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Juan Sebastián Camelo (izquierda) es el actual presidente del movimiento.

ENTREVISTA

"No somos un movimiento de extrema derecha, ni uribistas, ni antisantistas, ni violentos": Restauración Nacional

Los integrantes del movimiento explicaron sus diferencias con otros movimientos de derecha juveniles. El movimiento, que aspira a tener representación política, reveló los nombres de sus organizadores.

13 de julio de 2011

Se declaran de derecha. No temen dar la cara. Consideran que el país requiere de una restauración de sus instituciones, a partir de la vuelta a las raíces hispanas y católicas. Ellos son los jóvenes que integran el movimiento Restauración Nacional.
 
Semana.com habló con sus dirigentes para conocer su ideario. Ellos accedieron a responder preguntas sobre la visión del país, la opinión del Gobierno de Juan Manuel Santos. También le respondieron a la columna de María Jimena Duzán “Cuando la mano negra se indigna” argumentando que no actúan soterradamente.
 
Semana.com: ¿Qué es Restauración Nacional?
 
Restauración Nacional: Es un movimiento de jóvenes fundado el 13 de octubre de 2007 por universitarios que tienen fe en Colombia y creen su potencial para constituirse en una nación próspera, grande, libre y soberana. Buscamos convocar una movilización nacional, con representación de todos los sectores sociales, políticos y económicos, alrededor de la defensa de las bases cristianas, la protección de la cultura, tradiciones, historia, idioma, religión y valores que constituyen nuestra identidad nacional. Tenemos como base la defensa y promoción de la justicia, la libertad, la propiedad, la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la fe de todos y cada uno de los colombianos.
 
Semana.com: ¿De dónde nació la idea de crear un movimiento de derecha?
 
R.N.: A partir de un grupo de estudiantes de la universidad de los Andes, la Militar y el Rosario, que hacen parte de una generación cansada de 50 años de violencia, pobreza, injusticia y corrupción heredada de nuestros padres y abuelos. No queremos dejarles esa misma Colombia a nuestros hijos. Nos inspiran las palabras del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, quien pidió que su muerte no fuera un sacrificio inútil, sino un símbolo que convocara un movimiento de restauración nacional.
 
Semana.com: ¿Qué los distingue de otros movimientos semejantes como los mencionados en el artículo titulado “Somos de derecha; pero ni fachos ni godos, simplemente nacionalistas”, publicado en este medio?

R.N:
No promulgamos ni tenemos afinidad con grupos neonazis ni fascistas ni totalitaristas.
 
Semana.com: ¿En dónde hay militantes o simpatizantes del movimiento?
 
R.N.: Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Santa Marta, Popayán, Manizales, Pasto, Pereira, Cúcuta, Barrancabermeja y Tunja.
 
Semana.com: Ustedes dijeron que darían a conocer los nombres de sus integrantes. ¿Quiénes son?
 
R.N.: Los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional son Juan Sebastián Camelo, Carlos Flórez Sarmiento, Daniel Tibaquira Bermúdez, León Álvarez Arteaga, Juan Manuel Bernal, Alberto Acosta, Amira Salazar, Daniel Navarro Giraldo, Marcel Bohórquez, Luis Castellanos, Camilo Terreros, Mauricio Contreras y Juan Camilo Revelo.
 
Semana.com: En síntesis, ¿qué le responden a María Jimena Duzán quien los mencionó en su columna “Cuando la mano negra se indigna”?
 
R.N.: No somos un movimiento misterioso de extrema derecha, ni uribistas, ni antisantistas, ni actuamos violentamente, ni cometiendo actos terroristas. Criticamos lo que tenemos que criticar sin cálculo partidista o electoral, dentro de la legalidad y valores democráticos. Queremos la reparación integral de las víctimas de la violencia y la corrupción, pero quienes deberían asumirlo no deben ser todos los colombianos sino los mismos victimarios y los gobernantes y partidos que no actuaron o participaron o fueron condescendientes con ellos.
 
Semana.com: ¿A qué políticos de la historia colombiana admiran y consideran faros ideológicos?
 
R.N.: Laureano Gómez y Miguel Antonio Caro son nuestros guías ideológicos. A Álvaro Uribe Vélez, Rafael Núñez, Fernando Londoño y Álvaro Gómez Hurtado los consideramos figuras dignas de admiración.
 
Semana.com: ¿Cuál es la visión de país que tienen?
 
R.N.: Una nación próspera, con crecimiento económico sostenido, que beneficie la iniciativa privada como motor de desarrollo pero sin privilegiar el capital financiero; cabeza de Hispanoamérica, influyente, donde los intereses nacionales y el bien común prime sobre los interés particulares, extranjeros y multilaterales. Sin totalitarismos de Estado donde cada cual sea promotor de su propio desarrollo y crecimiento. Sin secuestros, sin violentos, sin corruptos. Con justicia social, económica y política, donde los delincuentes y criminales sean castigados con todo el peso de la ley. Donde el Estado regule el capital y la economía esté al servicio del hombre, no el hombre al servicio de la economía. Consideramos que el poder político debe ser reformado para darle paso a los sindicatos, los gremios, las asociaciones profesionales, los campesinos, la Iglesia, etc.; sin discriminación positiva o negativa por razones de raza, religión, sexo, edad, riqueza, etc. En Paz: sin terroristas de las Farc, ELN, Paramilitares, Bandas Criminales o narcotraficantes. La única institución que debe tener el monopolio de las armas deben ser las Fuerzas Militares.
 
Semana.com: Ustedes dicen que piensan constituirse en fuerza política. ¿Cómo piensan lograrlo?
 
R.N.: Vamos a constituirnos como movimiento político para las próximas elecciones mediante la recolección de firmas de apoyo ciudadano, y a solicitar personería jurídica ante los organismos competentes. Actualmente estamos en la etapa de consolidación del movimiento a nivel nacional para tener un grupo base en por lo menos 20 capitales de Colombia.
 
Semana.com: ¿Qué piensan del Gobierno de Juan Manuel Santos?
 
R.N.: Ha dejado la política de seguridad democrática en segundo plano esperando, tal vez, la negociación política con las Farc para terminar el conflicto armado. Consideramos que las Fuerzas Militares deben fortalecerse, recibir el respaldo de todos los estamentos del Estado, que se le devuelva la moral a la tropa y el fuero militar.
 
Criticamos su amistad con Hugo Chávez, un presidente tiránico del pueblo venezolano que restringe la participación política de otros sectores y la libertad de prensa y que en su territorio protege a cabecillas de las Farc.
 
Medidas de su Gobierno como reformas tributarias, huecos fiscales y la promoción del capital extranjero profundizan la crisis social y no reflejan crecimiento de la producción, la infraestructura y la tecnología. La burocracia estatal, la proliferación de subsidios sociales y el aumento de impuestos, profundizará el desempleo y la inflación, y por tanto la pobreza.
 
El estado de la justicia es un grave problema que no se soluciona mediante un proyecto de reformas accesorias y concertado con la rama judicial. Se requieren profundas reformas a la Constitución y deben participar en ella los sectores académicos e intelectuales, no los sectores políticos con intereses partidistas.

La justicia social empieza por fortalecer la familia, creando proyectos productivos para las de menos recursos. Estamos en contra de la privatización de los servicios sociales, eso genera más desigualdad en la población. La educación y la salud deben ser un bien público, regulado y controlado por el Estado, pero administrado por el sector privado con concesiones.
 
En definitiva, el gobierno de Santos no se diferencia en nada a los de sus antecesores. En materia de seguridad se diferencia del de Álvaro Uribe ya que la ha descuidado. Sus reformas son accesorias y mediocres, pues no son estructurales en lo político, lo social y lo económico.
 
Respaldamos su iniciativa de creación de nuevas empresas, promoción del empleo juvenil y el decidido respaldo a las tecnologías de la información.
 
Semana.com: ¿Por qué no están de acuerdo con la paz negociada?
 
R.N.: La paz no se negocia, se impone. Negociar con terroristas, narcotraficantes, secuestradores, masacradores, torturadores es poner en la mesa de los victimarios el futuro, bienestar y desarrollo de la mayoría de colombianos. El único diálogo del Estado con los criminales es en los estrados judiciales. La paz negociada es una quimera que prolonga el conflicto, y el país ya pasó por esas amargas experiencias. La paz sin justicia es un engaño.
 
Semana.com: ¿Sus posiciones polémicas les han generado problemas de seguridad?
 
R.N.: Sí, los fundadores y cabezas visibles recibieron amenazas de muerte, uno tuvo que salir del país, otro casi fue secuestrado y otro más se tuvo que retirar de la vida pública.
 
Semana.com: ¿Tienen alguna relación con las Fuerzas Militares?
 
R.N.: No tenemos relación directa con miembros activos de las Fuerzas Militares, pero trabajamos armónica y coordinadamente con algunas organizaciones militares y policías retirados, en la defensa de sus derechos pensionales, legales, jurídicos y políticos que han sido violados constantemente por el Estado colombiano.
 
Semana.com: Finalmente, ¿qué significa el símbolo que los identifica?
 
R.N.: En el fondo, un mapa estilizado del territorio Colombiano, el ala azul representa la nobleza y la inteligencia, el ala roja representa el heroísmo y la justicia; en el centro, una cruz que simboliza las raíces cristianas de nuestra identidad nacional, circunscrita en un aro dorado símbolo de la prosperidad y riqueza. Los elementos se resumen en la frase: Con la cruz, con la pluma y con la espada por la Restauración Nacional.