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| Foto: Archivo particular

BOGOTÁ

Nuevo golpe al contrato con la máquina tapahuecos

El Distrito suspendió el polémico contrato por supuestos problemas con emulsión para reparar las vías.

16 de abril de 2014

La historia revelada por Semana.com sobre el polémico contrato de la Unidad de Mantenimiento de Malla Vial (UMV) con la recién creada empresa Green Patcher S.A.S., para tapar los 220.000 huecos de Bogotá, sigue teniendo desarrollos interesantes. Esta vez, la propia Administración que ha defendido la “novedosa tecnología” suspendió el contrato.


La razón es simple. Aunque coincide con todos los cuestionamientos que los organismos de control le han hecho a la máquina y a la contratación, la Administración argumenta que es porque la emulsión utilizada para reparar las vías no es la adecuada. 

Pero estos no han sido los únicos golpes a la contratación, pues desde cuando fue adjudicada (27 de diciembre del 2013) ha estado en el foco de todos los entes de control.

En primer lugar, la Contraloría y la Veeduría Distrital dedicaron tiempo al caso y coincidieron en que en ese contrato se ha podido configurar una serie de irregularidades, entre otras cosas, por el puntual tema de haberse suscrito bajo el argumento de que se trata de un proceso de innovación tecnológica.

Después, la Personería de Bogotá remitió el expediente a la Procuraduría General de la Nación y el Ministerio Público estudiará, en un proceso preliminar, si hubo o no irregularidades. Y finalmente, está bajo escrutinio de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, entidad que abrió una investigación preliminar en este caso.

Otro de los datos polémicos es que, en Colombia, el representante de la firma es Juan Pablo Posada, un actor que tuvo un fugaz paso en la televisión. La empresa, con un capital inicial de cinco millones de pesos, firmó un contrato con el Distrito por cerca de 12.000 millones de pesos. 

Mientras tanto, el contrato y la directora que firmó se mantienen suspendidos. Aunque el exalcalde Gustavo Petro defiende la máquina a toda costa, pues asegura que ha tapado miles de huecos en la capital.

Sin embargo, cuando el alcalde (e) Rafael Pardo fue a presenciar la manera como trabajaba la máquina, esta ya llevaba días averiada y él no pudo ser testigo de lo que los contratistas y el Distrito, dicen, será una excelente inversión.

Desde cuando se conoció la llegada de las máquinas a la ciudad, las primeras supuestas irregularidades salieron a relucir, por cuenta del concejal del MIRA Jairo Cardozo. La más grave: el contrato habría sido entregado prácticamente a ‘dedo’ y sin pasar por el cedazo de la ley de contratación estatal.

Es decir, al tratarse de una obra civil, el proceso se debía someter a licitación pública, y por el contrario, se suscribió bajo el ropaje de ‘ciencia y tecnología’. Según la entidad contratante, la tecnología de esta máquina no existía en el país y era especializada.

El contrato ya está en el ojo del huracán. Y los organismos serán los encargados de determinar lo que sucederá con el futuro del mismo. Por ahora, los capitalinos continuarán siendo testigos del evidente mal estado de la malla vial local de la ciudad.