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Omar Franco. | Foto: Carlos Julio Martinez

MEDIOAMBIENTE

“Colombia es en extremo vulnerable a La Niña”: Omar Franco

El director del Ideam, Omar Franco, asegura que las probabilidades de que este fenómeno se presente a final de año son cada vez más altas. Advierte que los costos de no prepararse pueden ser enormes.

9 de julio de 2016

SEMANA: Esta semana el presidente Santos anunció que el país debe comenzar a tener planes para la llegada del fenómeno de La Niña. ¿Esto significa que su llegada es ya un hecho?

OMAR FRANCO: Por ahora, advertimos una probabilidad significativa, de más del 70 por ciento, de que La Niña se consolide hacia el final de 2016 o comienzos de 2017.

SEMANA: En La Niña en 2010 se evidenció que el país no estaba preparado para un fenómeno así. ¿Ahora sí lo está?

O.F.: En el Ideam emitimos ya una alerta. Los municipios, departamentos, ministerios y demás entidades deben comenzar a trabajar en eso. Nosotros planteamos esos escenarios ‘pesimistas’ que pueden darse teniendo como referencia a La Niña de 2010. Ahora, quiero aclarar que eso no significa que tengamos certeza de que el fenómeno pueda darse con esa intensidad. Lo que sí sabemos por esa experiencia es cuáles son las amenazas y los sitios de mayor vulnerabilidad si se llega a consolidar. Los planes de prevención tienen que activarse ya para salvaguardar vidas y reducir los daños.

SEMANA: Si el referente es La Niña de 2010 habría razones para asustarse…

O.F.: Esa vez La Niña fue un fenómeno muy intenso. Comenzó en 2010 y podría decirse, incluso, que se extendió hasta comienzos de 2012. Lo que nos dejó en evidencia es la extrema vulnerabilidad del país a la variabilidad climática y a estos fenómenos (La Niña y El Niño). Espero que la gran lección que nos haya quedado de sus impactos sea la necesidad de enfocar los mayores esfuerzos en la prevención. Cuando llegue La Niña, Colombia tiene que estar preparada.

SEMANA: ¿Preparada para qué?

O.F.: Para lo que implica un fenómeno de estos. Desde hace años está muy claro que los fenómenos climáticos no son un tema solo de ambientalistas. Un estudio que hizo la Cepal y el DNP sobre lo que implicó La Niña de 2010 arrojó unos resultados que dan cuenta de la magnitud de lo que puede venir. El país tuvo más de 3 millones de personas afectadas. En solo seis departamentos (Bolívar, Magdalena, Cauca, Córdoba, Nariño y Chocó) se agruparon un 42 por ciento del total de las áreas perjudicadas. El fenómeno impactó sobre todo a los más pobres. El 58,5 por ciento de los bienes afectados fueron viviendas y el 33 por ciento, fincas o parcelas. Y regiones como el Canal del Dique, La Mojana y la Depresión Momposina vivieron fuertes inundaciones.

SEMANA: ¿Se sabe cuánto perdió el país por cuenta de La Niña?

O.F.: El total de daños en ese estudio alcanzaba 11,2 billones de pesos equivalentes a 6.052 millones de dólares de ese entonces.

SEMANA: ¿Por qué se produce el fenómeno de La Niña?

O.F.: Quisiera aclarar que es un fenómeno que nosotros denominamos de variabilidad climática y no de cambio climático como muchos creen. Aunque se asocia frecuentemente con un enfriamiento de las aguas del océano Pacífico tropical, es un fenómeno en el que se acoplan variables oceánicas y atmosféricas. La frecuencia de La Niña no es muy clara, pero de acuerdo con lo que ha sucedido históricamente puede presentarse entre cada dos y siete años.

SEMANA: ¿En términos científicos cómo se determina si llega La Niña?

O.F.: Lo que hay que hacer para saber si se consolida es tomar como base las anomalías de la temperatura superficial del mar, es decir, qué tan frías se presentan las aguas, en relación con las temperaturas normales para cada época del año. Cuando las anomalías de temperatura se sostienen o permanecen durante por lo menos cinco meses con valores iguales o inferiores a los -0.5 grados centígrados se da por entendido que el fenómeno se ha consolidado.

SEMANA: Este año por El Niño se vivió una sequía histórica y La Niña podría traer grandes inundaciones. ¿Por qué estos extremos?

O.F.: El cambio climático no explica por qué se forman, pero sí incide en que El Niño y La Niña sean ahora más recurrentes que en el pasado y que su intensidad sea más notoria. El país es altamente vulnerable a esa variabilidad climática. Pero un factor que incrementa esa vulnerabilidad es la forma como hemos construido la vida en contra de la naturaleza y del agua.