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Oasis en Ciudad Bolívar

Una cancha de fútbol podría transformar una de las zonas más pobres de la capital.

25 de abril de 2004

Al sur de Bogotá comienza otra ciudad con nombre propio. En las faldas de la montaña las trochas arcillosas y las casas amontonadas como si se tratara de un pesebre a escala natural, anuncian el ingreso a Ciudad Bolívar, una localidad con 600.000 habitantes de los cuales cerca de 100.000 viven en la pobreza y otros 20.000 en la miseria.

Ahí, en un bloque de latón y teja sin ventanas vive Kevin Monsalve, de 5 años. La vida ha golpeado más de una vez a su familia. Su hermano Elkin murió de cáncer a los 15 años, su hermana Lizeth, de 25, estuvo 18 meses en el Buen Pastor y a su mamá, Blanca Ofelia, le diagnosticaron un problema de columna hace poco y sólo puede trabajar dos días a la semana, por lo cual le preocupa el sostenimiento de su pequeño.

A pocos metros de la casa de Kevin funciona Colombianitos, una fundación que se encarga de educar y darles herramientas de convivencia a 700 niños de la zona. Entre las actividades que desarrolla en salud, educación y recreación se destaca la escuela de fútbol, que bajo el lema 'Goles por una vida mejor' les enseña a superar barreras y los motiva a superarse. Él es uno de sus beneficiarios y asiste todas las mañanas.

Colombianitos surgió gracias a un grupo de compatriotas en Atlanta (Estados Unidos) que decidieron asumir su compromiso y ayudar desde la distancia. En un principio, su trabajo se limitaba a los niños heridos por minas, pero inspirados en el Proyecto Olímpico de Mangueira, que desde 1987 ha reducido la criminalidad y aumentado la escolaridad en una de las favelas más pobres de Rio de Janeiro por medio del deporte, decidieron ampliar su acción. "Se nos ocurrió que el fútbol era un gancho enorme pero no queríamos cambiar nuestro objetivo, que eran los niños víctimas de la violencia. Entonces escogimos Ciudad Bolívar porque descubrimos que era el lugar donde se concentraba la mayor cantidad de desplazados", explica Ángela Patricia Janiot, la presidenta de Colombianitos.

El fútbol es el eje, pero alrededor se hace todo un trabajo de seguimiento social. "Se trata de tejer muchas cosas alrededor de un balón. Yo no vengo aquí solamente a entrenar niños sino a conocer su entorno social", cuenta Gabriel Rodríguez, uno de los entrenadores de la escuela, que sirve como puente con la comunidad. Por medio del Plan Padrino también les ayudan a estudiar a los niños que más lo necesitan y colombianos dentro y fuera del país han patrocinado de manera personalizada a 80 niños como Kevin.

Gracias a su trabajo Colombianitos recibió de la reina Silvia de Suecia el Premio Mentor como programa innovador en la prevención de la drogadicción. En tres años han logrado cambiar la vida de cientos de pequeños y su gran meta es construir una cancha en césped artificial que transforme el entorno. El impacto puede ser enorme. "Cuando invierte en una cancha crea un elemento que hace atractiva a Ciudad Bolívar, comienza a haber visitantes, se vence el miedo y se comienza a integrar a la zona con la ciudad. Hay seguridad y llega inversión y se crea un tejido de relaciones humanas que cambia el lugar", explica Lorenzo Castro, asesor en espacio público durante las administraciones de Mockus y Peñalosa.

Con ese objetivo, durante el próximo mes se lanzará a través de conexioncolombia.com una campaña para que cualquier persona dentro o fuera del país pueda comprar un metro cuadrado de la cancha y saber que con su aporte está cambiando la vida de los niños de Ciudad Bolívar.

Para ver más sobre la Fundación Colombianitos y la campaña para construir la cancha de fútbol visite www.conexioncolombia.com o llame al 6468400 ext. 1466