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"No hay anticolombianismo en Ecuador"

A pocos días de la cumbre entre los cancilleres de Colombia y Ecuador en Quito, el 7 de diciembre, SEMANA habló con el viceministro de Relaciones Exteriores del país vecino, Diego Ribadeneira.

12 de febrero de 2006

SEMANA.: ¿Cuál es el motivo de su visita a Bogotá? DIEGO RIBADENEIRA: Fundamentalmente, restablecer el diálogo. La relación entre Colombia y Ecuador ha sido muy rica y fluida durante 30 ó 40 años con comisiones de vecindad en materias de salud, educación, comercio. Es un ejemplo de integración en América del Sur. Creemos que es necesario preservar todo eso. Estamos conscientes de que Colombia necesita combatir y resolver sus problemas internos, creemos que tienen todo el derecho -y hasta la obligación- de hacerlo, pero es necesario que en esa labor justa y necesaria se tome en cuenta también que hay un país vecino que puede afectarse en diversos aspectos. SEMANA: ¿Viene a discutir el tema de la supuesta violación de la frontera por parte de helicópteros del Ejército colombiano? D.R.: Queremos asegurar que los dos países tengan un control efectivo de sus correspondientes fronteras, sobre todo en los puntos críticos; que haya un intercambio de información permanente y una coordinación. Entonces no nos vamos a quedar en ese hecho puntual. La cancillería colombiana ya entregó una nota explicativa que no necesariamente tiene que coincidir con la versión ecuatoriana. Eso no es lo importante. Lo importante es el futuro y asegurar que esos hechos no se repitan. SEMANA: Muchos ven a Ecuador como la retaguardia de las Farc en el sur. ¿Ha sido su gobierno tolerante? D.R.: No. Nosotros tenemos 8.000 hombres del Ejército y 4.000 policías en los más de 5.000 kilómetros de la frontera. Comprenderán que Ecuador no es un país de grandes recursos y ese es el problema que afrontamos. Debemos recordar que hay en el Ecuador alrededor de 800.000 colombianos y hay que considerar que Ecuador tiene 12 millones de habitantes. De esos 800.000, 500.000 están ilegales y representan un problema social grave porque necesitan el sustento. Hay 200.000 colombianos legales, trabajando y que aportan en forma muy importante al desarrollo del país y crean fuentes de trabajo. Y hay ya 10.000 refugiados de un total de 30.000 solicitudes. ¿Qué significa eso? Tenemos que preocuparnos. Sería importante que las autoridades colombianas asuman su responsabilidad porque el problema se origina acá y nosotros queremos que sepan que tienen un socio que quiere ayudarlos a resolver sus problemas. Pero que ustedes también vean los nuestros. SEMANA: Ante las voces de neutralidad del canciller de hace algunos meses, ¿cuál es la posición ecuatoriana con respecto a las Farc? D.R.: Hablar de neutralidad es absurdo. Lo que sí puedo decirle es que el Ecuador no está dispuesto a involucrarse de ninguna manera en el problema interno colombiano y el no involucrarse pasa por no hablar de los temas internos colombianos. SEMANA: Hay crecientes reportes de 'anticolombianismo' en Ecuador. ¿hasta qué punto se explota políticamente? D.R.: Hay un sentimiento de preocupación que debe ser atendido. Es necesario que Colombia adopte medidas para que los desplazados puedan volver a su país para evitar ese malestar de la gente que no tiene empleo y que cree que la gente de otras partes va a ocupar sus puestos. Pero por favor no hablemos de anticolombianismo, porque no lo hay. Puede ser que, efectivamente, haya sectores, yo diría en los dos países, interesados en explotar políticamente los problemas que genera esa relación. Pero de ahí justamente la necesidad de adoptar medidas a fin de que aquellas personas no tengan un pretexto para explotar. SEMANA: ¿En que va el tema de las fumigaciones? D.R.: Ecuador comprende que Colombia tiene que luchar contra los cultivos ilícitos y los problemas que eso genera. Pero Colombia debe tener cuidado para que las poblaciones que están en la frontera, y los cultivos lícitos, no se afecten con las fumigaciones. Colombia debería privilegiar la erradicación manual para evitar que inclusive aspersiones no deseadas, accidentales, puedan causar daño. El gobierno colombiano de alguna forma ya está entendiendo la necesidad de incrementar los programas de erradicación manual. Políticamente eso beneficiaria mucho la relación.