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El contrato para tapar 220.000 huecos de la capital, es por 11.822 millones de pesos. | Foto: Archivo Semana

BOGOTÁ

Otro golpe al megacontrato tapahuecos de Bogotá

Esta semana, organismos de control han declarado ilegal el contrato que taparía los 220.000 huecos de la capital.

20 de febrero de 2014

Hace pocas semanas, Semana.com reveló la historia de un millonario contrato de la Unidad de Mantenimiento Vial con la empresa colombiana Green Patcher SAS, que se encargaría de tapar los 220.000 huecos que tiene la malla vial local de la ciudad, en un tiempo récord. 


La historia es sorprendente porque se trata de una empresa recién creada que se ampara en el nombre de una firma extranjera con una hoja de vida impecable. En Colombia el representante de la firma es Juan Pablo Posada, un actor que tuvo un fugaz paso en la televisión. La empresa con un capital inicial de cinco millones de pesos firmó un contrato con el Distrito por cerca de 12.000 millones de pesos. 

Luego de la revelación de Semana.com se pronunciaron los organismos de control del Distrito. El miércoles lo hizo la Veeduría Distrital y este jueves, la estocada final la dio la Contraloría de Bogotá.

Después de la auditoría que realizó la Contraloría a la Unidad Administrativa Especial de Rehabilitación y Mantenimiento Vial (UAERMV), con el fin de revisar el contrato de ciencia y tecnología firmado en diciembre de 2013, relacionado con el alquiler de una máquina tapahuecos, el contralor de Bogotá, Diego Ardila Medina, evidenció varias irregularidades. 

En primer lugar, que la empresa Green Patcher Colombia fue creada seis meses antes de la firma del mismo, el 5 de junio del 2013, con un capital de tan sólo cinco millones de pesos, colocando en riesgo los recursos de la entidad, pues al día de hoy, 48 días después de firmado el contrato, no se ha empezado la ejecución de la obra.

Por otro lado, que la UAERMV procedió a realizar una contratación directa a un contrato de obra, aduciendo que se trataba de un contrato de ciencia y tecnología. Según Ardila, este tipo de contratos deben ser novedosos y exclusivos, lo cual es desvirtuado por un estudio de la misma Administración a través del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), pues el estudio arrojó que seis empresas a nivel internacional prestan este mismo servicio y además, es un sistema que hace más de una década se viene aplicando en otros países.

Esta máquina nueva puesta en Bogotá, según el IDU, tendría un costo de aproximadamente 250 millones de pesos y el Distrito pagará más de 11.800 millones de pesos por seis meses.

Otra de las falencias que evidenció el organismo de control, son los costos por metro cúbico, ya que el contratista presentó unos precios superiores de mezcla aplicada, con respecto a los valores reportados por la UAERMV para trabajos de parcheo.

Mientras la UMV paga, normalmente, por metro cúbico de mezcla asfáltica para reparcheo 491.331 pesos, con esta máquina el costo se incrementa a 743.795 pesos, o sea el 51 % más. Lo que podría generar, según el contralor, una vez se realice el primer pago al contratista, un posible detrimento patrimonial.

Una de las críticas que más se le ha hecho a la actual Administración es la improvisación. La Contraloría también evidenció la falta de planeación en el contrato ya que sin entrar en ejecución, ya fue objeto de un "Otrosí" (peticiones o pretensiones que se ponen después de la principal) firmado el 17 de febrero de 2014, con el fin de facilitar la consecución de pólizas al contratista y poder sacar adelante un contrato que está en contravía de los principios de la contratación pública y la gestión administrativa, acomodando las modalidades de contratación al cambiar un contrato de obra por uno de ciencia y tecnología. 

En este sentido, las pólizas de garantía que antes eran pactadas para un mínimo de dos años, ahora solamente cubrirán seis meses, al igual que ya no se amparan los equipos, contradiciendo los contratos de tecnología que argumenta la Administración.

El contrato ya está en el ojo del huracán. La Contraloría de Bogotá seguirá realizando seguimiento al desarrollo del mismo, que involucra no sólo una cifra importante de recursos públicos, sino el mejoramiento de la movilidad en la ciudad.