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TERCER CANAL

Otra terna de uno

El gobierno amplió sólo 13 días el plazo para la licitación del tercer canal de televisión. Con las festividades de por medio, no se desenredará en ese lapso lo que no se pudo hacer en dos años.

19 de diciembre de 2009

La adjudicación del tercer canal de televisión se complicó más de la cuenta. Lo que faltaba para acabar de enredar todo este proceso ocurrió la semana pasada: dos de los tres ponentes, Prisa y Cisneros, anunciaron que con las actuales reglas del juego no presentarán oferta. Es decir, la subasta se quedará con un solo participante: el Grupo Planeta.

Desde un comienzo, este proceso ha sufrido toda clase de tropiezos y curiosamente tiene a casi todos los implicados en contra. Dos de los tres interesados se quejan por la falta de claridad y transparencia; la Procuraduría y la Contraloría hacen advertencias a la Comisión Nacional de Televisión (Cntv) sobre varios aspectos del proceso licitatorio y los actuales canales privados lo consideran inequitativo.

A pesar de todo esto, el gobierno siempre se ha mantenido en su posición de concretar la entrega del tercer canal, pase lo que pase. Sin embargo, con las nuevas circunstancias planteadas por Prisa y Cisneros, se pensó que existía la posibilidad de parar el proceso para hacer los ajustes del caso y desatascarlo. Pero, oh sorpresa, el jueves pasado, la Cntv decidió seguir adelante con la licitación y adjudicar el canal en la fecha prevista del 26 de febrero del próximo año.

La única concesión que se hizo fue extender el plazo para el cierre de la licitación hasta el 12 de enero, con el argumento de facilitarles a los órganos de control su trabajo de vigilancia del proceso. El comisionado Juan Andrés Carreño dijo que también esperaban que en este lapso los proponentes que han expresado su intención de retirarse tengan espacio adicional para reorganizar sus propuestas y modelos de negocio.

La extensión de 13 días en medio de las fiestas navideñas significa en la práctica que no hay aplazamiento. Un lapso tan corto en un período muerto no es más que un gesto simbólico para no parecer intransigentes.

Pretender resolver en esos días, cuando no hay nadie trabajando en las oficinas, temas tan fundamentales como las condiciones para el acceso a las redes de transmisión, las condiciones para la asignación de frecuencias en VHF, la cuantificación de los riesgos previsibles, el precio base de la concesión y los mecanismos de adjudicación, suena a un chiste, pues son estos mismos temas los que no se ha logrado aclarar en dos años.

La Comisión de Televisión insiste en que ya fueron resueltos los reparos que hicieron los interesados y los órganos de control. Pero los proponentes consideran que no ha sido así. Según ellos, lo único que se modificó en los pliegos de condiciones base de la concesión fue el precio que se actualizó con la inflación y subió a 72.600 millones de pesos (estaba en 69.000 millones).

El problema es que este valor no es el definitivo porque será modificado por las inversiones que habría que hacer y sobre las cuales Prisa y Cisneros quieren mayor claridad. Sólo a manera de ejemplo, la reasignación de la frecuencia de UHF a VHF, para poder competir con los actuales canales Caracol y RCN, tendría un costo que podría oscilar entre 10 y 20 millones de dólares para los aspirantes al tercer canal. Esto sin contar con otros interrogantes que existen en las inversiones en redes y demás.

El Grupo Cisneros ha estimado en 300 millones de dólares las inversiones que requiere el grupo que resulte favorecido con la adjudicación. Con una suma tan cuantiosa, ellos, al igual que Prisa, consideran que se requieren definiciones más claras.

La verdad es que como todo hace suponer que de aquí al 12 de enero no habrá cambiado nada en los pliegos, ni se habrán aclarado los interrogantes, lo más seguro es que el día de la adjudicación sólo se presente el Grupo Planeta al que pertenece la Casa Editorial El Tiempo (Ceet). El gobierno, valiéndose de una cláusula que está contenida en los pliegos de condiciones para la licitación, dijo que adjudicará el canal así se presente sólo un proponente. Esta interpretación no es unánime. El abogado Néstor Humberto Martínez afirma que el régimen de contratación pública para la televisión tiene unos aspectos particulares y recuerda que la Ley 1341 de este año señaló que cuando haya pluralidad de intereses se debe maximizar el precio a través del mecanismo de subasta. En este caso, según él, si sólo se presenta un interesado, en este caso Planeta, no puede haber subasta. Sería una puja de uno.

La actual posición del gobierno contradice declaraciones anteriores de la ministra, María del Rosario Guerra. Cuando se abrió el debate sobre el impedimento que tendrían los grupos Planeta y Prisa por tener un canal o espacio en concesión, y se le pidió al respecto concepto al Consejo de Estado, ella afirmó a varios medios que si sólo quedaba un proponente la licitación no se podría abrir, pues la ley no lo permite. Esa circunstancia no se dio en ese momento con el Grupo Cisneros, pero ahora se está dando con Planeta. La Ministra afirma hoy que no se acuerda de haber dado esas declaraciones y puntualiza que, si lo hizo, rectifica esta afirmación. El viernes reiteró que la ley permite un solo proponente, pero dejó abierta la posibilidad de que este tema sea materia de estudio de la Comisión.

Algunos se preguntan por qué acelerar la adjudicación del tercer canal, y si no sería mejor dejarlo para después de las elecciones presidenciales. La verdad es que no hay una razón que justifique el afán. La ministra Guerra descarta que un motivo sea su retiro del gobierno, a partir del primero de febrero. Considera que sería mejor adjudicar antes de que arranque en pleno la campaña electoral.

La verdad de todo esto es que el gobierno no considera legítimas las quejas de Prisa y Cisneros y le parece injusta la ofensiva de RCN y Caracol contra la adjudicación. La Ministra considera que en términos generales lo que hay es la defensa de unos intereses económicos por parte de los canales existentes y un deseo de aplazamiento por parte de los aspirantes porque no han podido cumplir con algunos de los requisitos.

Caracol y RCN, por su parte, consideran inequitativo que hace poco tiempo les hayan hecho pagar por una licencia comparable, más del doble de lo que pagará el adjudicatario del tercer canal.

Este argumento era discutible sobre la base de que hubiera una subasta, eventualidad en la cual el precio podría aumentar sustancialmente. Con un proponente único, el argumento se vuelve irrefutable.

Lo que no se atreven a decir públicamente Prisa y el Grupo Cisneros es que temen que la licitación tenga nombre propio: el Grupo Planeta. Elementos como el análisis de contenidos y la subasta limitada a dos finalistas, para ellos no son más que mecanismos que apuntan a este propósito.

A estas alturas es muy difícil que se encuentre una fórmula que deje a todo el mundo contento. En todo caso, aunque queden pocos días para el cierre de la licitación, sería muy conveniente que el gobierno hiciera un esfuerzo para que en este proceso termine participando más de un proponente.