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Pie de foto: José Castro es uno de los daminificados de Mocoa que pudo saludar al papa. | Foto: Archivo Particular

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El encuentro entre el papa y las víctimas de Mocoa que nadie vio

Después de la misa en Villavicencio, Francisco se reunió unos minutos con ocho daminificados de esta tragedia y en un sentido mensaje los animó a levantarse y seguir adelante.

11 de septiembre de 2017

Por Germán Arenas*

La lluvia y la caminata de dos horas para llegar a Catama el día de la misa de Villavicencio, valieron la pena para los ocho mocoanos que fueron en representación de la tragedia ocurrida el pasado 31 de marzo, pues no solo consiguieron que el papa los saludara sino que le enviara un mensaje a todo su pueblo.

Hace seis meses, la capital de Putumayo estaba viviendo el peor momento de su historia: una avalancha había arrasado con el 40 por ciento del municipio, dejando 80.000 daminificados y 320 muertos. Sin embargo, el viernes pasado ocho representantes elegidos por la Iglesia católica del departamento estuvieron en Villavicencio para reunirse muy rápidamente con el papa Francisco y pedirle un mensaje de alivio.

Al finalizar la misa, el obispo de la diócesis Mocoa-Sibundoy, monseñor Luis Albeiro Maldonado, el vicario de la Catedral San Miguel Arcángel, Luis Fernando Carvajal, y los ocho sobrevivientes, se abrieron paso entre los escoltas del santo padre para lograr el encuentro que comenzó con la entrega por parte de la gobernadora Sorrel Aroca de un regalo para el papa: un sayo (túnica) negro, azul, blanco y rojo tejido por mujeres indígenas Kamentsá del Valle de Sibundoy.  

“Fue un encuentro espontáneo, muy corto, pero que surtió el mayor efecto no solo para la delegación encabezada por la gobernadora Sorrel Aroca, sino para el mismo papa”, señaló el obispo Maldonado.

Luego de que el sumo pontífice vistiera el sayo y saludara a cada una de las víctimas, el locutor Giovanny Muñoz -que perdió a su hijo de 5 años en la avalancha- aprovechó la ocasión para pedirle un mensaje de aliento para los mocoanos y la respuesta, como era de esperarse, fue positiva. En el celular de Muñoz quedó registrado el mensaje: “Todos los que han sufrido la avalancha en Mocoa, estoy muy cerca a ustedes los acompaño, rezo. Levantarse seguir adelante, adelante no dejarse y que Dios los bendiga”.

El encuentro ocurrió en menos de 10 minutos y detrás del templete donde se ofició la misa. Por eso ningún medio de comunicación lo registró. Hoy los habitantes de Mocoa, en su mayoría católicos, celebran el gesto del pontífice y se sienten renovados para seguir reconstruyendo sus vidas y la ciudad.

*Director de Putumayo Noticias