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Pablo Escobar, capo del cartel de Medellín | Foto: Archivo SEMANA

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La entrevista a Pablo Escobar que nunca se escuchó

Esta es la conversación inédita que la periodista Yolanda Ruiz sostuvo hace 25 años con el capo del cartel de Medellín.

29 de noviembre de 2013

Dos décadas después de la muerte de Pablo Escobar, quien fuera el narcotraficante más temido del mundo, se da a conocer una entrevista inédita que le hizo la reconocida periodista y hoy directora de RCN La Radio, Yolanda Ruiz. El capo habla de violencia, legalización de las drogas, política y diálogo con el gobierno de entonces.

Escuche aquí el audio

Yolanda Ruiz: ¿Por qué después de muchos meses de guardar silencio decide hablar?

Pablo Escobar:
Yo siempre había decidido guardar silencio porque yo considero que si me pongo a explicar a dar explicaciones de todo lo que se me acusa y de todo lo que se dice de mí sinceramente no tendría tiempo para dar todas esas explicaciones.

Y. R: ¿Usted concedió una entrevista a unos periodistas franceses y no a ningún periodista colombiano, cómo fue esto?

P. E.:
Bueno eso fue algo como de casualidad, yo le respondí simplemente más que todo por cortesía cuatro o cinco preguntas que me formularon, pero yo creo que fue un hecho solamente casual.

Y. R.:Empecemos a hablando por uno de los temas más recientes en los cuales se ha visto involucrado y es en concreto el problema de las masacres, es tal vez una de las últimas indicaciones en las cuales aparece su nombre, ¿qué tiene usted para decir sobre esto?

P. E.:
Eso es lo único que me hace enfrentarme nuevamente a los micrófonos, para manifestarle al pueblo de Colombia que me conoce y que me apoya, que soy ajeno a todas esas acusaciones que son tejidas por ciertos intereses que se han formado contra mi persona, pero todas las personas en el departamento de Antioquia saben que yo no tengo intereses de ninguna naturaleza en las regiones donde se han sucedido esas masacres, o sea no tengo intereses en Uraba, no tengo intereses económicos en Córdoba y tampoco tengo intereses económicos en Puerto Boyacá, soy ajeno a esa situación, soy inocente de esas acusaciones y repudio todo lo que se trate de masacres y asesinatos colectivos.

Y. R.: Pero de dónde considera entonces usted que vienen ese tipo de sindicaciones, es decir tiene que haber un origen, tiene que haber alguna razón para que termine su nombre involucrado en esto.

P. E.:
Si, como le digo hay personas interesadas en hacerme daño y hay personas interesadas en enfrentarme con la izquierda, hay personas que cuando les conviene decir que yo estoy vinculado con la izquierda no tienen ningún límite en sus palabras para expresarlo así. También a veces me sindican de estar aliado con la derecha, de manera que no hay ninguna consistencia en estas acusaciones, unas veces soy de la izquierda y otras veces soy de la derecha y unas veces actúo contra la izquierda y otras veces actúo contra la derecha, o sea que eso no tiene ningún sentido, no tienen ningún valor jurídico.

Y. R.: Y cuál es la realidad, es decir, usted me toca un tema que yo venía pensando para más adelante, se ha hablado de relaciones incluso se acuñó un término que es de vieja data en el país la 'narco-guerrilla', pero por otro lado se dice también que hay apoyo a grupos paramilitares etcétera a sectores de derecha, o es que se está con el que más convenga o cual es la realidad frente a ese tipo de relaciones.

P. E.:
No, la realidad es que yo soy una persona muy respetuosa de las ideas ajenas, o sea yo respeto las ideas de los demás, si yo veo que la gente de la izquierda tiene ideas que le convienen al país no tengo ningún problema en apoyarlas y respaldarlas y si veo que la gente de la derecha también tiene ideas que le convienen al país no tengo ningún problema en apoyarlas y respaldarlas, pero de todas maneras yo no tengo porque matricularme en ninguna corriente yo simplemente soy una persona que respeta las ideas de las demás personas.

Y. R.: Ya que tocamos el tema de la guerrilla y de todo esto, hay un tema muy de moda en el país y es todo lo que tiene que ver con el diálogo, se ha propuesto diálogo con la guerrilla, de hecho se han realizado ya algunos avances y dentro de todas estas reuniones alguien propuso que ustedes también pedían entrar en ese diálogo porque son parte del conflicto social y político y de orden público que se vive en el país. Cuál es la posición que tienen en este momento o que tiene usted personalmente frente al diálogo, frente a la negociación, la última vez que se habló de diálogo fue en la reunión de Panamá con el expresidente López y con el Procurador, de allí hasta ahora qué ha pasado.

P. E.:
Nosotros siempre hemos estado dispuestos a dialogar, históricamente lo hemos demostrado desde el año de 1984 cuando se le propuso al Gobierno Nacional un diálogo que habría evitado sinceramente mucho derramamiento de sangre en el país, es decir todos estos conflictos de la extradición se habrían podido evitar si hubiera habido un diálogo que se propuso desde hace cuatro años, nosotros siempre hemos estado dispuestos a dialogar y yo considero personalmente que la falta de diálogo es la causa principal de la violencia en el país.

Y. R.: Bueno y diálogo en qué condiciones, que es la divergencia, parece que todo el mundo está de acuerdo en que hay que dialogar, en que hay que negociar, pero en qué condiciones, es decir, un diálogo implica que cada quien cede una parte de lo que tiene.

P. E.:
Si por eso se llama diálogo, precisamente el diálogo no puede tener condiciones, el diálogo debe ser amplio e ilimitado.

Y. R.: Qué están proponiendo ustedes, esa vez que hablaban en Panamá habían ofrecido de pronto ofrecer algún dinero, en fin, la repatriación de capitales et, etc, tienen alguna propuesta en concreto que hacer ahora.

No, nosotros nunca hemos ofrecido dinero, el problema nuestro es un problema de dignidad, a nuestras familias las han atropellado, ha habido represión, allanamientos, saqueos a nuestros hogares, el problema nuestro no es un problema de dinero, es un problema de dignidad.

Y. R.: Pero la actividad que ustedes hacen es ilícita de todas maneras

P. E.:
Bueno yo personalmente no sé porque dice usted actividades ilícitas, pues a veces a mí se me acusa de narcotráfico, es una actividad que por el momento históricamente, digámoslo así se ha declarado ilegal, es ilegal por el momento pero a la larga y al futuro ya se va a demostrar que tiende hacía la legalización.

Y. R.: Están de acuerdo ustedes con eso que es otro tema de discusión ahora por ejemplo en los Estados Unidos y aquí mismo en el país ya hay algunos sectores que plantean que dentro de esa negociación, ese diálogo se contemple la posibilidad de legalizar el consumo y el tráfico de narcóticos sin ningún problema.

P. E.:
Sí, yo pienso que el problema de la legalización o el problema de la represión en la lucha contra el narcotráfico no es tan importante, yo considero que es mucho más importante el problema de la educación y de la disciplina, este es un problema más de educación y de disciplina que de legalización o represión porque yo digo disciplina porque todo lo que se hace en exceso es perjudicial para la salud, inclusive el mismo ejercicio físico puede ser dañino para la salud cuando se hace en exceso.

Y. R.: De todo esto que usted me habla cuando me dice respecto a la educación y todo esto me da la impresión, no sé si es así, que hay una preocupación por el consumo de las drogas, es cierto.

P. E.:
Sí, claro que si, existe una preocupación por el consumo de las drogas pero cuando el consumo se hace en exceso y se hace sin ningún tipo de educación, o sea las drogas necesitan una clasificación porque no producen los mismos efectos en una persona el whisky que la cerveza o el vino, lo mismo sucede con las drogas el problema es de educación y clasificación de las drogas.

Y. R.: Eso implicaría reconocerlas, o sea reconocerlas como una realidad que están ahí y entonces educar a la gente en ese sentido.

P. E.
Es que es una realidad que están ahí, hay que reconocer que están ahí

Y. R.: Del consumo de drogas y de ese problema se podría hablar muchísimo pero hay otro tema también importante que creo que es conveniente tocar y es el que tiene que ver con el tratado de extradición, ya desde hace varios meses está un poquito congelada esta discusión que en otro tiempo fue primera plana de todos los periódicos, pero cuál es la posición suya, o la de de ustedes, en torno al tratado de extradición en este momento.

P. E.:
Mi posición en torno al tratado de extradición es la misma que tiene la gran mayoría del pueblo colombiano, es decir estar en contra del tratado de extradición, eso se ha demostrado en las encuestas amañadas de televisión, el pueblo está contra la extradición y mucho más después de haber visto la forma como se trata a nuestros compatriotas colombianos detenidos en las cárceles de los Estados Unidos, la forma como se violan sus derechos constitucionales, sus derechos humanos y sus derechos procesales.

Y. R.: Muchas personas aseguran que ustedes están en contra del tratado de extradición porque en Estados Unidos si se condena la ley y la justicia es más estricta que aquí en donde nuestra justicia, y para nadie es un secreto, realmente cojea mucho y a veces no llega.

P. E.:
Claro, la justicia de los Estados Unidos es mucho más estricta pero cuando se trata de sindicados y de procesados colombianos, porque la historia nos ha demostrado que cuando se trata de sindicados norteamericanos el trato no ha sido siempre el mismo.

Y. R.: Es decir cuando vuelva nuevamente sobre el tapete el tema de la extradición la posición va a ser la misma, en contra definitivamente.

P. E.:
Yo he luchado contra la extradición desde tiempos atrás, muchísimo antes de ser extraditable y seguiré luchando contra eso siempre durante toda mi vida.

Y. R.: Sigamos con otro tema que también fue noticia importante en el país en su época y que revivió en días pasados porque alguien hacia denuncias, y es el que tiene que ver con los dineros calientes, con la infiltración de este tipo de dineros en todas las actividades económicas y políticas del país hay muchos que dicen que aquí nadie puede tirar la primera piedra porque cada cual más o menos tiene algo que ver. Qué hay de realidad sobre esto, sobre vinculaciones con sectores políticos y económicos del país.

P. E.:
Eso está claro, los dineros calientes están incluidos en todos los sectores económicos del país, es que cuando el mismo Estado y el mismo Gobierno recibe los impuestos que pagan los comerciantes de drogas prohibidas entonces está aceptando lo que la prensa y a veces la gente llamaría los famosos dineros calientes.

Y. R.: Cómo así, cuándo recibe el Estado ese dinero, de dónde

P. E.:
El Estado recibe ese dinero cuando recibe impuestos de las personas que están sindicadas de comerciar con drogas ilegales.

Y. R.: Pero esa ha sido una discusión de mucho tiempo atrás, que son dineros ilegales y que no se paga impuestos y parte de todo el debate que hay es precisamente ese que se legalice todo ese dinero para que haya más impuestos para el país pero se supone que eso no es oficial.

P. E.:
Lo que yo veo es que todas estas personas que son sindicadas públicamente de pertenecer al narcotráfico son realmente las únicas personas que están invirtiendo en el país, es decir las únicas personas que están dando trabajo al pueblo de Colombia, mientras los demás sectores de la economía están sacando su dinero a cuentas en el extranjero, estas otras personas están invirtiendo, están generando trabajo para el pueblo de Colombia.

Y. R.: Entonces es cierto que hay ciertos sectores de la economía en donde hay inversión de este tipo de dineros

P. E.:
Eso yo creo que es demasiado lógico.

Y. R.: Hay otro tema también de moda del cual hablan mucho los colombianos últimamente y es de una supuesta o una real guerra, un enfrentamiento con el cartel de Cali.

P. E.:
Ese es un tema sobre el cual se ha especulado demasiado y yo sinceramente no deseo tocar ese tema, lo único que puedo decirle es que siento una gran admiración y un profundo respeto por el pueblo del Valle.

Y. R.: Las autoridades de Medellín han dicho sobre esto incluso que la violencia en la capital antioqueña ha aumentado por este enfrentamiento o supuesto enfrentamiento.

P. E.:
Sí, como le digo es que se ha especulado demasiado sobre el tema.

Y. R.: Hablemos ahora de otras cosas que tienen que ver un poco con su vida personal, aunque no es personal porque casi todas han trascendido ya a conocimiento público, por ejemplo una de ellas en cuanto a los dineros que tiene usted o se dice que tiene, hace poco apareció en una revista norteamericana en la lista de los hombres más ricos del mundo, es cierto esto, es decir hay tanto dinero como afirma esta revista.

P. E.:
Bueno se sabe que una persona no vale por lo que tiene sino por lo que es, lo que sucede es que mis enemigos dicen que yo tengo mucho dinero porque ellos quieren demeritar la obra que yo he hecho por el pueblo, ellos quieren demeritar todas mis obras, pero lo que ellos no dicen es que yo he salpicado de barro mis zapatos en los barrios populares porque yo he construido con mis propias manos y he ayudado a construir escuelas, centros de salud y canchas deportivas.

Y.R.: Para hacer eso se necesita tener dinero de todas maneras, no solamente buenas intensiones.

P. E.: Para hacer eso yo creo que se necesita tener un poco de buena voluntad, un poco de civismo y un poco de liderazgo

Y. R.: La Revista SEMANA, a propósito de este tema, sacaba en esta semana unas notas en lo que ellos llamaban el perfil del comerciante de drogas y aseguraba que cuando hacia obras de beneficio social, cuando hacia cosas en beneficio de la gente en realidad estaba buscando algún beneficio propio también.

P. E.: Bueno, yo pienso que una persona no puede generalizar, o sea, no se debe generalizar y no se puede decir que todas las personas de un mismo gremio piensan de la misma manera, en los gremios existen personas distintas y cada persona piensa de una manera diferente a las demás.

Y. R.: Volviendo al tema de la revista, se puede tener mucho o poco dinero, pero de todas maneras eso no hace la tranquilidad y la vida calmada de la gente, usted lleva mucho tiempo viviendo clandestino prácticamente, sin posibilidades de estar tranquilo en la vida pública, cómo es vivir en esas condiciones, usted añora volver al parlamento, al congreso, poder hacer otras cosas que ahora no hace, que hace mucho tiempo no hace.

P. E.:
Mire yo tengo 38 años de edad, 28 años fui pobre y me transporte en buses, de esos últimos 10 años que restan cinco años he estado en la clandestinidad y los otros cinco años los dedique todos los fines de semana al servicio del pueblo, yo he sido un hombre que me considero feliz, siempre he estado contento, siempre he estado optimista, siempre he tenido fe en la vida porque yo pienso que los momentos difíciles siempre aportan, aportan a la experiencia y es lo más grande que pueda tener una persona en la vida su experiencia.

Y. R.: Se vive esa felicidad aunque no se tenga la posibilidad de ser libre del todo, es decir de no poder movilizarse tranquilamente, tener que vivir escondiéndose un poco, clandestino.

P. E.:
Sí, yo soy feliz porque tengo una familia a quien amo mucho y con quien comparto todo lo que tengo, esa es mi felicidad principal mi familia.