerte la madrugada de este primero de octubre en la Clínica Colombia, de Bogotá.

El pequeño fue trasladado esa institución el lunes, pero comenzó su recorrido hospitalario el 15 de septiembre, cuando su madre lo llevó a la Clínica Calambeo, en de Ibagué, por síntomas respiratorios que diagnosticaron como una infección de las vías aéreas superiores, por lo cual se le formuló “acetaminofén y medicamento para el vómito y lo mandaron para la casa”, relata la tía del menor, Hayde Peñuela.

Pero la madre no estuvo tranquila y notó que los síntomas del niño no mejoraban, así que lo llevó de nuevo a la Clínica, donde le diagnosticaron otitis. Debido a que los síntomas no mejoraban con el tratamiento, los médicos decidieron remitirlo a una institución de mayor complejidad. Sin embargo, la EPS, asegura Peñuela, tardó en responder porque “no había camas”.

El estado de salud del menor empeoró durante la hospitalización, por lo cual los médicos solicitaron atención médica especializada que, según la Defensoría del Pueblo, “no le fue otorgada de manera expedita”.

Ante la demora, los padres del niño interpusieron una acción de tutela. Un juzgado de la capital tolimense se pronunció el 19 de septiembre y ordenó una medida provisional dirigida a la EPS Sánitas, a la cual estaba afiliado el niño, para que actuara inmediatamente con fin de proteger su vida.

Sin embargo, el Juzgado tuvo que pronunciarse de nuevo el 23 de septiembre, cuando el pequeño había sido trasladado a la Clínica Nicolás de Federmán, en Bogotá, dado que esta no contaba con los especialistas que el menor requería.

“La EPS no había dado cumplimiento a la medida provisional y, según el juzgado, no se le habían prestado los servicios requeridos en ese centro asistencial”, indicó la Defensoría.

La señora Peñuela relata que solo gracias a la difusión de los medios de comunicación y por intermedio de la Defensoría, su sobrino fue llevado a la Clínica Colombia, en Bogotá, un centro hospitalario de mayor complejidad.

“El doctor dijo que lo que le dio en el oído se le fue para la cabeza”, dice la señora Hayde. “Le diagnosticaron muerte cerebral ayer en la tarde. Ya estaba con ventilador… estaba inconsciente, tenía los signos vitales alterados…”, cuenta entre lágrimas.

Para ese momento, el estado de salud de sus sobrino se había agravado al punto que, según el reporte médico entregado a sus familiares el martes, el cuadro infeccioso se extendió al sistema nervioso central, complicándose con meningoencefalitis e hidrocefalia que lo condujeron a la muerte.

Luego de brindar soporte psicosocial y jurídico a la familia, la Defensoría del Pueblo condenó la presunta negligencia de las instituciones comprometidas y urgió al Ministerio y a la Superintendencia de Salud para que agilicen las investigaciones por este caso. Asimismo, solicitó que se dispongan los mecanismos de reparación correspondientes para sus seres queridos.