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Padres o delincuentes?

El robo de bebés durante la dictadura argentina vuelve al centro de la atención con el caso de una joven que denunció para que sus supuestos papás paguen 25 años de prisión.

15 de marzo de 2008

A MARÍA EUGENIA SAMPALLO Barragán le dijeron que sus padres habían muerto en un accidente, que su mamá era una mujer que limpiaba, o que era una azafata que vivía en Europa y había quedado embarazada en Argentina. María Eugenia ya tiene 30 años, sabe desde 2001 que es hija de desaparecidos, y es la primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo que demanda a los padres que la criaron.

El juicio se inició en febrero en los tribunales de Buenos Aires, y la sentencia se conocerá el 4 de abril. María Eugenia ha pedido una condena de 25 años de prisión para María Cristina Gómez y Osvaldo Rivas, a quienes llamó mamá y papá durante años, y para Enrique Berthiez, el militar que la entregó en adopción ilegal. Durante las audiencias, María Eugenia ha revivido su historia, y las de 500 chicos que, como ella, fueron secuestrados, sus identidades suplantadas, y sus padres desaparecidos durante la dictadura militar instaurada hace 32 años.

María Eugenia es la hija de Mirta Mabel Barragán y Leonardo Sampallo, ambos desaparecidos. Su mamá trabajaba en una fábrica, era delegada gremial y militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista(Pcml). Su papá trabajaba en el astillero Río Santiago, era subdelegado y también del Pcml. Cuando fueron secuestrados, Mirta estaba embarazada de 6 meses. La pareja fue llevada a un centro clandestino de detención, y en febrero de 1978, Mirta dio a luz a María Eugenia, tras de lo cual, desapareció para siempre.

A los tres meses, los Gómez-Rivas recibieron a la niña por intermedio de Berthier. A diferencia de muchos casos, Gómez y Rivas nunca se llevaron bien con 'Violeta', como la llamaban. Una vecina que declaró recuerda que un día, cuando la niña era chiquita, la mamá la regañó y le dijo: "Yo te crié entre pañales de seda, si no fuera por mí, estarías tirada en un zanjón, mocosa caprichosa, hija de guerrillera tenías que ser para ser tan rebelde".

En 1989, las Abuelas de Plaza de Mayo ubicaron la casa donde vivía. María Eugenia, que en ese entonces iba a la primaria, recuerda que Rivas le advirtió sobre "unas viejas" que intentaban "separarlos". Las Abuelas lograron conseguir una muestra de sangre, pero no coincidió con ninguno de los ADN del Banco de Datos Genéticos, creado para identificar a los hijos que faltan.

Ya mayor de edad, María Eugenia se fue a vivir sola, porque no aguantaba la convivencia con sus supuestos padres. "No me llevé ninguna foto de mi pasado con ellos, era algo que prefería no recordar", comentó. En 2001, por su propia iniciativa, repitió el análisis de ADN para "descartar" ser hija de desaparecidos, pero esta vez encontró su filiación. Ahora María Eugenia vive en La Plata, cerca de su abuela, su hermano y sus tías.

"Esta es la primera vez que una hija de desaparecidos se pone al frente", comentó a SEMANA el doctor Tomás Ojea Quintana, abogado de María Eugenia. "No tenemos duda de que los tres acusados van a salir condenados, porque las pruebas son irrefutables. La duda es si el tribunal toma dimensión de la gravedad de los crímenes, porque los antecedentes judiciales indican lo contrario. Estos delitos son los de retención y ocultación de un menor, alteración de la identidad y falsificación de tres documentos de identidad, delitos contemplados en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, y por lo tanto son crímenes de lesa humanidad", agregó.

"Este caso está definiendo varias cuestiones, entre otras, que las personas que se apropian de hijos de desaparecidos sean llamados apropiadores, y no adoptantes ni padres, o que los nietos nunca fueron abandonados, que es la versión de los apropiadores. Es un mensaje a los 400 nietos que no saben su identidad y hoy son adultos", concluye Ojea Quintana.

Lenta como una tortuga, la justicia sigue avanzando para ajustar las cuentas de la sociedad con los responsables de las atrocidades cometidas en la época de la dictadura argentina. n