Ñoño Elías: golpe al corazón de la U

La captura de Bernardo ‘Ñoño’ Elías fue una noticia que sacudió a la clase política. Sus colegas más cercanos tardaron en digerirla hasta que por fin atinaron a reaccionar. Armando Benedetti, copresidente del Partido de la U, con voz de acontecimiento, se declaró a la espera de que el senador pudiera demostrar su inocencia. Andrés García Zuccardi, otro senador costeño, calificó la situación del Ñoño como “un golpe emocional”.

Más allá del vacío personal del Ñoño en el capitolio, un senador carismático, de permanente sonrisa en la boca, y que se llevaba bien con todo el mundo, su captura tiene mayor impacto en las entrañas del partido de gobierno. Partiendo por esas 140.000 razones que representan los votos que sacó en las elecciones del 2014.

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Elías, nacido en Sahagún hace 40 años, no solo fue la segunda votación más alta del Partido de la U, sino que fue clave para la reelección del presidente Santos, a quien puso a disposición en Córdoba esa maquinaria política llamada Ñoñomanía, y que ya tiene presencia en Montería, y también alcance en La Guajira. Con él, el escándalo Odebrecht alcanza a uno de los senadores del gobierno.

La captura de Ñoño Elías también supone un costo político para la U, pues de momento, es el único comprometido en este escándalo de corrupción. No en vano la senadora Claudia López, por ejemplo, ha reclamado responsabilidades políticas al partido de gobierno, al considerar que la corrupción no habría llegado a los actuales niveles (refiriéndose al caso Odebrecht) sin la participación directa de los candidatos presidenciales y de la presidencia de la República.

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La responsabilidad política que reclaman de la U, entre otras, es porque con el Ñoño Elías ya son dos los senadores del partido detenidos en el segundo gobierno Santos. Sin duda un mal antecedente para el partido de gobierno.

Pero más allá del impacto a la imagen del partido, la captura del Ñoño Elías pone en una mala situación a la U de cara a las elecciones del 2018. Si la Corte Suprema de Justicia lo encuentra responsable, este quedaría fuera de la lista de candidatos al Senado en un momento inoportuno, pues por primera vez la U no tendrá candidato presidencial, circunstancia que debilita la lista al Congreso. Por eso, perder su segunda votación más alta, es un golpe que no sabe si la U lo podrá revertir.

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La Ñoñomanía es una maquinaria sólida aunque ahora no tendrá el impulso de los cupos indicativos (o mermelada) de los que el Ñoño Elías fue uno de los más beneficiados. Tampoco tendrán a su líder, pero como ha sido costumbre en la política colombiana, los caciques políticos han encontrado como elegirse en cuerpo ajeno, y en este caso puede suceder lo mismo.

Sin embargo eso no significa que la U pueda seguir contando con este capital electoral. La maquinaria del Ñoño no está atada a la U y queda en libertad para deslizarse a otro partido político, lo que no podía pasar si el Ñoño buscara su reelección, pues no podría cambiarse de partido.

Entre otras porque desde que entró en desgracia, Ñoño Elías ha confesado cierto malestar con el gobierno. Podría entenderse que en su situación marcaría distancia de la U.

Partidos políticos que podrían capitalizar los votos del Ñoño Elías podrían ser el Centro Democrático, con quien siempre ha tenido buenas relaciones, desde que se estrenó en el Congreso, en el segundo gobierno de Álvaro Uribe. Y Cambio Radical, partido que cuenta con un fuerte candidato a la presidencia, Germán Vargas Lleras, y que está conformando una fuerte lista de candidatos. El clan Elías ha estado siempre bajo la sombra que más cobija.

La U está a la expectativa de lo que suceda con Ñoño Elías, y también con lo que pueda pasar con Musa Besaile, la mayor votación del partido. Hoy la captura de uno de los protagonistas del triunfo electoral en 2014, es un golpe en las entrañas del partido de gobierno.