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Pantalla borrosa

Mientras que aún no se sabe qué pasará con Señal Colombia y la televisión pública, el gobierno concentra sus esfuerzos para crear un nuevo canal educativo y cultural.

3 de marzo de 2003

Muchos televidentes colombianos están contentos con la programación de Señal Colombia. El canal de interés público se ha convertido en una alternativa real con la transmisión de eventos deportivos y culturales que los canales privados han dejado de lado, y con la presentación de películas del cine clásico. Muchos mencionan, por ejemplo, el especial de todo el día sobre los 20 años del premio Nobel de Gabriel García Márquez, el campeonato suramericano sub 20 de fútbol y el Festival de Viña del Mar, para dar sólo algunos ejemplos.

Sin embargo ese esquema de programación podría tener los días contados. Por solicitud expresa del Presidente de la República, la ministra de comunicaciones, Martha Elena Pinto de De Hart, y sus similares de Educación, Cecilia María Vélez, y de Cultura, María Consuelo Araújo, están diseñando la programación para un nuevo canal educativo y cultural que permita, por un lado, asegurar la revolución educativa y la ampliación de cupos escolares prometidos por el gobierno, y por otro, desarrollar una nueva propuesta de televisión cultural y de entretenimiento.

La idea, que ya está consignada en una nueva parrilla de programación que entraría al aire en pocos meses, es que el canal sea dirigido por el Ministerio de Educación de 6 de la mañana a 6 de la tarde y en adelante, hasta la media noche, lo tome el de Cultura, todo bajo la coordinación del Ministerio de Comunicaciones y la Comisión Nacional de Televisión (Cntv).

Si bien la ministras dijeron a SEMANA que aún no se ha tomado ninguna decisión y que se están explorando alternativas, varios expertos y altos funcionarios han confirmado que el gobierno está pensando en que este proyecto reemplace toda o buena parte de la actual programación de Señal Colombia. En los últimos meses este canal pasó de ser uno de los menos sintonizados a convertirse en el tercer canal en preferencia de la televisión, después de Caracol y RCN.

El asunto ha generado polémica. El Círculo de Periodistas de Bogotá, en carta enviada a la Cntv a finales de la semana pasada, consignó su extrañeza y preocupación "por la intención de los Ministerios de Cultura y Educación de asumir la operación de Señal Colombia con el propósito de transformar sus contenidos, más aún cuando este canal se ha consolidado como una buena alternativa de televisión cultural". Y advirtió que la prensa y otros sectores quisieran conocer el contenido, el plan y las verdaderas intenciones de la nueva programación y de las ministras, pues es claro que la televisión educativa podría ocupar otros espacios.

El problema es que en un mes se vence la mayoría de los contratos de producción y los recursos para la compra del material audiovisual se agotaron. La Cntv le garantizó 15.000 millones de pesos para este año a la Señal, pero el desembolso está detenido hasta que se defina el futuro del nuevo canal educativo y cultural.

Ahora bien, la ministra Pinto de De Hart advierte que usar Señal Colombia es una de las alternativas que están analizándose. "Es evidente, dijo a SEMANA, que no hay publicidad suficiente para mantener los canales Uno y A, así que estamos pensando organizar a todos los concesionarios privados en el canal Uno y convertir el A en el canal institucional, en el que se transmitan las sesiones del Congreso, los consejos comunales, las actividades del alto gobierno, así como de altas cortes, organismos de control, etcétera. Claro que en este canal también se podría incluir la propuesta educativa y cultural, pues también hay que respetar la aceptación y aprecio que se ha ganado Señal Colombia".

Para el gobierno, buena parte de estos y otros cambios dependen de la aprobación de una nueva ley que permita reordenar la estructura y los recursos de la televisión pública. Pero varios expertos consideran que no se requiere un nuevo marco legal para afrontar la crisis que viven los canales Uno y A, el debilitamiento de Inravisión y de los canales regionales, y en especial, el avanzado deterioro de las redes de los canales, que en el mejor de los casos llega al 50 por ciento del territorio nacional.

Lo contradictorio es que mientras se ha deteriorado la televisión pública y el gobierno no tiene recursos para sacar adelante su televisión educativa, la Cntv, según cifras de la propia entidad, en los últimos siete años le ha girado a Inravisión 485.996 millones de pesos, que en su mayoría se destinaron en pagos pensionales y gastos de funcionamiento; 53.414 millones para los canales regionales y Audiovisuales y 83.720 millones de pesos en los gastos propios de la Cntv. En recursos e inversiones líquidas la Comisión cuenta con 184.000 millones de pesos.

Para el senador Juan Fernando Cristo, experto en el tema, todo esto demuestra que el gobierno y el Ministerio de Comunicaciones no tienen ni idea para dónde van con la televisión pública y mixta. "Lo que se necesita son acciones y no más leyes. En estos momento no hay ninguna posibilidad, ni política ni lógica, para que el Congreso tramite una nueva ley, de la que no hay claridad y en una legislatura tan corta y con leyes tan importantes por delante".

Incluso expertos dicen que así las ministras saquen adelante la nueva programación y se logre consolidar el canal A bajo un modelo de canal privado, se desarrolle un canal institucional y otro cultural y educativo, todo podría verse frustrado frente al estado actual de la red de transmisión, pues ni pueden competir con los privados ni suplir las necesidades educativas y culturales, que no están llegando a los sectores que más las requieren. Como las redes está deterioradas, la señal simplemente no les llega.