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Otro operador del SITP a ley de quiebras

Con la entrada a ley de insolvencia por parte de Suma, ya van 3 operadores que se declaran en quiebra. La crisis financiera y operativa del sistema de transporte de la capital se agrava. Las deudas de los concesionarios con bancos y proveedores rondarían los 2,75 billones de pesos.

31 de octubre de 2017

Suma, el tercer operador más grande del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y que presta el servicio en localidades como Ciudad Bolívar, solicitó ser acogido a ley de quiebras.

Con esto, se une a otros operadores como Tranzit y Masivo Capital que ya se habían declarado en bancarrota e incapaces de seguir cumpliendo no solo sus obligaciones con bancos y proveedores sino en serias dificultades para seguir prestando el servicio en la ciudad.  

Otra clara muestra de la grave crisis financiera y operativa que atraviesan los operadores del SITP. Si sumamos Egobús y Coobús, que eran los que agrupaban a los pequeños transportadores pero prácticamente nunca arrancaron y cuyos contratos fueron liquidados, serían 5 de los 9 operadores con que inició el sistema los que se encuentran en graves problemas. Sin embargo, la operación de todos sería hoy deficitaria y varios estarían en causal de disolución.

“El hecho de que todos los operadores estén en graves problemas demuestra que estamos ante fallas estructurales y de implementación que tuvo el sistema en su conjunto. No es un problema de uno o dos, la causa de este descalabro financiero es la mala planeación técnica, operativa y financiera que hizo el Distrito desde el arranque”, afirma Víctor Raúl Martínez, vocero de los operadores.

Según Martínez, el sistema de remuneración depende de la inversión en buses, los kilómetros diarios recorridos y los pasajeros que mueva el sistema. Sin embargo, la fuerte devaluación, el mal diseño de las rutas que hace que muchos buses vayan vacíos y el caos de la movilidad que afecta la velocidad, “hace que todos los supuestos con que se pensó el sistema simplemente no se estén dando”.

Además, el sistema que tenía un plazo inicial de implementación de ocho meses lleva más de seis años sin terminarse. La mayor prueba de ello es que siguen circulando cerca de 5.000 buses bajo el esquema de “SITP provisionales” y que los patios garajes que debía facilitar el distrito aún no están disponibles, lo que dificulta la operación logística. Con esto, el sistema que debía mover hoy cerca de 4 millones de pasajeros, moviliza tan solo alrededor de 1,7 millones.   

Ante el incumplimiento que esto representa, los 7 operadores del sistema demandaron a Transmilenio por la pérdida del equilibrio económico del contrato. Las pretensiones de los operadores estarían alrededor de los 2,5 billones de pesos, justamente la deuda que tendrían hoy con el sector financiero. Mientras que las deudas con los proveedores de combustible, llantas y repuestos podrían ascender a 250.000 millones de pesos.

Un problema que se agrava día a día. De los 7.000 buses que tiene los operadores, cerca de 1.000 estarían “parados” ante la imposibilidad financiera de sacarlos a prestar un servicio por no contar con los recursos para repararlos.

Para tratar de solucionar el problema de liquidez a corto plazo y poder garantizar el servicio a los usuarios, Transmilenio puso a disposición de los operadores un fondo de 200.000 millones de pesos. Sin embargo, “para garantizar el cuidado de lo público, este acuerdo establece la devolución de los recursos por parte de los concesionarios en un período de cinco años mediante la disminución de la remuneración. Además, establece que, si no cumplen o no pagan, deben entregar los vehículos más nuevos a la Administración Distrital”, afirma Alexandra Rojas Lopera, gerente de TransMilenio.

Para Martínez, esto es como enviar un “salvavidas de hierro” pues será muy difícil que, sin un cambio en las condiciones estructurales de la remuneración, los operadores puedan cumplir con este “préstamo”. La operación es deficitaria y ese es el gran problema.

TransMilenio afirma que ha venido tomando medidas dentro de las que se cuentan más de “400 cambios operacionales para mejorar el servicio a los usuarios y los indicadores a los concesionarios, la atención individual de los propietarios de vehículos vinculados con las empresas liquidadas Coobús y Egobús. Además, “trabajamos para poder encontrar soluciones que nos permitan desmontar de manera gradual el SITP provisional, para esto es fundamental el concurso de los concesionarios del SITP”, agrega Rojas.

Sin embargo, los problemas siguen en ascenso. Según cifras del mismo Distrito, el SITP es deficitario en alrededor de 647.000 millones de pesos y si no se hubieran subido las tarifas, el hueco podría estar alrededor de un billón de pesos. Es decir que los bogotanos se están gastando miles de millones de pesos para financiar un sistema deficiente, con buses que atraviesan la ciudad vacíos y donde los colados y el abuso al sistema siguen disparados. Al mismo tiempo, los operadores siguen quebrándose, lo cual amenaza con dejar a la ciudad sin servicio como paso hace poco en Ciudad Bolívar. ¿Cuál será el próximo operador en declararse en quiebra?

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