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Uribe, sin acuerdo con el Gobierno, pide reunión con las FARC

Tras 11 reuniones en 51 días, el Gobierno y los del No culminan su diálogo sin alcanzar consensos. El presidente Santos y sus negociadores anunciarán este martes la forma de implementar el nuevo acuerdo de paz.

21 de noviembre de 2016

Pasaron 51 días desde el plebiscito, 11 reuniones largas, extenuantes, que este lunes llegaron a su final. Álvaro Uribe, los demás voceros del No y el Gobierno no llegaron a ningún acuerdo, aunque las partes parezcan hablar el mismo idioma, coinciden en la necesidad de un Gran Pacto Nacional. Sin embargo, mientras el Gobierno propone que sea en torno a la forma de implementar el nuevo acuerdo con las FARC, el uribismo y los demás sectores del No quieren que se haga sobre la base de modificar ese nuevo documento. Conclusión, el Gobierno, Uribe y los del No terminaron sus reuniones, pero el acuerdo nunca llegó. 

La última reunión se prolongó por más de seis horas y había estado determinada por las versiones de que este martes el Gobierno y las FARC firmarían el nuevo acuerdo. De hecho, mientras Uribe y sus voceros, y los demás representantes del No, se encontraban reunidos con Humberto de la Calle y demás miembros del equipo negociador del Gobierno, Timoleón Jiménez y demás miembros del Secretariado de la guerrilla arribaban a Bogotá para ese efecto.

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Por eso, Uribe, Francisco Santos y Marta Lucía Ramírez, particularmente, no ocultaron su malestar por el hecho de que el Gobierno ya tenía la decisión de firmar y llevar al Congreso el nuevo acuerdo, sin el mínimo chance de hacerle modificación alguna al documento de 310 páginas. Parecía que la reunión no llevaría a ningún lugar, y seis horas después se comprobó. Fue el encuentro más tenso de todos los que antecedieron, y al final los del No mantienen sus preocupaciones en los mismos temas que les han impedido sumarse al tren de la paz.

Los del No insisten en que el nuevo acuerdo “es apenas un retoque del Acuerdo rechazado por los ciudadanos”, por eso insisten en que los miembros de las FARC no tengan elegibilidad mientras cumplen sus penas; eliminar el narcotráfico como conexo al delito político; asegurar que el Acuerdo no entre a la Constitución; encontrar una solución humanitaria a los familiares de los secuestrados, y garantizar la liberación de los niños; garantizar los derechos de la mujer sin confusiones derivadas del enfoque de género y atender las preocupaciones de los integrantes de las Fuerzas Armadas, que requieren la más próxima libertad y el derecho de buscar la restitución de la honra, según se lee en un comunicado.

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Quizás ante los nulos resultados del diálogo con el Gobierno, Uribe sorprendió con una nueva propuesta: acepta dialogar con las FARC, como si no tuviera otro camino, antes de que el nuevo acuerdo de paz llegue a la jurisdicción del Congreso.

“Tenemos toda la disposición de dialogar con el Gobierno y la FARC sobre las modificaciones en los temas referidos. Para este diálogo proponemos aprovechar la presencia en Bogotá de los líderes de la FARC”, dijo en un comunicado que concertó con las más de 30 personas que asistieron a esta última reunión en calidad de voceros del No.

Para Uribe, los voceros del No y representantes de las víctimas de las FARC insistieron en un Acuerdo Nacional, pero para introducir unas modificaciones al acuerdo ajustado entre el Gobierno y la FARC. Pero el Gobierno les ha negado, esta noche, la posibilidad de este Acuerdo Nacional sobre temas sustanciales.

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Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno, dio una declaración de más de siete minutos al término de la reunión en la que recordó los días enteros, las horas y horas de intercambio de opiniones, con el fin de oír las inquietudes y recibir propuestas de cambios y ajustes para lograr un mejor acuerdo de paz con las FARC. “Los colombianos son testigos, así se hizo”, dejó presente.

Y aclaró que “en ningún momento, el presidente Santos ni nadie del equipo negociador ofreció a los voceros del No la posibilidad de revisar el acuerdo antes de su cierre”. Toda vez que la mayor inconformidad del uribismo desde el pasado 12 de noviembre, día en que se alcanzó el nuevo acuerdo en La Habana, fue que el Gobierno hubiera publicado el documento sin haberlo socializado antes con ellos. “Lo que el presidente sí me pidió, como se lo dijo en privado al expresidente Uribe, y públicamente a los colombianos, era que me regresara a la brevedad para explicar en todo detalle el nuevo acuerdo”, aclaró.

De la Calle también recordó que desde hace ocho días han intentado reunirse con los del No, pero sólo este martes se produjo el encuentro, “por falta de respuesta de ellos”.

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En la reunión, dijo el jefe negociador, se les explicaron los 11 grandes cambios del nuevo acuerdo, y tras enumerar los recientes episodios que, en su criterio, han demostrado la fragilidad del cese al fuego bilateral, De la Calle hizo un un llamado “patriótico y sincero” a todos los colombianos, a los que votaron Sí, a los que votaron No y a aquellos que no participaron en el plebiscito: “Llegó la hora de avanzar. Llegó la hora de unirnos alrededor de este nuevo acuerdo, de este acuerdo mejorado y ajustado, para implementarlo, proteger lo alcanzado y avanzar hacia la consolidación del fin del conflicto y la construcción de la paz”.

Ese pacto, para el Gobierno, será sobre la base de la implementación del nuevo acuerdo, y no su modificación. Y ese Pacto Nacional se podría dar sin Uribe o con Uribe. El escenario será el Congreso, y el día para que el nuevo acuerdo llegue al Capitolio está a la vuelta de la esquina.