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"Yo creo que la violencia intrafamiliar es el peor enemigo que tiene este país. No vamos a alcanzar esa paz que tanto anhelamos hasta que en los hogares exista tolerancia". | Foto: Daniel Reina

ENTREVISTA

"Nunca lograremos la paz si existe violencia en los hogares"

Cristina Plazas, alta consejera para la Equidad de la Mujer, habló con SEMANA sobre la nueva ley para combatir la violencia intrafamiliar y la inasistencia alimentaria. También habló de su futuro y reveló sus secretos en el tira y afloje político.

Paula Durán, periodista de SEMANA
15 de junio de 2012

SEMANA: ¿Por qué surge esta Ley?
 
Cristina Plazas: Es una iniciativa de la bancada de las mujeres en el Congreso que contó con todo mi acompañamiento. Patiné esta ley desde el primer día hasta el último porque entiendo su importancia.
 
SEMANA: ¿Como cambia el día a día de quienes sufren de violencia intrafamiliar?
 
C.P.: Con esta ley ya no se puede considerar la violencia intrafamiliar como un delito de segunda. No es conciliable, no se puede desistir, es decir que ninguna mujer puede arrepentirse o retractarse, pues la denuncia sigue su curso y cualquier persona, no sólo la víctima, puede denunciar. Todo esto también aplica para la inasistencia alimentaria.
 
SEMANA: ¿Estas medidas cómo ayudan a las mujeres víctimas de la violencia?
 
C.P.: Las protegemos. Debo aclarar que la violencia intrafamiliar no es un asunto de orden privado, es de órdenes social y público. Que una sola mujer sea maltratada es un problema de todos los colombianos.
 
SEMANA: ¿Por qué?
 
C.P.: Yo creo que la violencia intrafamiliar es el peor enemigo que tiene este país. No vamos a alcanzar esa paz que tanto anhelamos hasta que en los hogares exista tolerancia.
 
SEMANA: ¿Cree incluso que la violencia en los hogares es peor que la del conflicto armado?
 
C.P.: Están relacionadas. Siempre hablamos de la violencia del conflicto en abstracto, un bombazo por acá, un ataque por allá. Pero siempre individualizamos el problema de violencia intrafamiliar. Siempre es: a Juanito le pegan, a María también. Tenemos que verlo como un problema estructural de la sociedad.
 
SEMANA: ¿Cuál es la relación entre la violencia en los hogares y esa violencia en abstracto de la que usted habla?
 
C.P.: La mayoría de jóvenes que se meten a la guerrilla o a las bandas criminales viene de hogares violentos. Por esto, la solución del conflicto también empieza en los hogares. Claro, hay que buscar la paz en el monte, pero también en los hogares colombianos.
 
SEMANA: ¿Por qué cree que Colombia es un país violento, en especial con las mujeres?
 
C.P.: Existen patrones culturales muy machistas que justifican la violencia contra la mujer. Cuando una mujer es víctima de la violencia, los medios suelen titular "Crimen pasional" y la culpa se la echan a los celos, a los tragos, etc. El que maltrata no es el trago, es el hombre. Muchos todavía creen que si una mujer se viste provocativamente tiene la culpa de cualquier agresión porque "se la buscó". Tenemos que romper esos patrones culturales y la única forma es a través de la educación, desde la primera infancia tenemos que inculcar los derechos fundamentales y el respeto por el otro.
 
SEMANA: ¿Nuestra cultura violenta tiene arreglo?
 
C.P.: Sí creo, a través de la educación. Tenemos que trabajar en la prevención y en los valores de las futuras generaciones. Si no empezamos desde la primera infancia, nunca podremos avanzar.
 
SEMANA: Usted dice que con educación, la cultura violenta se puede cambiar. Pero es muy difícil competir con otro gran "profesor" de los jóvenes, que es la televisión, la cual reproduce estereotipos, violencia y patrones culturales muy arraigados. ¿Cómo competir contra esto?
 
C.P.: No se puede. Los medios deben que entender que tienen un poder enorme y depende de ellos usarlo de una manera positiva. Los rating no pueden estar por encima del impacto educativo en la sociedad y deben entender las consecuencias, no se pueden hacer los locos. Deben asumir su papel como entes formadores de los colombianos y tienen que tener más responsabilidad.
 
SEMANA: ¿Cuáles son las cifras que demuestran que Colombia es un país difícil para las mujeres?
 
C.P.: En este tema, las cifras son complicadas porque el subregistro es grande. Las mujeres no denuncian por temor, por dependencia económica o por pudor. Muchos casos, como los moretones, no llegan a Medicina Legal, entonces tampoco entran en sus registros. Sin embargo, podemos hablar de 43.989 casos de violencia física de pareja en el 2011. De esa cifra, el 85 por ciento de las víctimas son mujeres. El tema es en serio y muy de fondo, es que ocho de cada 10 personas que mueren al año por violencia doméstica son mujeres.
 
SEMANA: ¿Qué más está haciendo el Gobierno para blindar a las mujeres?
 
C.P.: Queremos darles garantías. Por ejemplo, ya existe la exención tributaria para quienes vinculen a mujeres victimas de la violencia. También tenemos medidas de atención como alimentación, transporte, y alojamiento para las mujeres que están sufriendo violencia o están en peligro de padecerla.
 
SEMANA: ¿Cuál es el mayor obstáculo para erradicar la violencia contra la mujer?
 
C.P.: Yo diría que el acceso a la justicia. Con el ministerio de Justicia estamos trabajando en lineamientos técnicos para que los comisarios de familia y otros operadores judiciales aborden problemáticas de mujeres. Un reciente estudio de tolerancia demuestra que los funcionarios tienen patrones culturales que revictimizan a las mujeres que se atreven a denunciar y las hacen pensar que la agresión es culpa de ellas.
 
SEMANA: ¿Cómo se pueden fortalecer estas comisarias de familia?
 
C.P.: Creo que tiene que haber una reforma total de las comisarias de familia, no están funcionando porque son un fortín político. El alcalde es quien nombra a comisarios, por ende son cuotas políticas y los mandatarios locales influyen en decisiones. Necesitamos darles dientes, autonomía propia y capacitación.
 
SEMANA: ¿Por qué hay rumores de que usted sería la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar o la próxima defensora del Pueblo?
 
C.P.: No hay chance. Ya van cuatro veces que los medios me han nombrado en el ICBF y nada, no va a pasar. Quiero aclarar que Diego Molano está haciendo un trabajo extraordinario, ojalá se quede muchos años protegiendo a nuestros niños y adolescentes. Va a dar unos resultados impresionantes. Y para la Defensoría ni cumplo con los requisitos.
 
SEMANA: El presidente dice que usted tiene un gran poder de convocatoria con los políticos. ¿Por qué será?
 
C.P.: Toda mi vida he estado cerca de ellos, los conozco. También, cada cosa que hago es con pasión y logro contagiarlos. Pero mi verdadero secreto es la intensidad, soy la más intensa del mundo. Es la única forma de que salgan las cosas.
 
SEMANA: ¿Cómo le fue con los congresistas, sí la ayudaron a sacar este proyecto de ley?
 
C.P.: Fue un trámite rápido que contó con todo el apoyo de la bancada de las mujeres y de todos los congresistas. Incluso, le gané al ministro de Vivienda en el orden del día y se aprobó en ambas Cámaras en un tiempo récord de 15 minutos. Es una muestra de que por fin los temas sociales están en la agenda del país y son prioridad.
 
SEMANA: ¿Cuál fue el papel de la bancada de mujeres?
 
C.P.: Este proyecto muestra que fue importante. Pero la verdad, creo que la bancada no debe ser de mujeres, sino todos los congresistas peleando por el tema de la mujer. Si queremos lograr desarrollo, sólo se logra entre mujeres y hombres. La bancada que trata de mujeres tiene que ser integrada por hombres y mujeres. Este es uno de los errores que se cometen.